jueves, 13 de noviembre de 2014

Canción solitaria VI



Lisa

Bien, ya es hora de levantarse, hoy si tengo que aclarar todo con ella, ponerme en orden, saber si de verdad quiero esperar o luchar por Fiona, necesito verla para saber, sentir que es lo que quiero. No es posible que en 10 días haya puesto mi mundo de cabeza.

Llamo a Sara, su teléfono está apagado, no ha llegado aun, me pregunto como la estará pasando, es extraño que en días de clases ella esté ausente todavía. Bueno, al final de la tarde llamo a Gerard a ver si tengo más suerte localizándolos.

Mis ánimos no estaban del todo bien, incluso mamá me pregunta porque tengo esa cara, hablo con ella un rato, poniéndonos al día, hablamos de Sara y de su extraña ausencia, mamá dice que ella ya está grande para asumir sus responsabilidades. Inmediatamente volví a pensar en Fiona, y en que sería de ella cuando llegue su momento de vivir su vida sola. También me pregunté si yo sería parte de su vida para ese entonces. Sonreí. La sola idea de vivir con ella solas me estremeció, si con solo un beso logré espantarla, no me imagino cuando quiera intimidar con ella.

Llegué a la universidad, buscando si el carro de su mamá o alguna bicicleta estaban ya estacionados en su lugar habitual. Vacio. Volví a sentir tristeza, me mordí el labio inferior como síntoma de ansiedad. Es lo que suelo hacer cuando no tengo a la mano helado de limón. Miro de lejos la universidad. Los bloques que la constituyen. Su color. Su forma. Recuerdo la primera vez que vi a Fiona observándola tan detalladamente, y volvi a preguntarme que estaba pensando ella en ese entonces. Era muy temprano todavía, no me atrevía a llamarla a su teléfono, necesitaba una conversación en persona.

Camino al aula me encuentro con el director quien me pregunta sobre el Club y como he estado haciendo con los papeles, le dije que todo marcha a la perfección, que solo necesitaba una fecha para tenerlo todo listo. Hablaba con él cuando se acerca una chica, no sabría decir su edad, la verdad era muy bajita, de un metro 50 como máximo, con rostro juvenil poco agraciado, me llama la atención sus ojos, uno de color azul fuerte casi llegando a violeta, y otro de un color avellana intenso, cada uno era hermoso a su manera, piel tostada, melena rubia, su cabellera si era hermosa. Me detuve en silencio para verla mientras hablaba con el director, a quien ella le decía tío. Según entendí, estaba pidiendo una dirección para dirigirse a su primera clase, no le preste atención, viéndola bien, no es tan fea como lo pensé al principio. Ella me miro por un momento mientras hablaban, seguro la incomode con mis miradas acosadoras, detallándola. Me disculpe y me retiré. Ya tenía que estar en mi aula.

Fiona

Me levanto con dolor de cabeza, la música del dia anterior me habia molestado lo suficiente. Aparte de que me quede hasta tarde leyendo Nietzsche, desconozco cuanto dormí realmente. Tomo mis pastillas habituales y un desayuno ligero, no había nadie en casa. Quizás madre esté todavía ocupada. Tenía ganas de caminar un rato a ver si se me quitaba el dolor de cabeza. Dejo el carro en casa y tomo un taxi que me deja a 3 cuadras de la universidad. Aun era muy temprano, por lo que camine a paso lento, y pude observar algunos detalles que fueron ajenos a mí todo el tiempo, nuevamente pensaba en mi Sansa, no la habia visto desde aquella noche donde todo en mi estuvo fuera de control.

Llego a mi Bosquespeso luego de la corta, lenta y agradable caminata, pero aun era muy temprano, me dirijo al aula de una vez, no tenía nada que hacer, tan solo esperar a la clase o a que llegue Lisa para verla, saco mis libros y sigo leyendo un rato a medida que se va llenando de gente. Nunca levanto la vista de mis libros. Logro desconectarme por completo del exterior, era lo que más me gustaba.

Lisa y Fiona

(Lisa) Llego al aula, por suerte el profesor no habia llegado, la primera materia era filosofía, primera vez que vemos esa materia, no sabia que o quien esperar, pero solo sabía que serian dos horas aburridas, a menos que ya vea a Fiona, la chica callada que con solo mirarla podría no aburrirme nunca.

(Lisa) Ahí está. Siento cosquillas en el estomago. Luce hermosa, con su piel pálida y sus ojos grises. Me siento a su lado. Como siempre, ella no se da cuenta, nunca mira a su alrededor cuando está concentrada. Me quedo un rato mirándola, pensando en lo hermoso que ha sido estos días desde que la conozco. Quiero saberlo todo de ella. ¿Por qué es asi? ¿Qué piensa ella? Desearía tener todo el tiempo del mundo a su lado para ir descubriéndola. Desearía detener el tiempo tal como está, con ella a mi lado. Así sea que no sepa de mi presencia.

(Fiona) Leo. Leo. Leo. Hasta que siento una mirada fija en mí, sin voltear ya sé quién es. Espero no equivocarme. Pero no quiero voltear, ahora que la tengo a mi lado ya no sé qué decirle. Luego de un rato volteo a verla, ya era suficiente…

- Lisa: Hola Fiona – Le doy mi mejor sonrisa, quiero besar su cachete, me inclino hacia ella… Se retira- ¿He hecho algo que te molesta? – Nuevamente me rechaza-

(Lisa) Se aparta. Tampoco quiere que la bese en el cachete. Es verdad. Algo malo he hecho. Quiero salir llorando. Pero me contengo. Ella tendrá sus razones y tarde o temprano me las tiene que explicar.

(Fiona) Otro beso de ella y podría desvanecerme. Tenemos que hablar antes de cualquier acción, cualquier pensamiento. Esto se sale de mis manos. Quiero gritar, reir, correr, necesito contenerme. Necesito... Abren la puerta, se hace el silencio. Llega la nueva profesora. Qué curioso, la había visto antes. El día anterior para ser más exacta.

(Lisa) Asi que la sobrina del director es nuestra maestra de filosofía. Qué bien, mas aburrida no podrían ser estas horas.

- Prof.: Tomen asiento. Mi nombre es Victoria Teresa Lencastre, como ven, soy su profesora de filosofía.

(Fiona) Una mujer con problemas de alcohol y tabaco, con eticidad negativa, es mi profesora de filosofía, ¿Quién lo iba a imaginar? –Sonrío para mis adentros, me parece hasta divertido el asunto-

(Lisa) Ha empezado a hablar y ya no la soporto. Miro un rato a Fiona quien la escucha atentamente. Sus ojitos grises se ven oscuros. ¿Estará prestando atención a sus palabras o le estará mirando los ojos dispares? Jajaja mejor no pregunto… Uhmm debí desayunar mejor. Escuchar a esta mujer ya me ha dado hambre. ¿Habrá llegado Sara? Le mandare un mensaje en ingles “Where is the best big sister ever?” Hablando de ingles. Olvidaba que hoy tengo ensayo en la academia. Me voy a volver loca. Miro hacia la tal Victoria, me desagrada. Esta viendo a Fiona mientras esta la escucha sin pestañear. Odio que la mire, pareciera que tienen cierta complicidad. Mejor abro mis libros y trato de prestar atención a lo que dice sin necesidad de verla.

- Prof. Victoria: ¿Qué me dice usted… señorita… Me dice su nombre por favor…?

- Lisa: …

- Prof. Victoria: La pelirroja de camiseta blanca, le estoy hablando.

- Lisa: -Genial, me habla a mi- Lisa Priest, profesora.

- Prof. Victoria: Muy bien. Ya vimos que no me prestaba atención. Hablamos del pensamiento medieval occidental y su dependencia a la teología. Página 23. Capitulo 1. Puede estar más atenta o retirarse si lo desea.

(Lisa) ¿Qué? ¿No lleva 20 minutos hablando y ya me esta pidiendo que me retire? ¿Que se ha creído? Piensa que puede venir altaneramente solo por ser pariente del director. ¡Es que la detesto!

(Fiona) Vaya. Le pide a Lisa que se retire. Esta siendo algo ruda. No debería tratar a mi Sansa de esa manera. Le agarro la mano bajo la mesa. Le digo al oído “Todo va a estar bien”. Nos miramos por unos segundos. Su rostro cambia completamente.

(Lisa) Es un amor. A su manera, claro. Primera vez que me toca o me dice algo sin que yo se lo pida o lo haga primero. ¿Qué la profesora qué? Ya lo olvidé.

(Fiona) Termina la clase y Lisa me pide ir a una cafetería cerca de la universidad, para estar atentas a la próxima clase. Vamos en su carro. Nuevamente se desvia del camino a la cafetería. No pregunto.

(Lisa) Vamos a un lugar mas apartado. Necesito estar a solas con ella. Tenemos que hablar y no voy a permitir que nada nos interrumpa.

- Lisa: Bien. – Caminamos hacia un banquito en el parque, solo se lograban ver 2 parejas a lo lejos y 3 pares de ancianos jugando domino, era perfecto- ¿Me puedes decir ahora que pasa, Fiona?

- Fiona: ¿Qué pasa de que?

- Lisa: ¿Por qué te distanciaste? Necesito que seas clara. ¿Por qué te fuiste aquella noche del apartamento? ¿Qué sientes Fiona?

- Fiona: -Miro un rato hacia la laguna que estaba detrás de ella, unos patos jugueteando con el agua- Hay cosas que simplemente no se, no se responder. Me fui porque sentí que era lo correcto.

- Lisa: ¿Qué es lo correcto?

- Fiona: Nunca había tenido ese tipo de contacto con nadie. Me tomaste por sorpresa. Me Sali de mi control. Lo correcto es estar dentro de control. De mi control.

- Lisa: ¿Por qué te fijas esos controles?

- Fiona: Es lo mejor. Asi debe ser.

- Lisa: -Le agarro las dos manos- ¿No estás molesta conmigo? ¿Me dejaras seguir dándote besitos en el cachete? –Puse mi cara más tierna-

- Fiona: No podría estar molesta contigo. No dejes de hacerlo. –Puse mi cachete a su disponibilidad-

(Lisa) Ese momento fue todo lo que quería. Ciertamente no tenia mucho tiempo conociéndola, pero lo poco que se de ella me encanta, me tiene embobada. Si solo mirarla era un deleite. Tener sus cachetitos –Por ahora- es lo mejor. Le di 3, 4 o 10 besos no lo se. Cada vez eran mas cercanos a su boca, que moria por besarla. Pero si quiero conservarla debo respetarla. Darle el tiempo que necesita.

- Lisa: Abrazame –Me da un abrazo torpe- ¡Que mas fuerte! Te iré acostumbrando señorita. Hueles divino. ¿Qué perfume usas?

- Fiona: Jungle de Kenzo.

- Lisa: Uy pero que atrevida – Dije en tono sarcástico que parece ella no entendió-

- Fiona: Me lo regalo mamá.

(Lisa) Sonrei. Debo conocer a esa señora. Quiere destapar a su hija. Mostrarle el mundo. Debemos unir fuerzas para lograrlo. Jajajaja

(Fiona) Estuvimos abrazadas un rato mirando hacia la laguna. Hablando cualquier banalidad por un rato. Me sentía comoda con ella nuevamente.

- Lisa: Oye que pesada la profesora de filosofía. ¿Sabías que es la sobrina del director? Quizas por eso piensa que tiene mucha autoridad.

- Fiona: No lo sabia. Casualmente la conocí anoche. No sabía que era nuestra maestra.

- Lisa: -Suelto el abrazo y la miro fijamente- ¿Cómo? ¿Dónde estabas anoche? –Con razón la miraba fijamente, se conocían, sentí algo parecido a celos, pero no le presté importancia-

- Fiona: Acompañando a madre en su trabajo.

- Lisa: ¿Qué trabaja tu mama Fiona? Hablame un poco ella.

(Fiona) Hablar de madre. La única mujer que ha estado en mi vida. Junto a Lena. Hasta ahora.

- Fiona: ¿Qué te puedo decir?

- Lisa: Quiero conocerla. –Hundo mi nariz en su cuello, respiro fuerte para erizarle la piel- Llevame a conocer a tu mamá, si? – Le agarro la punta baja de su oreja con mis dientes, aprieto suavemente-

- Fiona: Cuando se dé la ocasión te la presento. –Aparto mi oreja de su boca-

(Lisa) Rio suavemente. Ya me gusta verla como se aparta cuando estoy muy pegada a ella jajajaja.

- Fiona: Ya es casi hora de regresar a la próxima clase. Tengo hambre.

- Lisa: ¿Y si nos saltamos la primera hora y comemos en un buen lugar?

- Fiona: Eso no pasará –Le acaricio las manos levemente, casi ni lo siente, o eso creo yo-

- Lisa: Ven, comamos algo rápido entonces.

(Lisa) El resto del camino fue mas animado, hablamos mas y mas, cada vez que ella era un poco mas suelta y eso me encantaba. El dia transcurrió super bien. No vi a Sara en ningún momento. Tampoco pensé tanto en ella. Tenia a Fiona a mi lado y aunque no hablaramos la estaba viendo.

- Diana: Lisa, hablé con Cindy hable con Julian y me invito a una inauguración. Dijo que ya tu sabias. ¿Pensabas ir sin mi? – Con tono de falsa moelstia-

- Lisa: Claro que nooo jajaja – Nuevamente habia olvidado la fiesta, creo que ni me importa mucho- Te lo pensaba decir el mismo dia, como plan sorpresa jajajaja

- Diana: Mas te vale. Voy con las chicas a comprar ropa. ¿Nos acompañas?

- Lisa: Tengo que ir al AFRANB (Academia francesa de baile). Pense que irias también.

- Diana: No, el dia que no fuiste hablaron de un nuevo musical que están armando y en su mayoría es cantado en francés. Sabes lo mala que soy en esas cosas. El lunes son las audiciones

- Lisa: ¿Sabes cual es la obra?

- Diana: No me interesó mucho. Dicen que es un musical de Mozart. Estilo contemporáneo. Mori del aburrimiento.

(Lisa) ¿Un musical contemporáneo de Mozart? Que loco suena. Se lo contaré a Fiona a ver si le suena algo, ella sabe de esas cosas. Bueno, ella sabe de todo. Dentro de lo que cabe.

- Lisa: Sabes que estoy en una academia de Danza y teatro ¿Verdad?

- Fiona: Me estoy enterando.

- Lisa: Bueno, la cuestión es que me acaban de informar de unas audiciones para el lunes. Es un musical en francés.

- Fiona: Je parle le français.

- Lisa: ¿Hablas francés? ¿Hay algo que no hagas? Jajajaja que emociooooon – la abrazo fuerte, casi la levanto del piso-

- Fiona: Viví con madre y su amiga en Lyon por 14 meses, luego de graduarme del instituto, tenían asuntos que atender con respecto a una empresa de mi difunto abuelo. Alla aprendí el idioma y conoci bellos lugares. Est une belle ville.

- Lisa: Aaaay quiero conocer a tu mamá. –Le agarro la cara y le planto un beso fugaz en los labios.

(Lisa) Ella se queda quieta. Creo que no debi hacerlo. Me mira por unos instantes.

- Fiona: Me voy a casa.

- Lisa: ¿Te incomode?

- Fiona: No, para nada. –Doy mi mejor sonrisa, sabia que eso lo haría sentir mejor-

(Lisa) Nos fuimos juntas, la llevé a su casa. En el camino estuvimos un poco mas calladas. Le pedi que me cantara en francés. Dijo que ella no canta. Le pedi que coloque alguna canción en francés desde su teléfono. Me coloco una pieza que sin entenderla me causó tristeza. Dijo que era de Edith Piaf.

- Lisa: ¿Como se llama la canción?

- Fiona: Ne me quitte pas.

- Lisa: Me encanta como lo pronuncias. Si entendiese un poco el idioma, te pediría que me hables siempre asi jajaja

- Fiona: Comme le dit la dame.

- Lisa: Llegamos a casa. –Quiero bajarme con ella, quitarle la ropa y hacerla mia todo el dia, tanto francés y tanto conocer de ella me tenia mas que excitada, emocionada-

- Fiona: Hasta mañana señorita.

- Lisa: Espera. ¿Y mi beso? –Me da un beso que terminó de hacerme sentir suya por completo-

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(Lisa) Pasaron los días y nosotras nos seguíamos viendo. Hablando, nos conocíamos y nos maravillábamos, por lo menos de mi parte, porque de ella todavía me costaba entender sus emociones.

- Lisa: ¿Qué vas hacer mañana en la noche, señorita guapa? – Le decía la mañana del viernes mientras le agarraba los cachetes y me metia en sus piernas y ella sentada, la tomé de sorpresa-

- Fiona: No tengo planes.

- Lisa: Perfecto. Tus planes son conmigo. Te paso buscando a las 8 pm, ¿te parece? –Le decía mientras acercaba mis labios a los suyos, respetando su espacio, como ella me pedia. Mis piernas seguían entre las de ellas-

- Prof. Victoria: Señorita Priest, actos inmorales no se permiten dentro de las instalaciones. Señorita Duarte no pensé que era cómplice de tales actos. Se separan.

- Fiona: No estamos haciendo nada fuera lo normal. Profesora Victoria. Los limites de espacio han sido respetados. Y no se nos puede acusar de alguna inmoralidad.

- Prof. Victoria: La quiero el lunes en mi despacho señorita Duarte. –Se retira-

- Lisa: Que pesada. ¡La detesto! –Le dije mientras me separaba de ella-

- Fiona: Normal. No va a pasar nada.

- Lisa: ¿El lunes a las 8 entonces?

- Fiona: Estaré lista. Necesito saber adónde vamos.

- Lisa: Es una inauguración de un local, estarán todos, todos hablan de eso. Quiero que vayas conmigo. –Puse la cara que casi siempre hace que Fiona acepte mis peticiones-

- Fiona: ¿Qué debo ponerme? –Cuando pone esa cara, creo que ella siente que puede convencerme, me gusta que lo piense, me gusta esa carita-

- Lisa: Mejor llego mas temprano y te ayudo a que ponerte, si? –Perfecto, la podre ver con escasa ropa. Plegarias escuchadas-

-Fiona: Me parece mejor.

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(Lisa) Perfecto, llega la hora y estoy a las 6 en punto en la puerta de su casa. No podía esperar ni un minuto mas.

- Liliana: Hola, tu debes ser Lisa. Pasa.

- Lisa: Hola señora. ¿Usted es la mama de Fiona? Me ha hablado mucho de usted y de la señora Helena.

- Liliana: Si si, soy la mamá. Toma asiento. En un momento baja Fiona.

(Lisa) Puso cara triste, no entendí porque. ¿Qué dije? La señora me había recibido con tono alegre y una sonrisa. Al menos ya se que es diferente a su hija. Y la verdad también es hermosa. Nunca me ha hablado de su papa o de la existencia de uno. Pero seguramente su belleza tiene que ser de esta señora. Hablamos un rato mientras llegaba Fiona. Es una señora muy interesante y agradable.

- Fiona: Lisa.

(Lisa) Primera vez que la veo tan deportiva. Monos apretados y franela sin mangas. Que-buenas-piernas-tiene-esta-mujer. Necesitaba pausa para pensar cada palabra. Su tono de piel tan pálido. Estaba tan hermosa que quería desmayarme. No sabia si la mama se habia dado cuenta pero mi corazón quería raptar a su hija y no devolvérsela nunca.

- Liliana: ¿Desean algo de tomar? Lisa estas en tu casa. Yo me tengo que ir. Fini mi amor –Le da un beso- Disfruta la noche. –Se va-

- Lisa: ¿Fini? -Dije aun con cara de boba mirándole las piernas. La cintura. No podía mirarle los pechos-

-Fiona: Asi me dice a veces.

-Lisa: Pero que cuchiii – Le dije mientras le hacia cosquillas, necesitaba tocarla ya-

(Lisa) Su casa es hermosa. Comoda. Espaciosa. Subimos unas escaleras Eran 3 pisos y el piso del medio era todo su cuarto. Era enorme. Lleno de alfombras. Con una biblioteca de pared a pared. El cuarto contaba con 4 puertas. No pude evitar preguntar de que era cada una.

- Fiona: La entrada. El baño. El vestier y la terraza. –Le dije mientras señalaba cada una-

- Lisa: Claro. ¿Por qué no lo imagine? Jajajaja Bueno – Dije sentándome en su cama, me quite los zapatos, quería hacerla sentir que me sentía comoda a ver si se relaja, y vaya que si me sentía comoda- ¿Qué tienes para mostrarme?

- Fiona: Ven, vamos al vestier.

(Lisa) Me apresuro a tomar su paso y le agarro la mano. Al abrir la puerta veo un closet enorme con tantas puertas que me perdia. Esta chica es increíble. Todo estaba tan ordenado. Por colores. Secciones. Habia ropa de todo tipo. Prendas que jamás imagine que ella podría ponerse.

- Fiona: Esas cosas me las compra madre, con la esperanza de verme vestida de esa manera.

- Lisa: Tu madre te quiere lo mejor Fiona. Ven vamos a ver algo de eso para ponértelo hoy.

(Lisa) Saque unas faldas, shorts cortos, franelas con colores hermosos. De todo tipo de material, sentía que estaba en una boutique de lo mejor. La verdad estaba enamorándome de ese vestuario tan hermoso jajaja.

- Lisa: Ponte estas y estas –Saco como 15 prendas mas- Y estas.

(Fiona) Agrando los ojos. No es posible. Vamos a durar una eternidad en esto.

(Fiona) Entro a una sección que nos separa por media pared y empiezo a desvestirme.

- Lisa: ¿A donde vas? ¿Por qué te escondes alla? Fiona, ¿acaso no somos mujeres? –Me acerco a donde esta ella. Quiero ver todo lo que te pones. Sin pena.

(Lisa) Ya ella estaba solo con la franela. Senti una excitación enorme al momento de verla de esa manera. Timida. Estaba algo tiesa, ya no podía moverse. Mis palpitaciones me iban a reventar el pecho.

- Lisa: Disculpa. Mejor me quedo donde estaba. Ponte cómoda. Quiero ver todo lo que te di, si?

- Fiona: Esta bien.

(Lisa) Pasaron una o dos horas. No lo sabia. Cada prenda que esta chica se colocaba me causaba otro mini infarto. Me contenía tan terriblemente que tuve que ir varias veces al baño para calmarme. Ya no quería ir a la fiesta. Queria estar con ella toda la noche aunque sea viéndola probar vestuario nuevo. Todo le quedaba perfecto. Pero yo quería que probara mas y mas, solo para hacerla desvestirse y lograr ver algo sin que ella se dé cuenta. En esos instantes no existía nadie en el mundo. Solo ella y yo.

- Fiona: ¿Es que nada es para la ocasión?

- Lisa: Ya casi estas lista. Lo importante es que estes comoda.

(Lisa) Al final terminamos eligiendo un pantalón pegadito al cuerpo. Le quedaba de infarto. Era de color negro. Y una prenda hermosísima también que le desnudaba los brazos, le di una chaqueta que combinaba a la perfeccion, por si llegase a sentir frio. Unos tacones que realzaban su altura, estilizaban más sus piernas. La ayude a maquillarse un poco. Ella no conocía mucho del tema. Habia quedado tan hermosa que quería arrancarle la ropa y hacerla seguir probando.

- Lisa: ¿Nos vamos? –Le dije sin dejar de mirarle TODO-

- Fiona: Nos vamos.






















miércoles, 12 de noviembre de 2014

Canción solitaria V



Fiona y Lisa


(Lisa) Su boca se mantiene rígida, no puede relajarse.

(Fiona) ¿Qué hace? Siento un calor recorrer mi cuerpo, es ese fuego nuevamente. Yo…

- Fiona: -Suelto el beso bruscamente- Debo irme Lisa. Solo dije que me quedaría un rato mas, ¿ya te sientes mejor? –Suelto el abrazo y me alejo un poco-

(Lisa) Mi cara de sorpresa no es normal. Algo hice mal. Respiro profundamente para calmarme un poco. No puedo decir nada. Esto no ha salido como esperaba.

- Fiona: Yo, será mejor que me vaya.

(Fiona) No se porque quiero irme. Salgo rápidamente del apartamento. Ya es muy tarde y llamo un taxi que es amigo de madre. Lo espero sola. El vigilante del edificio me pregunta si necesito ayuda.

- Fiona: ¿En que podría ayudarme, señor?

- Vigilante: Es peligroso que esperes afuera del edificio. Mejor entre señorita.

(Fiona) Entro y me ofrece una silla. Permanezco de pie mirando hacia la ventana. Mi mente no es capaz de pensar y asimilar lo que había pasado arriba. Hasta que la vi nuevamente. Ahí estaba, parada arriba a 4 escalones antes de llegar a Planta baja.

- Lisa: Estas aquí todavía. –Hablo con pausas, no había podido dejar de llorar, Salí a buscarla inmediatamente y al verla ya no sabía que decirle-

(Lisa) Ahí está. Con su cara inexpresiva. Lo arruine todo. Sigo sin poder decir palabra.

- Vigilante: Ya llegó su taxi señorita.

(Fiona) La miro por última vez y me despido. Siento una presión en el pecho. Como un puño martillando. Necesitaba irme a casa. Necesitaba pensar. Hoy han pasado muchas cosas y ya me siento fuera de control.



(Lisa) Ella se va, solo alcance a decirle “Chao” cuando se despidió. No logro entender que pudo haber salido mal. Trate de mantener la calma. Subí al apartamento y me acosté tal como estaba, quería conservar su aroma. Recordé su abrazo frio y en como tuve que ingeniármelas hoy para lograr estar con ella. Pensé por un largo rato si de verdad vale la pena insistir con alguien que no demuestra interés en mi. No, no es lo que necesito en mi vida. Lloré sin comprender porqué. Esa noche no pude dormir. Solo estuve recordando una y otra vez cada palabra y cada cosa que hice, que hicimos. Estoy más confundida que cuando la conocí.



(Fiona) Llego a casa y madre estaba en la sala ya dormida con la tv encendida. La miro un rato, 2 minutos, me acuesto a su lado. Ella despierta y me pregunta donde estaba, me pregunta por la chica, me pregunta que hice hoy, me pregunta me pregunta me pregunta. Me pide que la mire y le respondo solo lo que pide mientras evado su mirada. Me abraza.

- Madre: ¿Cómo te sientes, Fini?

- Fiona: No lo sé. ¿Puedo irme a dormir?


(Fiona) Me levanto y voy a mi cuarto. Pienso en ese beso una y otra vez. Pensaba en la imagen del teléfono de Lisa. Pensaba en su risa y en cómo me sentía cuando la escuchaba reír. Dormí.



Lisa

Me levanto. No sé por cuánto tiempo dormí. No sé si realmente dormí. Miro la hora y eran las 9 am. Mi primer pensamiento fue Fiona. Quise odiarla en ese entonces. ¿Por qué se fue así? Esa pregunta seguía en mi cabeza. Me tomo un baño. Miro a mi alrededor y por primera vez, me siento sola. Y no quería estarlo. Pienso nuevamente en el beso que le di. ¿Por qué ella no me correspondió?

Tomo el carro y me voy a casa, en el camino paso por la heladería de siempre. Compro todo el helado de limón que mi cuerpo pueda aguantar. Veo un postre con coco y chocolate blanco. Recuerdo a Fiona nuevamente. Lo compro. Llego rápido a casa. No tenía ganas de nada. Mis padres estaban en el trabajo y Joel en el instituto. Nuevamente me sentía sola, enciendo la tv y veo sin ver realmente. Miro el postre y pienso en si ese será el que más le gusta a Fiona. Consumo todo el helado y aun no me sentía bien. Necesitaba verla y saber porque actuó de esa manera. Tengo su número y no sé si llamarla o escribirle. Estaba tan confundida. Quizás necesitaba darle su tiempo.

Llamo a Diana y le pido que vaya a verme. Estaba ocupada en otra ciudad. Dijo que en la noche pasaría a verme. Ya no sabía qué hacer, necesitaba compañía, cada minuto sola me recordaba el rechazo de Fiona.

Llamo a Julián y a Esteban y les pido que me acompañen. Esteban no atiende las llamadas y Julián dice estar con una amiga recién llegada a la ciudad, le dije que la traiga también. La verdad no me interesaba con tal de no estar sola.

En menos de una hora estaban frente a mi puerta. Quedo inmóvil, era lo que menos necesitaba mi día, mi vida. Quería explotar y gritar. ¿Cindy? ¿Acaso no hay otras amigas en el mundo recién llegadas a la ciudad? ¿Qué me trata de decir el destino?

- Julian: Lisa hermosa te presento una nueva amiga –Estaba emocionado, seguro no la conocía tan bien todavía- Cindy.

- Lisa: Cindy. –Mi cara de pocos amigos ya decía todo lo que mi boca no quería-

- Julian: ¿Por qué esa cara?

- Lisa: Dile tu Cindy.

- Cindy: Eeehm, somos viejas conocidas Julián. – Su sonrisa me irritaba tanto, quería golpearla-

- Lisa: ¿Viejas conocidas? ¿Si sabes donde vivo porque quisiste venir con él?

- Julian: Whoo ¿Qué pasa aquí? ¡Calma chicas!

- Cindy: Si no soy bienvenida puedo irme, Julián me conto que tu tono de voz era triste y que le pediste compañía, no sabía que eras tú hasta que me encontraba en la puerta de tu casa. No hay problemas, hasta luego Julián.

- Lisa: Espera – Ella no tiene la culpa- ven, no quise ser grosera. Entren chicos.

No me sentía cómoda con su presencia, toda la mañana buscando algo de compañía y apenas me llegan ya quería que se vayan. Ya no sabía que quería. Les ofrecí algo de beber y vimos unas cuantas películas incompletas. Hablamos cualquier tontería.

- Lisa: Por cierto, ¿Y ustedes de donde se conocen? –Dirigiéndome hacia Julián-

- Julián: Había oído de la nueva discoteca y me pareció buena idea encontrar trabajo ahí. La inauguran este fin de semana. Vas, ¿verdad?

Había pasado toda esta semana con Fiona y todos mis pensamientos eran para ella, había olvidado por completo la fiesta.

Al pasar la tarde fui despejándome un poco la tristeza. Julián es un gran chico, siempre dispuesto a hablar a compartir todo, puedes sentirte muy a gusto. Cindy no dejaba de mirarme, estuve más pendiente de Julián que de ella, la verdad ella y yo no teníamos mucho de qué hablar, no estaba dispuesta a caer en un error del pasado. Y mucho menos ahora que todos mis pensamientos eran de otra persona. Me pregunto que estará haciendo.

Fiona

Madre me pide que la acompañe a su empresa que fundó junto a la señora Helena, la que tenía antes de ser la afortunada heredera del difunto Oliver de la Vega, es una agencia de festejos, una estructura enorme y bien elaborada. Cuenta con 6 diseñadores entre otro personal de arreglo, protocolo, chefs y jardineros y 2 galpones surtidos entre muebles, mesas y decoración, madre organiza eventos grandes. Eventos a los cuales nunca voy.

La pasé con ella todo el tiempo, era uno de esos días donde quise desmotrarle que puedo ser lo que ella me pide que sea. Por mas difícil que se me haga. Organizaban un coctel de prestigio y ayudaba a madre en todo lo que me pedia. Aun no llegaban los invitados, madre no dejaba de dar órdenes a través del auricular que cada personal de trabajo tenia conectado a la oreja. Esa fue una de las ideas que les di el primer dia que fui con ella a una organización. Desde entonces la han estado usando.

Al llegar la noche ya los invitados empezaban a llegar, habrían más de 200 personas, asi que dispuse a irme, no me gustaban ese tipo de cosas, Lena me insistía en hacer feliz a madre y que me quede un poco mas. Por lo que busque un vaso con agua y me senté en una de las ultimas mesas, el primer pensamiento apenas quedé a solas. Mi Sansa. La había dejado una noche antes sin darle explicaciones. Me quede pensando en ella perdiendo la noción del tiempo. Eran ya las 8 pm y el volumen de gente era mayor, no miraba a nadie en especial, solo miraba a través de ellos. Pensando en cómo se conectaban unos con otros, como interactuaban, como se relacionaban. Pensaba si a ellos también se les hacía difícil conocerse entre ellos. Me preguntaba como era el primer beso de aquella señora con vestido colorido y cigarrillo en mano, ya habría dado su primer beso hace años, ¿Cómo habría reaccionado? Pensaba en aquel muchacho sentado entre dos señores de mucha mayor edad. ¿Estará aburrido? ¿Tendrá un amor en quien pensar? Y asi me encontraba entretenida pensando en los sentimientos de algunos invitados y relacionándolos con los míos... Sentía que no sabía nada de la vida. Sentía que…

- Chica: Hola, ¿Tienes encendedor?

Me hablan, regreso de mis pensamientos, vuelvo a la realidad, una chica me pide un encendedor. La miro. Tiene un cigarrillo apagado en la boca y una copa de licor en la mano. Estaba sentada a mi lado y se habia quitado los tacones.

- Chica: ¿Hola? ¿No tienes? – Me miraba ya impaciente-

- Fiona: Eh no, no fumo. – Miro nuevamente a los invitados de lejos-

- Chica: Es una lástima, no sé cómo hay gente que no fuma –Apunta hacia uno de los mesoneros- ¿Tiene encendedor? – Le enciende el cigarrillo y le llena la copa. Toma un largo sorbo y se dirige a mi nuevamente- No me has dicho tu nombre.

- Fiona: No me has dicho el tuyo.

- Chica: Jajajaaaa ¡que seria! –Se tambaleaba un poco- Victoria –Suelta la copa y me da la mano- ¿Ahora si me das el tuyo?

- Fiona: Soy Fiona.

- Victoria: ¿Qué haces aquí sentada sola Fiona? ¿Por qué no vas y te diviertes con este montón de basura que tienes alrededor?

- Fiona: Quizás mi concepto de diversión sea diferente al de estar rodeada de “montón de basura” tal como me está sugiriendo.

- Victoria: -Sonríe- Ahora también eres graciosa. ¿Qué te trae a esta mal llamada fiesta?

- Fiona: Cumpliendo con algunos deberes familiares – Me limite a decir-

- Victoria: Deberes, deberes, deberes – Dijo alzando la voz en tono de desagrado- Todos estamos aquí por deberes, por compromiso. ¿No te parece que todo se trata de injusticias? ¿Pero qué queremos como individuo? ¿A quién le interesa?

- Fiona: Cometer una injusticia es peor que sufrirla.

- Victoria: Y citas Aristóteles.

- Fiona: La justicia es la madre de toda virtud. Porque en ella reside lo moralmente correcto.

- Victoria: ¿Y qué es lo bueno y que es lo malo? ¿Por qué? Cuando se pierde la justicia se pierde el honor, la ética. ¿Qué sabe esta gente de ética y honor?

- Fiona: ¿Qué sabe usted de ética y honor?

Permanece callada. Me mira un rato. Evado su mirada buscando a mi madre en silencio. Esta señora se sienta conmigo y no sé que pretende. Solo quiero irme a casa. Quiero estudiar. Mañana hay clases que escuchar y nuevas materias que aprender. Pero sobretodo voy a ver a Lisa nuevamente. Solo quería irme y estudiar para pensar en mi Sansa hasta quedarme dormida.

- Victoria: ¿Qué edad tienes, Fiona?

- Fiona: 19 años. Disculpe me tengo que ir.

- Victoria: ¿Volveré a verte?

No le respondí. Ya estaba decidida a irme de la fiesta así que no encontraba motivo para responderle. Llame a madre por teléfono y le dije que tomaría un taxi hasta casa. Me dio la llave del carro, ella se iría acompañada. Me fui de la fiesta sin mas y camino a casa no podía dejar de pensar en Lisa, en su risa, en su beso, todo el dia mis labios recordaban su beso. Me desvié de casa sin darme cuenta y me vi frente al edificio de Sara, su hermana. ¿Sera que está aquí todavía? ¿Qué le diría?

El vigilante me dejo pasar y subí hasta el apartamento. Mi corazón palpitaba tan fuerte que podía oírlo a pesar del ruido de los alrededores. Toque la puerta 3 veces seguidas. Conté hasta 10 y volvi a tocar la puerta. Permanecí un rato más siguiendo el mismo patrón. Nadie respondió.


Me fui a casa, abrí los libros de filosofía, estudie un rato para preparar las clases de mañana. Puse la alarma para las 5.45 am y dormí. Mañana podré verla.

viernes, 7 de noviembre de 2014

Canción solitaria IV



Lisa

Me levanto, súper contenta, más que los días anteriores, hace ya una semana que comparto mas con Fiona, la conozco un poco más, esa chica me gusta y no me lo voy a negar, conocerla es amarla, se ha abierto un poco más a mí, aunque no con los demás chicos, Diana sigue pensando que es una chica rara. Ahora yo pienso que Diana es la chica rara. Los trámites para el club de lectura van de maravilla, en unas semanas podremos inaugurarlo, le pedí a Fiona que sea parte del comité, después de varios intentos por fin había aceptado. Por lo que hoy tengo una “cita” con ella para terminar algunos detalles.

Me pongo mi vestido favorito, con los colores que mejor me quedan, a pesar de que estoy algo gordita no dejo de levantar miradas cuando me coloco este vestido. Pero la única mirada que quiero levantar aun no lo hace. A pesar de que hemos compartido más, Fiona no es capaz de mirarme y sostener la mirada, si mi mejor arma que es este vestido, no lo logra, ¡pues dejo atrás los pastelillos de limón y me meto en el club de natación! Quizás a ella le gusten más delgadas. Ummm, pero que cosas digo, ¡si a ella ni le gusta nada!

No dejo que aquel último pensamiento me detenga y sigo arreglándome, hoy no hay clases, por lo tanto es mi primer día casi perfecto que puedo pasar completamente con ella. La verdad, esos “detalles” que le dije que concretaríamos, son falsos, ya yo me había encargado de eso. Solo necesitaba una excusa para verla, por lo visto necesito llenarme de excusas para lograr algo con esta chica.

Sara se fue el fin de semana a un viaje corto con Gerard, su novio, esa es la ventaja de ser novia de un piloto comercial. Siempre que ella se va, me deja las llaves de su apartamento, ya que pronto me mudare con ella y nos tenemos mucha confianza.

Salgo y busco a Fiona, aunque ella insistía en que podía llegar sola con el carro de su mamá si era necesario, hemos tenido esa clase de discusiones a todo momento, es una chica necia, y mis pequeñas victorias me complacen, a veces pienso que muy a pesar de su disgusto, lo hace para complacerme. Es encantadora a su manera.

Llego a su casa media hora antes de lo acordado, estaba ansiosa, así que me quede adentro del carro escuchando música, una canción que estábamos ensayando su coreografía en la academia. Faltando 10 minutos, no aguanto más y decido llamarla, no es posible, no tengo su número, hemos compartido una semana y ¡NO tengo el número de esta chica! Se lo pediré hoy, no creo que tenga que discutir también por eso. Toco la corneta.

Fiona

Ya ha pasado una semana desde que la conocí y siento que ha sido una eternidad, a pesar de que me cuesta hablar bien con ella, no pierdo una oportunidad para escucharla y grabarme cada palabra. Después de aquel beso en el cachete, me ha dado muchos más, mis palpitaciones siguen fuertes antes y después de cada uno, estoy experimentando emociones que no sabía que podía tener, madre y Lena no me preguntaron por mis vendajes, pero si me preguntan el porque he estado sonriendo más a menudo. Les respondí las mismas palabras que ellas siempre me decían “La vida me está sonriendo”

Hoy voy a salir con mi Sansa, tenemos asuntos que resolver sobre el Club de lectura, no sé porque madre se contenta cuando le dije que vienen a buscarme, la vida es inexplicable algunas veces. Ella asumió que era un chico, su sonrisa fue más alegre, mas sonora, ¿Qué pretende? ¿Por qué tanta felicidad si solo hare diligencias con una chica? A pesar de vivir toda mi vida junto a ella, no logro entenderla. Va hacia mi armario e intenta sacar toda mi ropa, nada le gusta, quiere colores más vivos, dice que merezco portar mejores colores. Me da unos jeans decolorados, y una prenda incomprensible, de esas que ella me compra y yo solo dejo guardada en el armario. No pongo objeción, al salir de mi cuarto ella me reclama el suéter negro con capucha por encima de la franela, su franela, sigo de largo.

Tocan la corneta. Ha llegado 8 minutos temprano, ya me encontraba lista, leyendo mi saga, un capitulo cualquiera. Me dirijo hacia la puerta y ya están madre y Lena mirando desde la venta, la alegría de ellas se desvaneció al ver que era una chica, abro la puerta, era mi turno de sonreír, mi Sansa me estaba esperando.

Fiona y Lisa

(Lisa) ahí viene. Veo desde lo lejos a dos mujeres mirando desde la ventana. Me recuerda a mi madre y mis tías la primera vez que salí con Miguel Angel, mi primer novio, jajajaja ¿Qué estarán pensando estas mujeres? No, no creo, no creo que esta chica ya esté fuera del closet. Quizás no las tiene acostumbradas a que salga acompañada.

(Lisa) Sonrío mientras pienso esas ocurrencias.

- Lisa: ¡Qué guapa, mujer!

- Fiona: -sonrío- Gracias. Madre me dio esta ropa.

(Fiona) Madre me dijo que no debería hablar mucho de ella, cuando ella pensaba que saldría con un chico, fue lo primero que dijo, que mencionar a las madres puede ser algo cortante y aborrecido. Recordé sus palabras. Me sonrojé. Ya la había mencionado apenas subiendo el carro.

- Lisa: Y bien, ¿Ya desayunaste? Conozco un lugar excelente, comida ligera, noto que te gusta la comida ligera. ¡Te va a encantar los pancakes con harina de almendras y mantequilla de maní!

- Fiona: Ya desayuné. Mira, busqué por internet todos los lugares que mencionaste ayer, para el registro y los tramites, colocare el gps para llegar más rápido y esquivar tráfico.

(Lisa) Nop, no será nada fácil con esta chica. Es que hasta tonta y desinteresada me atrae. ¿Qué pasa contigo Lisa Priest?

- Lisa: Antes que ir a cualquier lugar, voy a necesitar tu numero Fiona, siendo socias del club de lectura necesitamos estar en contacto siempre. -adoro este club, me da la excusa perfecta para todo- Toma mi teléfono y guarda tu numero ahí por favor.

(Fiona) Tomo su teléfono y apenas enciendo la pantalla, veo su imagen de fondo, son dos chicas acostadas con las piernas entrelazadas, una tenia la camisa blanca abierta. Observo la imagen unos segundos y procedo a guardar mi número telefónico. No dejo de pensar en la imagen. Al parecer cada vez que conozco algo de mi Sansa siento novedades en mi.

(Lisa) Lo sé, soy terrible. Coloque esa imagen solo para detallar su reacción, la chica no dice nada, su rostro no dice nada. Ni siquiera un sonrojo de sus cachetitos que tanto me encanta besar. Pero me fijo que ha visto la imagen un largo rato. Hay que descifrar todo con ella.

(Fiona) Ella no me responde lo del GPS, yo lo enciendo. Solo lo observo yo. Me fijo que no vamos a la misma dirección pautada. Le pregunto. Me sugiere un juego. No sé a donde vamos, siento nervios, quiero salir del carro.

- Lisa: A ver, hagamos preguntas, ¿me prometes responder todo con sinceridad? Yo hago una pregunta y tú me haces otra.

- Fiona: Está bien. ¿Quién empieza?

- Lisa: Uhmm algo fácil, ¿Qué te gusta?

- Fiona: Me gusta -Luego de un silencio- me gusta andar en bicicleta.

- Lisa: Mas cosas, no se vale una cosa. Dime que más te gusta, en general, de todo lo que se te ocurra. A ver, tienes un minuto para decirme. Reglas son reglas, jovencita.

(Fiona) Pero si tienes mi misma edad Lisa. Miro mi reloj y empiezo a pensar rápidamente.

- Fiona: Me gusta leer. Siempre cargo conmigo cualquier libro de Canción de Hielo y Fuego. Me gusta el brócoli, y cualquier postre con chocolate blanco. Me gustan las palabras panvocálicas, De tv, veo la serie Bones y Doctor Who. Me gustan la historia Universal, la historia de la colonia y las revoluciones europeas..

(Fiona) Faltan 12 segundos. Podría extenderme más. Temo pasar el minuto, no quiero perder, es mi primer juego con ella. ¿Qué pensará si pierdo? 8... 7... Sudo. ¿Esto es un juego o una tortura? 4... 3...

- Fiona: ¡Y la arquitectura neo góticas del siglo 17! -Lo logre-

(Lisa) ¿Qué? Jajajajaja está sudando y todo. No entendí la mitad de lo que dijo, pero su emoción al contarme las cosas me dijeron más que suficiente. Está sonriendo. Creo que disfruta el juego.

- Lisa: Es tu turno ¿Qué quieres saber de mi?

- Fiona: Quiero saber por qué no vamos a la dirección que tengo pautada en mi GPS.

- Lisa: ¿Qué? Jajajaja. -La miro, no le da risa- No es justo. Se supone que debes preguntarme algo sobre miii.

- Fiona: Entonces preguntare sobre ti. Quiero saber por qué no quieres manejar hacia la dirección que tengo pautada en mi GPS.

- Lisa: Eres increíble Fiona. ¿No te da curiosidad saber algo personal sobre mi?

- Fiona: Se que admiras a tu hermana Sara, que te preocupas por ella más que nada, en el fondo sientes algo de sana envidia de su cuerpo perfecto y su actitud alegre. Tienes un hermano varón o dos, tu actitud medianamente atacante demuestra que tienes simpatía con género masculino, fraternalmente hablando. Te gusta el limón, he notado todo este tiempo como consumes helado de limón, lo haces cuando estas preocupada, porque cuando algo te detiene a pensar, solo quieres escuchar música, tu curso de ingles es para satisfacer a alguien más, quizás a tu hermana Sara. Sé que te gusta el color rojo y dorado. Los llevas puestos ahorita. Manejas con tanto cuidado tu carro, quizás lo haces porque es tu orgullo. Te detienes a mirar las mariposas, piensas que son seres tan frágiles y hermosos y a la vez tan libres. También te gusta..

- Lisa: Espera... ¿Cómo sabes todo eso?

- Fiona: Lo sé. Solo sé que lo sé. Es lo que veo. Es lo que siento que sé cuando te veo.

(Lisa) Una lágrima corre mi mejilla. Mas que asustarme me sorprendo. Mas que sorprenderme quiero llorar. Quiero reír. Quiero. Quiero. Quiero agarrar su mano. Quiero sentirla. Quiero mirarla.

(Fiona) Me agarra la mano y me toca los nudillos. No se si lo que dije la haya molestado. Debí quedarme callada. ¿Pensara que estoy loca? Siento alboroto en mi estomago. Un fuego. Algo me arde por dentro. No quiero que suelte mi mano.

(Fiona) Seguimos en camino y ella está en silencio. No me atrevo a decir palabra. Tenía un millón de cosas mas que quería decir sobre ella. Ella suelta mi mano y se concentra totalmente en el camino. Miro hacia la ventana.

(Lisa) No tengo mucho que pensar. Ella es de pocas palabras, pero vaya que si es inmensamente detallista. Ya estamos llegando a una librería&café es solo mejor que se me pudo ocurrir para que no sospeche que tenemos el dia libre solo para nosotras y que tuve que mentirle para eso, aparte de que muero de hambre.

(Fiona) Una librería&café. ¡Qué bien!

(Lisa) Llegamos. El ambiente era exquisito, pedi comida mientras Fiona se fue directo a la sección de Historia. Tomó un libro y se sentó a mi lado mientras yo comía.

(Fiona) “Un buen libro siempre te hará buena compañía”. La cadena Steimatzky no sabe lo bien que se siente tener un buen libro con una buena compañía cuando crearon esa campaña, mi Sansa es la mejor compañía que he podido tener, ni un libro le hace igual. Ya no puedo ni concentrarme en lo que leo.

(Lisa) Mira su libro sin siquiera mirarme a mi.

(Lisa) El tiempo pasó volando, luego de mi desayuno tome el mismo libro que Fiona leia y nos quedamos un rato en silencio hasta que le pedí que me explicara cierto paisaje del libro, su manera de hablar me cautivó y me enamoro y realmente no le presté más atención a sus palabras que a su interés por dejarme clara mi duda y en la manera que se desenvolvía.

(Fiona) Luego de 4 horas y 37 minutos hablando y discutiendo el libro con mi Sansa. Me entró el hambre. Le dije para ir al otro sitio que teníamos pautado ir para El Club y que podríamos almorzar primero ya que el otro lugar abria a las 3 pm.

- Lisa: Ya no tengo ganas de ir a esos lugares aburridos, ¿Te parece si almorzamos y luego vamos y la pasamos bien en otro?

- Fiona: ¿Te aburriste ahorita?

- Lisa: Para nada, solo estoy algo cansada.

- Fiona: Puedes llevarme a mi casa para que descanses entonces.

(Lisa) Salimos del lugar y en el camino hablamos cualquier tontería que se me ocurra, ella no dejaba de mirarme, la verdad me puedo enamorar fácilmente de ella. Agarro su mano nuevamente, me encanta hacerlo.

(Lisa) La tarde transcurrió de maravilla, almorzamos, hablamos un poco mas, fuimos a varias exhibiciones de arte, ella sabia la historia detrás de cada cuadro, es increíble. Luego fuimos a un parque hermoso lleno de todo tipo de flores, era un rincón escondido en la ciudad. Quise llamarlo “nuestro rincón”. Caminamos un rato, ella empezó a recoger algunas rosas mientras yo seguía contándole algunas cosas de mi vida, mis sueños, mi futuro. ¡Adoraba decirle todo!

- Fiona: Una corona para mi Euterpe.

- Lisa: ¿Euterpe? -Mientras me colocaba una corona hermosa hecha por ella-

- Fiona: La Musa de la música, la de agradable genio.

- Lisa: Aaay ¿soy una musa para ti, Fiona?

- Fiona: Eres más que eso, tienes una voz tan melodiosa que Euterpe jamás habría podido interpretar.

(Lisa) Le di tantos besitos en el cachete que yo misma se los puse rojo. Ya entrada la noche llego el momento que estaba esperando. Le sugerí ver una película en el apartamento de Sara. Preguntó que película, invente cualquier nombre que habia visto antes, dijo que ya la habia visto, le dije que alla podíamos ver cualquier otra.

(Fiona) La tarde ha sido algo tan diferente. No me sentí incomoda en ningún momento. Cuando llegamos a las galerías me sentí un poco mas suelta. Hablamos, ella reía bastante y no dejaba de mirarme. Ya en la noche me puse un poco tensa cuando me pidió ver una película, temi que la película no me gustara. Al final accedi.

(Lisa) Una vez en el apartamento de Sara, consta de 3 cuartos, el tercer cuarto lo estaban remodelando para mi y ya estaba casi listo, y una enorme sala con todas las comodidades que una chica podría tener, con pecera -A petición mia- y 2 tortugas que nunca encontrábamos pero que siempre aparecían cuando menos las buscábamos.

(Lisa) Ya eran casi las 7 pm le pedí que se ponga cómoda, que se relaje, había notado que no dejaba de cerrar y abrir las manos, ya sé que es que estaba bastante tensa. Prendí el aire acondicionado y luego de ver varios títulos de películas accedimos a ver “Pez Grande” una película ya vieja que coincidimos en que ninguna había visto antes. Me quite los zapatos y fui al armario de Sara y me vestí un short blanco que cubría poco mas de mis glúteos y una franela roja de tela suave. Al salir a la sala donde estaba ella, sonreí muy feliz cuando la sorprendí mirándome las piernas mientras sus ojos grises se tornaban más oscuros.

(Fiona) Mientras ella estaba en el cuarto cambiándose de ropa, yo leia la reseña de la película ansiosa de que ella llegara. Primera vez que veía una película con alguien que no era madre o Lena y la verdad me sentía muy bien, me sentía ya tan cómoda que no comprendía el porqué.

(Lisa) La película empezó y me senté muy a su lado, ella permanecía con el suéter negro y se agarraba las mangas mientras observaba la película. Ya al poco tiempo empecé a sentir frio y trate de darme calor con las manos, lo hacía de manera más exagerada para que ella notara. Creo que no se dio cuenta. La mire y le dije si podía compartir su suéter conmigo. Me preguntó como haríamos.

(Fiona) La película iba de lo más interesante, ella estaba a mi lado, veía la película pero no pensaba mucho en lo que veía, mi mente era una maquina que trabaja a mil por hora, me agarraba las mangas porque sentía frio. Ella me pide compartir el sueter y no pude deducir como haríamos. Le pregunté.

- Lisa: Hazme un espacio, abre los brazos.

(Lisa) La abrace e hice que me rodeara con sus brazos. Estabamos sentadas en el sofá. Poco a poco fui subiendo mi pierna encima de las suyas, poco a poco para no espantarla. La abrace más fuerte. Hundi mi cabeza entre su cuello. No quería hablar y arruinar el momento.

(Fiona) Queria acceder a todo lo que ella me pedia. Me puse algo nerviosa, pero cuando me abrazo mas fuerte me sentí tranquila. Tan cerca de ella, es hermoso.

(Lisa) Reimos. Lloramos. Era la película perfecta. No me despegue de ella en ningún momento, de vez en cuando le daba un beso en el cachete, la tenia muy cerquita, ella solo sonreía, no despegaba la vista de la pantalla.

(Fiona) Al rato de terminar la película le dije que me iría a casa. Que tomaria un taxi para no seguir molestándola. Su rostro cambió, dijo algunas palabras, y luego permaneció callada.

- Lisa: ¿Por qué quieres irte? ¿Te he incomodado?

- Fiona: Son casi las 10 pm y debes estar cansada. Llevas todo el dia manejando.

(Lisa) Volvi a quedarme callada, ella miraba a cualquier lugar menos a mi, no quería encontrar mi mirada. Senti que lo habia arruinado todo. Voltee y empece a llorar, a llorar sin saber porqué, me sentía frustrada, gorda, fea e incomprendida. Cuando ella dispone a irse me mira finalmente.

- Fiona: ¿Qué haces? ¿Por qué lloras?

- Lisa: No es nada, puedes irte si quieres.

(Fiona) Ya no sabia que hacer. La gente llora cuando está triste. Eso lo habia aprendido con el tiempo. Normalmente yo no suelo hacerlo, por eso me sentí extrañada.

- Fiona: Puedo irme mas tarde si quieres. ¿Te molesta si me quedo un poco mas? -Quizás eso la haga dejar de llorar-

(Lisa) Si. Quedate. Abrazame. No me sueltes Fiona. Besame.

- Lisa: Solo una cosa podría calmarme un poco.

- Fiona: Puedo hacer esa cosa.

- Lisa: ¿Puedes abrazarme y darme un beso?

(Fiona) ¿Un beso cura un llanto? ¿Un beso alivia tristeza? Con el tiempo que llevo conociendo a mi Sansa descubri que un beso podría curar hasta un resfriado ligero.

(Lisa) Ella me abraza. Primera vez que me abraza, no sabe hacerlo, la aprieto un poco mas, ella permanece inmóvil, trata de soltarse, no la dejo, permanecimos un largo rato asi, ella aleja su cabeza para darme el primer beso en el cachete, nunca antes me habia correspondido uno de los tantos que siempre le doy. Sus labios son suaves y no logro evitarlo. La miro y la beso en los labios. Suave, timida, esperando su reacción. No la suelto, sigo muy cerca de ella abrazandola.

(Fiona) Un beso en los labios. Ella no suelta mi abrazo. Ella me besa. Me besa a mi. Me besa. ¿Qué siento? ¿Cómo es posible que mis ganas de irme hayan desaparecido por completo?

(Lisa) Me mira a los ojos finalmente. Al rato del beso a los labios suelto el abrazo y le agarro la cara, cierro los ojos y empiezo a besarle el cuello, mas cachetes, besos cortos, besos suaves, le beso un ojo cerrado, le beso la nariz, le beso hasta la frente, besos lentos, besos castos. Bajo mis manos hacia su espalda y llego a la parte baja. Sigue inmóvil. Sus manos no soltaban su abrazo.



- Lisa: Quedate -Beso cerca de los labios- esta noche -Beso en el labio- conmigo Fiona -Beso mas largo, le logro abrir los labios y meter mi lengua un poco-.


miércoles, 5 de noviembre de 2014

Cancion solitaria III



Fiona

Me levanto en la madrugada. 4:50 am genial, ya no tengo sueño, tengo hambre, olvidé cenar anoche. No he soñado esta noche, ya hasta me siento más tranquila. Ni siquiera siento frio.

Salgo a la cocina y me encuentro a la señora Helena, Lena de cariño, se había estado mudando con nosotros hace un tiempo atrás, es una señora mayor, de unos 50 años creo, viuda, sin hijos, pero con una sabiduría inmensa, muy amiga de mi madre, y lo más parecido a una amiga para mí, la única en realidad. Lena es amable, trabaja en las empresas de madre, es quien da el ambiente, la que nos hace sentir en casa. Se ha convertido en una pieza fundamental para madre y para mí.

- ¡Lena! Pensé que no volvería a verte. -Le doy un beso en la mejilla, ella me abraza, pero eso de abrazar no se me daba mucho. Me quedé tiesa. A pesar de sentir emoción al verla- Madre te ha extrañado.

- Lena: Llegué anoche con tu madre, tu ya estabas dormida. Pero abrázame, ¿tú no me has extrañaste, Fini? -Fini, solo madre y Lena me llaman de esa manera. Solo me gusta cuando me lo dice ella-

- Bastante -Me suelto de su abrazo algo incomoda- Sabes que no me gusta que nos dejes. Pero, ¿Qué haces despierta a esta hora?

- Lena: No te voy a dejar más. Ya arreglé los asuntos que tenía pendiente. Espero que Liliana se digne a quedarse en esta ciudad un tiempo más largo.

- Me prometió que así será, dice que ya una vez que estoy en la universidad, se va a tomar las cosas con más calma.

- Lena: No tengo sueño, me levante a tomar una taza de té. Que gusto verte mi niña. ¿Quieres que te prepare algo?

- No Lena, gracias -Tomo un vaso de leche y una ensalada que ya estaba en la nevera-

- Lena: Siempre autosuficiente, eh? Eres una niña hermosa en plena flor de la vida, debes dejarte abrir un poco más, abre tu corazón Fini, verás que no todo el mundo es malo. No temas ser amada, experimentar más en la vida., experimentar emociones

- Lena le prometí a madre que hare el intento. Sé que ya no soy una niña, quiero empezar a asumir responsabilidades aparte de las que yo misma me propongo.

Lena: Así me gusta escucharte. Sé que lo harás muy bien -Su tono de voz y media sonrisa me dicen todo lo contrario-

- Ya está saliendo el sol, voy a dar un paseo en bicicleta. No me tardo. -Me alejé, tener a Lena en casa de nuevo me hacía sentir diferente, me hacia sonreírle a la vida, se que ella me entiende. A veces creo que me entiende más que yo misma-

Apenas empecé mi recorrido en bicicleta, apenas sentí el primer trago de aire de la mañana, respire hondo, sentí la brisa tocarme. Normalmente llevo mis audífonos, pero esta vez quería sentir el ruido, la calle, los carros encenderse, los pájaros cantar, sentía que el mundo me sonreía. Todo era tan nuevo, de repente pensé en mi Sansa, Lisa, esa chica, esa chica de mi clase que solo con saber su nombre me ha hecho sonreír, aunque sea a mis adentros. Di 2 vueltas por todo el alrededor, recorrí una larga bajada, me solté el cabello, sentía mi corazón bombear fuerte, quise gritar, ¿gritar? No terminé de pensar cuando ya estaba gritando, no podía creerlo, escuchaba mi voz más allá de mis pensamientos, realmente no estaba pensando ya en nada, solo gritaba, lo que sea que me venga en mente. Grité.

Regresé a casa y me tomé un baño. Mi corazón seguía latiendo como nunca. Se acercaba la hora de ir a clases, quería ver a Sansa. Quería acercarme al nuevo grupo de amigos. Quería conocer al mundo.

Llego a la universidad en bicicleta, me sentía algo cansada, me tomó una hora el camino y había olvidado todos los escalones que debía subir para llegar a la clase. Mire nuevamente la universidad desde lejos, mi Bosquespeso, adoraba la idea de que era mi casa de estudio. Presté más atención a la gente, no saludé a nadie, temía ser rechazada, pero a la vez sentía esa furia por dentro.

Me encuentro con Landon y Margareth, los chicos que vi ayer, los chicos del grupo de mi Sansa. Permanecí en silencio. Petrificada. Mi corazón dejo de latir, sabia que quería saludarlos, mas no sabia que el momento era tan pronto.

- Landon: ¡Hola! ¡Fiona guapa! Qué bien que te veo, quería disculparme por lo de ayer, ¿podemos empezar desde cero? -Decía mientras agarraba de la mano a Margareth-

Los miré por unos segundos antes de contestar. Veía la mano de ellas agarradas y por un momento pensé en Lisa, mi Sansa. ¿Qué se sentiría tomarle la mano?

- Landon, no te preocupes, en realidad fue un buen chiste. -Landon es un chico alto, de tez blanca, ojos grandes y anteojos de pasta, cabello negro largo, rapado a un lado, varios tatuajes en su brazo izquierdo-

- Landon: Si, es que reíste tanto ayer que casi no me dejabas hablar -Sonreía-

- Margareth: ¿Ya vas a empezar? Ven vamos a clase.

Ambos se fueron y me quede pensando en lo que dijo Landon. ¿Por qué dijo que yo reía tanto si en realidad no recuerdo más que una leve sonrisa? Qué curioso cómo se expresa este chico.

El dia transcurrió normal, asistí a clases, intervine un poco, normalmente no lo hago por timidez, pero hoy sentía que si no lo hacia la clase no servía, todos estaban callados. ¿Qué nadie sabe nada de el juicio de Lafayette por los sucesos del Campo Marte durante la revolución francesa? A veces no entiendo como las personas no saben nada de la historia que los tiene en pie hoy en dia. Nada les cuesta abrir un libro o investigar. Sumergida en mis pensamientos ya casi terminando la clase, me fijo en dos chicas que se agarran de la mano bajo la mesa. Nuevamente pienso en Lisa. Empecé a sentir ese vacío que me comía por dentro.

Lisa

Empiezo el día súper animada, hoy viene mamá y ya tenía todas las ganas del mundo acerca de mi nuevo club de lectura. Hoy no estaré en la mañana en clases para acompañar a papa y a mis hermanos al aeropuerto. Pero presiento que la tarde será genial. Nuevamente empiezo el día de buen humor.

- Buenos días papá, Joel… ¡Sara! Ya estás aquí, pensé que tenía que levantarte hoy también jajaja ¡Buenos días mundo! -Ya todos desayunaban-

- Sara: Noo, hoy si tengo motivos de levantarme temprano, mamá viene y necesita nuestro apoyo. No todos los días ganas un maratón de la muralla china.

Y así partimos al aeropuerto. A 40 minutos de camino. Todos estábamos contentos, papá le compro un ramo de rosas para recibir a mamá, quien regresaba de China luego de 3 semanas, estaba preparándose para el gran maratón de la muralla China el cual salió victoriosa llegando entre los primeros 5 lugares, papá quería ir con ella pero los compromisos laborales se lo impidieron, aun así, conto con su apoyo a cada momento.

Llegamos al aeropuerto y ahí estaba esa increíble mujer, digna de miradas, de palabras bellas, no podía creer lo hermosa que es mamá, creo que hasta papá quedó con la boca abierta. 3 semanas es mucho tiempo cuando la familia es unida. La abrazamos, la besamos. Le dieron las flores, reímos, mamá no dejaba de abrazar a Joel, su eterno bebé. Volvimos a casa escuchando todas las historias y aventuras de mamá. Ya era mediodía y Sara y yo teníamos que partir a la universidad. El deber nos llama.

Ya en el carro a solas con Sara.

- Sara: Ahora sí, ¿que fue eso que me dijiste ayer de Cindy? Cuentamelo todo. Ya.

- Ay la vi en la heladería.

- Sara: ¿Aja? Qué extraño, normalmente durabas horas hablando de ella y yo no tenía que preguntarte nada.

- No lo sé. Solo la vi. Ah y me invito a la inauguración de una discoteca en la que va a trabajar. Su motivo para regresar a esta ciudad. -Aquí está la tarjeta-

- Sara: Tenemos que ir. -Lee la tarjeta mientras maneja- Se ve interesante. ¡Barra libre!

Reí con su comentario. Aunque no me sentía animada de ir, Cindy es parte de mi pasado y no sé si la quiero en mi presente. Ella solía pretenderme, me hacía sentir querida, nunca tuvimos nada formal, pero me alegro de que así haya sido, su adicción a las drogas hizo que nos distanciáramos y ella terminó viajando a Maracaibo y mas nunca supe de ella. Ella fue mi primer beso. Era mi primer pensamiento en la mañana. Fue mi primer amor. Mi primera mujer, ella me hizo sentir mujer. Antes que ella solo había tenido un novio y fue para experimentar, pensé que era lo normal, hasta que descubrí que eso no era lo que quería para mi. Desde entonces solo he estado con una chica y la experiencia que me dejó al tratar con la adicción de Cindy, no fue grata. Estoy sola desde entonces.

Llegue ansiosa a la universidad y me separé de Sara, parecíamos hermanas gemelas realmente. Llegue al despacho del rector y le mencione mi dichoso club, hablamos un rato del papeleo que tenía que entregar y de toda esa burocracia. Me entregó algunas planillas y me pidió que recolectara mínimo 20 firmas para proceder a abrir el club de lectura.

Ya que era bastante conocida en la universidad, sobre todo por Sara quien ya llevaba 3 años de carrera de Idiomas y turismo, en menos de una hora tenía 32 firmas, estaba contenta, pero no satisfecha, mi objetivo no se había logrado. No había visto a Fiona en todo el día y necesitaba de su firma para saber que estará en el club, estaba casi segura de que lo lograría, pero no sabía cómo.



Fiona y Lisa

(Fiona) Es la última clase y aun no veo a mi Sansa. No me encontré mas a los chicos, tampoco vi a Sara. Volví a sumergirme en los libros para no pensar en ellos, no necesitaba pensar en ellos. Llega y se sienta alguien a mi lado. No quiero ver, si no es ella, no vale la pena ver quién es.

(Lisa) Llego y la veo sentada, con su rostro inexpresivo, sin mirar a los lados, esta chica es todo un misterio. ¿Qué oculta? Me siento a su lado. Quiero que me mire.

(Fiona) Volteo, sentía una mirada fija en mi. Es ella. No sé que pensar. ¿Qué digo?

(Lisa) Voltea, sus ojos grises se agrandan un poco. Es hermosa.

- Lisa: Hola Fiona -con mi mejor sonrisa, ¿Por qué me hace sentir así esta mujer?-

- Fiona: <sonrió sin darme cuenta, es hermosa> Hola Lisa.

(Lisa) Me ha sonreído. Sé que no le caigo mal. Esta chica es muy pálida, tiene los cachetes rojos. ¿Sera por mí?

- Lisa: Oye, veo que te gusta la lectura, estoy recolectando firmas para abrir un club de lectura, ¿te animas? -Di que si, di que si-

- Fiona: No lo sé, ¿tienes algún material que me des para evaluarlo? - ¿Por qué no puedo solo decir que si? ¿Qué me pasa?-

(Lisa)  ¿Qué? Es ahora o nunca. Piensa, piensa, piensa.

- Lisa: Claro, pero no lo tengo ahora conmigo, si quieres nos vemos después de la uni y te entrego un folleto. -Una mentira blanca no le hace mal a nadie. No tengo ningún folleto. Iré a preguntar al rector a ver si tiene algo-

(Fiona) - ¿Verla después de la universidad? ¿Por qué quiere verme?- Pienso que no es mala idea, quería seguir viendo a mi Sansa, y aunque no sabía de qué hablar con ella, verla para que me entregue un folleto me parece bien.

- Fiona: Tengo cosas que hacer. Quizás me lo puedas entregar mañana. - ¿Qué? ¿Por qué dije eso?-

(Lisa) Este es el colmo. Esta chica es una tonta. ¿Qué no sabe nada de nada? Tan inteligente que demuestra ser en clases y es una tonta.

(Lisa) Doy la vuelta. No le respondo nada. Espero silenciosamente a que termine la clase y me voy, no la veo, no la quiero ver, no entendía porque esa chica me tenía así. Me fui y busque a Sara, había llegado a la uni con ella y le quería avisar que me iba. Al verla me dijo que se iría con Esteban y los chicos, que me dejaba el carro. No me pregunto por mi seriedad. Gracias a Dios. No habría sabido que decirle.

(Fiona) Soy una tonta. Soy una tonta. Soy una tonta. Yo me quiero unir al club, debi haber firmado y ya. ¿Por qué dije palabra alguna? Debi permanecer callada y firmar y ya. Siento algo parecido a tristeza. Ella se voltea y permanece callada. Al terminar la clase se va y me apresuro a ir tras ella, ella no se da cuenta, la pierdo rápidamente, se había desviado a secciones de la uni donde todavía yo no conocía. Me cae una gran sombra encima. Un gran peso. Un gran frio. Me dirigo a mi bicicleta para marcharme. Quiero ir y lamentarme por ser una gran tonta.

(Fiona) Tomo mi bicicleta sin darme cuenta del carro que viene hacia mi algo apresurado. Sin pensar, salto de la bicicleta y caigo abruptamente al suelo, mi bicicleta no corrió la misma suerte, está destrozada, le pasaron encima. Me raspo las rodillas y la mano, me pego la cabeza con otro carro estacionado. Me duele la cabeza. Miro hacia el carro y veo que es ella, se baja y corre hacia mi.

(Lisa) No puedo creerlo, es una tonta. Acelero. Coloco música a todo volumen, Suena algo de Katy Perry, me da igual, quiero no pensar en ella. Acelero más. Aun sigo en la universidad. Noto una chica en bicicleta a lo lejos y no logro frenar un momento. Es muy tarde. Ya pasé encima de ella. Me bajo corriendo sin respirar hacia ella. Suelto el aire cuando noto que solo era una bicicleta. Fiona estaba a un lado, con las manos llenas de sangre. Acudo a ella.

- Lisa: Oh por Dios mira lo que hice, ¿Estás bien? -La levanto del piso, ella me mira haciendo muecas de dolor-

- Fiona: Estoy bien, estoy bien. -Me agarra la espalda- Auch, no estoy bien.

-Lisa: Dejame llevarte al doctor -Mi corazón latía a mil, tocar a esta chica es lo mejor que me ha pasado en tanto tiempo. Le causo dolor, aun así es tan hermosa-

- Fiona: No, no, puedo sola -miro mi bicicleta, está destrozada-

(Fiona) Trato de levantar mi bicicleta. En realidad la adoraba. Era la primera que compré a mis 15 años, tenía ya una colección, todas regalos de madre, pero esta era especial. Miro a Lisa y veo en su cara dolor, pienso, si la adolorida soy yo, ¿Por qué ella sufre? No quiero que me lleve al doctor, yo puedo sola.

(Lisa) La hice sangrar. Genial. Esta chica me tiene loca hace apenas dos días y ya hoy la atropello y la hago sangrar. ¿Dónde está mi helado de limón cuando más lo necesito? … Miro su bicicleta, la he destrozado totalmente. Me siento torpe, torpe y culpable. Mínimo debo llevarla al doctor. Ella se niega. ¿Hay algo que sea fácil con esta mujer? No puedo con ella.

(Fiona) Ambas estamos calladas, ella me sigue sosteniendo a pesar de que me duele es la cabeza y las manos. Creo que ella piensa que me partió las piernas. Sonrío para mis adentros. Solo la miro a ella. De cerca sus ojos azules son más hermosos, se vuelven oscuros a medida que la sigo mirando. No se por cuánto tiempo. Me siento desconocida.

- Lisa: Al menos déjame llevarte a casa. -Le digo mientras la sostengo para que no se caiga, su cabeza se inclinaba en mi hombro, sentía el dolor de ella, soy una bestia, ¿cómo pude hacerle esto?-

- Fiona: No es necesario. Llamare un taxi.

(Lisa) No le presto atención y la llevo hacia el carro, la siento en el, en ningún momento escucho una queja, a esta chica no le gusta depender de nadie por lo que veo. Pues es una tonta, si.

(Lisa) Salimos de la universidad y no dejo de verla. Sostengo su mano ensangrentada asegurándome que no tiene hemorragia. Ella me lo repite una y otra vez. Tenía la cabeza recostada en el asiento y miraba hacia la ventana. Yo manejaba sin saber hacia donde. No sabía la dirección de su casa. Decido llevarla al doctor.

- Fiona: ¿A dónde me llevas? Mi casa es 4 cuadras derecho y luego cruzas por el parque a la derecha. Ya no estamos muy lejos.

(Lisa) No le hice caso, pero si me grabe la dirección. Llegamos al doctor y le vendaron las manos. Le dieron analgésicos, antibióticos y volvimos al carro. En el camino empecé a hacerle preguntas. Necesitaba ya saber más de ella.

- Lisa: Dime Fiona, ¿Si te gusta leer, por qué no quisiste acceder a mi club de lectura?

- Fiona: -Mirando hacia la ventana, se me dificulta mirar a los ojos cuando hablo- No lo sé, solo quería saber un poco más acerca de ese club.

- Lisa: Mientes Fiona. ¿Por qué me mientes?

- Fiona: No miento. -Largo silencio- Está bien, la verdad no lo sé. No lo sé Lisa, nunca había pertenecido a nada. -Odio mostrarme vulnerable ante alguien-

- Lisa: No te entiendo. ¿Nunca has estado en un club? ¿No lees con tus amigos?

- Fiona: …

- Lisa: Déjame adivinar, no te gustan hacer actividades en grupo.

- Fiona: No suelo hacer nada en grupo.

(Lisa) Esta chica es increíble. Cada vez la entiendo menos. Es bella, ojala fuese un poco mas suelta. Le agarro la mano vendada y la acerco a mi regazo mientras manejo. Un impulso desconocido, solo quería sentirla cerca. Ella la retira rápidamente. Es más tímida de lo que pensé.

(Fiona) Retiro mi mano rápidamente. La miro desconcertada. Mi corazón vuelve a later fuertemente, no sé lo que estoy sintiendo, solo recuerdo a las dos chicas con las manos agarradas bajo la mesa, no entiendo lo que pasa en mi entrepierna, siento ansias por estar más cerca de ella y sin pensarlo dos veces le digo:

- Fiona: ¿A donde tengo que firmar para ingresar a tu club?

- Lisa: Genial, toma, aquí está la lista. -Le doy un lápiz- Ah pero, tus manos, no sé si puedas escribir. -Le agarro la mano nuevamente, la acaricio por encima de los vendajes-

- Fiona: Tranquila, no tengo fracturas. -Tomo el lápiz y firmo sin ningún problema- Ahora déjame en casa por favor.

(Lisa) Deje que me dictara nuevamente la dirección. Me gustaba oir su voz. Disfrutaba cada momento con ella. Aunque ella tratara de hablar lo menos posible. Recordé la canción de ayer, la busque en mi teléfono y la conecte con las cornetas del carro. Ella ya estaba en silencio así que subí el volumen para que escuche la letra. Di dos vueltas innecesarias por unas calles que yo conocía, solo para alargar el momento. Su rostro inexpresivo no me daba señal alguna. Asi que empecé a cantar con The Beatles.

- Lisa: No place you can Be
Than where I intended to be
It's Easy

All You Need Is Love
All You Need Is Love
All You Need Is Love, Love
Love Is All You Need - Me afincaba exageradamente en la palabra LOVE-

(Fiona) Esta cantando, no conozco la canción, que hermoso canta, ¿Por qué se afinca tan exageradamente en la palabra LOVE? Se escucha cómica. Le ha tomado media hora el camino que recorro normalmente en 10 minutos en bicicleta.

- Lisa: Llegamos. -Estaciono el carro lentamente. Quiero hacer este momento eterno-

(Fiona) Llegamos a mi casa. Suspiro. Ahora no me quiero bajar. Quiero decirle algo, no dejo de mirar hacia delante, sigo sin bajarme del carro. Debo bajarme. Tomo la manilla para bajarme y volteo hacia ella, siento temblar, abro la puerta y le digo gracias. Antes de bajarme ella se acerca.

(Lisa) Este día ha resultado mejor de lo que pensaba. Hasta su silencio me parece atractivo. Noto que aunque llegamos a su casa ella no se baja. Empieza a temblar su labio inferior. Me acerco a ella cuando voltea a verme por última vez. Quedo a pocos centímetros de su boca, la miro a los labios. Ella está paralizada, siento sus nervios. Siento su aliento.

(Fiona)…

(Lisa) Rozo mis labios con los de ella y me desvío hacia su cachete. Le doy un beso largo. Mis labios siguen en su cara. Aspiro su aroma. Tiene un perfume diferente a lo que he olido antes. Huele divina, a su manera. Me separo y la dejo ir.

- Lisa: ¿Ves que no muerdo? Ha sido una linda tarde Fiona. -Le sonrío, la quiero besar. Me la quiero comer-

(Fiona) Le sonrío un poco. Me bajo del carro. No le digo nada. Mi corazón va a estallar. Me alejo del carro y antes de llegar a casa volteo, ella me sigue viendo. La miro un rato y entro a casa, su carro sigue estacionado.

(Lisa) Ella se baja. Decido dejarlo al azar. Si ella voltea a verme antes de entrar a casa, es porque definitivamente está interesada pero ella no lo quiere asumir, o no sabe asumirlo. Seré más directa con ella de ahora en adelante. Esta chica necesita un empujonsito. Voltea a verme. Es un encanto. Quiero bajarme del carro y besarla. Espero a que entre a su casa. Arranco.



(Fiona) Llego a casa. Madre y Lena tomaban té con otras amigas. Ni me molesté en saludar, no quería que me pregunten lo que había pasado con mis manos. Mañana le rendiré cuentas a madre, hoy no. Entre a mi cuarto y me tomé un baño. El dolor de cabeza se me había quitado. Me acosté con los vendajes, no tenía hambre. Me puse los audífonos. Música aleatoria. Lucifer de Blutengel. Una canción triste acerca de una chica triste, frustrada. Cambie la canción, no quería escuchar nada triste, quería pensar en el beso de mi Sansa. Otra canción aleatoria. Ninguna es perfecta para el momento. No tengo ni una canción positiva en mi Ipod. Sonrío. Me rio fuerte. Como pocas veces lo había hecho. Decido llenar el Ipod de música nueva para mí. Una nueva experiencia.

lunes, 3 de noviembre de 2014

Canción solitaria II



Lisa

6.30 am suena la alarma y me levanto de buena gana, tomo una ducha y me dispongo a hacer el desayuno, estaba de tan buen humor que quería sorprender a la familia con una buena comida. La verdad no entendía mi buen humor, quizás porque era el primer día de clases y ya tenía bastante expectativas, ansiaba conocer gente nueva, ya tenía un mes en el curso de ingles y en una academia de danza y teatro.

Su relación con sus padres y hermanos era excelente.

Bajo a la cocina con el Ipad en mano, leo el Twitter para estar al tanto de las actualizaciones del día. Sigo algunas cuentas nuevas referentes a la saga. La verdad me encanta. Termino el desayuno, me preparo mi jugo de limón y preparo mis cosas, poco a poco van bajando mis padres y Joel, mi hermano menor, la verdad desde que Sara se mudó a su nuevo apartamento, el ambiente de la casa no ha sido el mismo, todos la extrañamos, pronto yo me mudaría con ella, por petición de ella y Joel en un par de años años se irá a Santiago de Chile donde empieza la universidad. Su nueva vida. Y nuestros padres podrán tener la vida que siempre quisieron. Viajar, conocer y hacer todo tipo de deportes juntos.

- Alguien está de buen humor. -Dijo padre con una sonrisa, muy elegante como siempre, reservando su mejor humor para nosotros-

- Estoy bien, me siento tranquila, Sara tiene 6 meses fuera de casa y ya había que normalizar las cosas, no? -Dije, a la vez que le daba un beso con cariño a mi padre, un hombre de 44 años muy comprometido con su trabajo, abogado de profesión, atleta de corazón- ¿Cuando regresa mamá?

- Ya llega mañana, es importante que vayamos los 4 al aeropuerto a recibirla, ya saben, le recuerdan a Sara por favor, igual yo la llamo ahora más tarde.

- ¡Claro! -Dijimos al unísono Joel y yo-

Todo momento en familia era preciado para mí y mis hermanos, somos nuestro soporte, somos todo para uno y uno para todos. Sara era nuestra hermana mayor. Solo me lleva 2 años, es los ojos de papa. Mi relación con ella es excelente. Soy amiga de sus amigos y ella de los míos. Siempre ha llamado la atención más que yo, con su carisma, su encanto, es hermosa físicamente, la única envidia que le tengo es su cuerpo bien trabajado y senos voluminosos, solo ha tenido un novio y aún sigue con él, tiene el espíritu aventurero al igual que nuestros padres, adora viajar y conocer nuevos lugares.

Ingresé al curso de ingles a petición de Sara, quien quiere que viaje con ella a todas partes para conocer juntas el mundo. Tiene planes para nosotras, incluso para Joel, aunque este haya preferido irse a estudiar en otro país.

Tomé el carro, regalo de mis padres por cumpleaños 17 y por mis buenas notas en la preparatoria. Era mi orgullo, un Nissan March color turquesa. Llamo a Sara, para saber si está despierta, es muy difícil lograr que despierte temprano, su novio, Gerard, es piloto comercial y cada cuanto que está en la ciudad no perdían ni un segundo de estar separados. Si ella está feliz con ese estilo de vida, yo soy feliz por ella.

- Sara: Hermanaaaaa!

- ¿Sara? ¿Que ya estas despierta? ¿Y ese milagro?

- Sara: Ningún milagro, no seas exagerada jajajaja, bueno, Gerard se fue ayer en la tarde y no me apetecía hacer nada, estudié un poco hasta quedar dormida, bien temprano por cierto.

- Enhorabuena, ¡ya te extrañaba! ¿Estás lista para la uni?

- Sara: Claro! Si ya voy saliendo, te veo al rato hermana. Muacks!

Si claro, ya anda saliendo, seguro que hasta se sigue arreglando y me colgó rápido para que deje de preguntar.

Bueno, ya estoy llegando a la uni. Estaciono y me bajo del carro sin darme cuenta del carro que estaba estacionando a mi lado, lo esquivo rápidamente, quizás el conductor ni se haya dado cuenta, pero me dio un mini infarto, ¡que susto! Me quedo observando el carro vecino para disculparme con el conductor por mi descuido, al bajar veo que es un chica quizás de mi edad, cabello negro con un corte muy genial, piel muy blanca, labios carnosos, ojos tristes, tímida, no distingo ver bien sus ojos, lleva una franela con un corte muy original, me gusta, no distingo ver el diseño de adelante. La chica se detiene en frente de su auto, y por un rato se queda mirando la universidad, sola, silenciosa, solo contemplaba la estructura, me pregunto que estará pensando. Luego de un largo rato, unos 10 minutos quizás, ella se va... Me había quedado viéndola y olvide que quería hablar con ella para disculparme, en fin, quizás la vea luego, quizás ni se dio cuenta tampoco. La perdí de vista y llegué a mi primera clase, ahí estaba Diana, mi amiga de hace años. Estaba conmigo en la academia de Danza y Teatro.

Mientras hablaba con Diana cualquier banalidad, ya que prácticamente la veía todos los días, me fijo en que la misma chica del estacionamiento entra a la clase, silenciosa, tímida, tal como había estado antes, con un rostro inexpresivo, no quiere llamar la atención, no quiere hablar, solo se sienta, saca sus libros y se sumerge en ellos. Es una chica extraña. Ella no miraba a los lados, solo dio un vistazo rápido sin mirar a nadie realmente. Nuevamente esa chica no me mira. Pero yo si la miro a ella, no puedo dejar de mirarla, incluso Diana se da cuenta.

- Diana: Que chica rara, ¿no? -Dijo con una mueca en la boca-
- No sé si es rara, quizás solo es tímida. -Tiene un nosequé-

Transcurre la clase de lo más normal, no podía prestar atención en nada, no lo lograba, tenía que mirarla a ella, a ver que hace, ya todos estaban socializando, ella no, ella no miro a los lados nunca. Estaba en su mundo. Sentí curiosidad de saber cuál es su mundo.

A la hora del almuerzo sin darme cuenta había dejado a Diana sola y fui a buscar a esa chica, tenía que hablarle, conocerla, desconozco la razón. Al rato veo a Sara con los amigos y me acerco a ellos, escucho que ella me grita, la siento emocionada, eso es lo que me gusta de mi hermana, expresa mucho sus emociones.

- Sara: ¡¡¡Lisaaa!!!

Al ir acercándome noto que hay una chica de espaldas, ya estaba por levantarse cuando saludo a mi hermana y a sus amigos. No puede ser, es ella. Es ella. La chica misteriosa. Sara no deja de mirarla y de hablar. Yo tampoco dejo de hacerlo, de cerca es hermosa, necesito hablarle, saludarla, quiero oírla.

Vaya nombre. ¡Qué exótica esta chica!

- Lisa: Hola Fiona. Vaya nombre, que peculiar, ¿eres extranjera? calma Sara, intimidas a la chica. Soy Lisa.

Landon, un amigo de Sara, empieza con sus tonterías y al final no logro escucharla, no dice nada, toda la atención se fue a Landon, es un tonto, pero es buen amigo. De la rabia me senté y empecé a tomar mi jugo favorito, de limón, realmente me encanta todo sabor a limón, sobre todo los pastelillos de limón, son mi debilidad. Me doy cuenta de que Fiona tampoco está prestando atención, comienza a sudar, se ve hasta tierna, provoca decirle que se calme, que todo está bien. Quizás no le gustan este tipo de reuniones, o quizás solo le caímos mal, ¿pero por qué? Si solo sabe de mí mi nombre, que engreída es entonces.

Se termina de ir. Quiero ir tras ella, pero no. Es una chica hermosa, al irse, Sara no dejaba de hablar de su franela, su franela es genial, su diseño espectacular, veo que es fanática de la saga. Es eso, quizás solo por eso quiero hablarle, me está haciendo dudar y eso no me gusta, necesito olvidarla ya.

Regreso a la nueva clase y la verdad me encontraba algo desanimada, había pasado parte de mi día pensando en una chica, me sentía extraña. Bastante.

Recorro los pasillos y los escalones con mucha calma, pues aun me quedaban 10 minutos. Sin darme cuenta pensé en ella, en Fiona, y en la primera vez que la vi, como observaba esta estructura, quería ver lo que ella veía. Quería pensar lo que ella habría estado pensando al detenerse por largo rato aquí, frente a la uni.

En fin, llegué, algo malhumorada ya. Sara me decía que a pesar de estar siempre sonriendo, un mínimo detalle era capaz de hacerme pensar tanto que podría olvidar sonreírle a la vida nuevamente. Tengo muchas debilidades al parecer.

La veo. Sonrío. Siento un calor en el estomago. Acidez. Necesitaba otro jugo de limón. Aunque sabía que mi acidez la causaba eso. ¿O no? ¿Que era entonces?

Me acerco a ella, la tomo por sorpresa.

-Si me gusta tu franela, Sara no dejaba de hablar de ella, hasta que te vi ahorita, la pude detallar. Me parece muy interesante. -No aguantaba más, quería decirle algo, lo que sea-

-Lisa... -Me dijo sorprendida, aunque su voz no decía nada-

Hasta que por fin la escucho un poco más. Habla muy bajo. Muy seria.

-Si, veo que me reconoces Apenas y dijiste algo en el comedor, estamos en esta materia juntas, quizás aquí te escuche más. -¡Di algo, mujer!-

Y así transcurrió la clase, me senté a su lado, me llamaba la atención poderosamente. Necesitaba saber porqué. De reojo pude sentir que ella me miraba, pero no quise voltear para no intimidarla. Je, al menos ya sé que no le caigo mal, al menos me mira, traté de acomodarme el cabello, no sabía porque me miraba. Sentí mas curiosidad todavía.

Al terminar la clase trate de estar muy tranquila, necesitaba buscar palabras precisas para hablarle. Me quede un rato pensando hasta que volteo, ya no estaba, se había marchado. ¿Pero que se cree? No puedo creerlo, esta chica es un caso. ¿Piensa que la voy a morder? Ya luego cuando pensé eso sentí rabia, rabia con ella y rabia conmigo por estar pensando tanto en ella. Me quede paralizada. Seria. Me fui a casa, primero pasé por una heladería, necesitaba comer helado, de limón, de alguna manera necesitaba pasar la rabia, y me encontré con Cindy.

- Cindy: Siempre de limón, nunca cambias vale.

- No, espero no cambiar nunca. -Decía mientras degustaba mi helado, sentí algo en la barbilla-

- Cindy: Te quedó algo en la barbilla, permíteme. -Dijo mientras estiraba su mano para limpiarme la barbilla-

- Gracias -Permanecí inmóvil- Como estás Cindy? Hace ya más de un año que no te veo, eres la última persona que esperaba encontrarme aquí. - ¿Por qué estás aquí? No te necesito en mi vida ahora-

- Cindy: Estoy recién mudada, encontré trabajo en la ciudad, en un local, una discoteca nueva, es algo pasajero mientras me establezco mejor. Toma. -Me entrega una tarjeta- es de la discoteca, para que vayas conociendo. Me gustaría verte en la inauguración. Es dentro de dos semanas.

- Claro, le diré a Sara para ir, le encantará -Sara irá sola con sus amigos, para que lo sepas de una vez-

- Cindy: Genial.

       - ¿Por qué me ve tan fijamente? Sabe que eso me derrite-

- Ehh, yo, me, me tengo que... Yo... -Suena mi teléfono, es Sara- ¡Sara! A que no adivinas a quien me encontré, Cindy si, se ha mudado a la ciudad. Si. Ok ya voy para allá. ¡See you sis! -Cuelgo- Me tengo que ir Cindy.

- Cindy: Definitivamente no cambias. No dejas de mencionar a Sara ni en cada minuto. -Dijo con voz rencorosa-

- Vendedora de helado: Señorita su pedido está listo -Me entrega la vendedora de helado 2 bolsas enormes de helado y galletas recién horneadas-

Me sonrojo un poco, sabia que a Cindy le molestaba que mencionara tanto a Sara, en realidad me tengo que ir es a casa. Sara llamó solo para preguntarme por su lápiz labial que estaba conmigo. Pero usé la llamada solo como excusa para alejarme de Cindy lo más pronto. Su presencia es una vieja herida. Tenía que irme lo más pronto. Quizás deba pedir más helado. No me siento feliz.

- Cindy: ¿Tienes alguna fiesta de helado o algo asi? -Preguntó mirando las bolsas enormes-

- Vienen unas amigas, necesitamos helado para ponernos al tanto -Mentí, mi cuerpo necesitaba una sobredosis de helado de limón-

- Cindy: Genial que tus amigas también adoren el helado de limón.

- Adios Cindy -Ignore su tonto comentario-

Llegue a casa y estaba Joel jugando videojuegos con sus dos amigos, todos aplicaron para irse juntos a Chile en un par de años, desde entonces son inseparables. Los saludé y me senté un rato con ellos, la verdad adoro los videojuegos, pero tengo poco tiempo para estar retomando ese vicio. Abrí mi helado y no les ofrecí, temí que dijeran que si. Ellos ni me miraron, dos estaban jugando y uno de ellos solo les gritaba que hacer.

Estuve un largo rato en eso hasta que miré el reloj, eran las 4:35 pm ya casi era hora de mi curso de ingles, recordé a Fiona, la chica de la extraña mirada y la voz tímida. Pensé en Cindy y en como de repente mi tristeza se había multiplicado al doble. Me sentí sin ánimos de ir al curso de ingles. Pero fui.

Hoy nos tocaba taller de música. Escuchamos All you need is love de The Beatles. Reí bastante apenas escuche la canción empezar, la conocía. Reí sin parar, el destino me hacia una buena jugada, solo quería reír. Canté y canté una y otra vez. Saque nota sobresaliente, mi ánimo cambio totalmente, tenía ganas de llamar a Fiona, de reír con ella... ¿Reír con ella? ¿Cómo será la risa de Fiona? Reí más mientras la imaginaba riendo. Debe verse mucho más tierna. Si tan solo ella supiera. Además, no tengo su número. No sé nada de esa chica y ya quiero saberlo todo.

Llegue a casa tarareando la misma canción una y otra vez, Joel y sus amigos ya no estaban, me tome un baño y descargué esa canción en mi teléfono, quería seguir oyéndola. All you need is love. Love is all you need. Le escribí un whatsapp a mi amiga Diana diciendole que hoy escuche la canción perfecta. Respondió diciendo de qué trata. No le respondí mas, reí un poco más, me acosté y seguí pensando en Fiona, en sus ojos grises. Fiona Fiona, solo se de ti que te gusta la saga, por tu actitud solitaria supongo que habrás leído los libros, ¿Qué otros libros habrás leído Fiona? Me quede pensando hasta quedar dormida.

A las 2:14 despierto en medio de un sueño confuso donde había mucha gente discutiendo y lanzando libros, otros leyendo, otros peleando, otros armando una gran hoguera con otros libros, libros viejos, libros importantes, gritaban palabras que no conozco. En ese momento desperté con una nueva idea en mi cabeza. Pensé en Fiona y no pude sentir más emoción.

Crearé un Club de lectura. Haré que Fiona quiera estar en el grupo.

Tomé un poco de agua, me costó retomar el sueño, ya que la ansiedad no me dejaba, pensé si Fiona estaría pensando en mi o en quien. Al final caí rendida. Había pasado un día lleno de sorpresas, y por más que haya estado de mal animo, pondré lo mejor de mí para crear este Club.


Canción Solitaria I

Fiona es un alma solitaria, refugiada en su propio mundo. Algo egocéntrica, aunque muy introvertida. Su vida es un libro, una saga. Conoce a Lisa y a sus amigos, aun no sabe que hacer o como comportarse con ellos. Algo si sabe, Lisa es su Sansa.



Estaba sentada en el El Muro, una inmensa muralla de hielo que se extiende de este a oeste en el norte, me encontraba a más de 213 metros de alto, contemplaba la soledad, 400 kilómetros y solo estaba yo, herida, pero no sangraba, sentía dolor, no sabía dónde, no comprendía nada. Vientos gélidos soplaban hasta calarse entre los huesos y devorar todo sueño y cada bocanada de aire era como una cuchillada de dolor. Frío y dolor. Pensé en desfallecer, rendirme ante tal sufrimiento, quizás todo acabaría si dejaba de luchar, encontraría la paz que me ha sido arrebatada desde mi uso de conciencia, nadie sabría de mi hasta terminado el frío invierno, mi madre, pensara que estoy llegando días después como le habría prometido días atrás, todo se estaba acabando, una última bocanada, un último aliento.. Un ultimo...


-Fiona! Fiona! ¡Levántate que ya es tarde! ¡El desayuno está listo!


Abro los ojos y me encuentro en mi cama, sin rastros de cobija alguna, con el aire acondicionado en su mínima temperatura y un clima exterior poco favorecedor, el frio no me deja moverme, me encuentro en posición fetal temblando un poco del frio. Me levanto y poco a poco voy recordando aquel sueño enloquecedor que llevaba días perturbándome, desde que nos mudamos de casa, de ciudad, mi madre y yo, he tenido esos sueños recurrentes, todos referidos a mi novela favorita, últimamente mi vida se había basado en leer y leer aquellos libros como si solo existiéramos ellos y yo, son parte de mí, yo soy parte de ellos.


A menudo nos estábamos mudando ya que mi madre es de esas que cuando termina una relación amorosa decide dejarlo todo atrás y empezar desde cero, a mis 19 años ya me había acostumbrado a ese estilo, o quizás era eso lo que pensaba y quería creer, todo estaba bien para mi, toda sensación y emoción me eran indiferente, todo a mi alrededor se perdía mientras yo me encontraba leyendo algo que me desconectaba por completo. Sentía que esa, era mi verdadera pasión.


- Hola madre.


- Hola Fiona, ¿por qué te tardas tanto en bajar? Anoche entré a tu cuarto y te vi sin cobija, estabas temblando, apague el aire acondicionado y me gritaste, ¿recuerdas eso?


- No madre, ¿qué te dije?


- Me asustaste tanto, que tuve que encender el aire nuevamente -Decía mi madre entre risas- Quizás en tu otra vida eras guerrera porque me gritaste ¡¡¡EL NORTE RECUERDA!!! Jajajajaja!


- No recuerdo nada madre -me ruborice un poco- ¿me pasas la leche?



- Fini -Ya más seria y tranquila- hoy es tu primer día, me gustaría que hicieras más amigos, que hables y socialices un poco más. ¿Sabes que te amo verdad? ¿Y que todo es por tu bien, verdad?


-… -Me quede callada el resto del desayuno-


Agarré el carro de mamá porque se hacía tarde, normalmente uso la bicicleta o transporte público, pero aun no me acostumbraba a esa nueva ciudad, mamá es una mujer acomodada económicamente gracias a una herencia de su padre a quien nunca conoció, al igual que yo con el mío, mi abuelo a pesar de nunca darle su apellido, le había dejado gran parte de su riqueza, eso también incluía una madrastra resentida y 2 medio hermanos celosos. Al fin y al cabo, madre estaba satisfecha, nunca había aspirado a nada de su padre a pesar de que sabía que era un señor de gran nombre e influencia.


Sumergida en mis pensamientos, me desvió del camino que debí tomar para llegar a la universidad, tenía planeado el camino, lo recorrí unos días antes para precisamente no pasar por esto, me gusta tener todo calculado, tener siempre un plan B, y ese caso no fue la excepción, días antes había tomado fotos de todo el camino prácticamente y de sus desvíos también, nombres de calles, avenidas, todo, fotos que me sirvieron para ese entonces.


Finalmente llegué, muy tarde a decir verdad, pero sentía cierta satisfacción conmigo misma por haber salido de ese apuro sin necesidad de nadie. -Siempre autosuficiente- me lo repetía una y otra vez.


Era una estructura hermosa, algo antigua, restaurada, bien cuidada. Me imaginaba un castillo de esos que tanto mencionaba mi saga, mi obsesión, quería vivir en una época medieval donde yo era una mujer independiente que no precisaba de ningún caballero que me salvara. La amé, amé mi universidad sin siquiera conocer que me esperaba dentro de ella.


Como era normal en mi, busque por internet los planos de esta, tome los horarios, las materias, hice todo lo que debía hacer sin necesidad de pedir ayuda a nadie. Mientras menos gente veía, mejor. Guiándome por mi teléfono, subiendo miles -Así lo sentí yo- de escalones, llegue al primer salón. Primera materia. Primera profesora. Primer grupo de gente.


Hago un recorrido rápido con los ojos para saber cuánta gente había, y encontrar un espacio para mí, no eran más de 30 personas, me puse algo tensa. Tome mis cosas y me senté, sentía las miradas de algunos y la indiferencia de otros. Me llene de inseguridades, casi entraba en pánico, hasta que empezó la clase, tome mis libros y me sumergí en ella.


Ya en el primer descanso, almorzaba sola, las clases transcurrieron normal, siempre y cuando me mantenga ocupada haciendo algo y deje de pensar, me encontraba tranquila, todo lo hacía con fluidez, me gusta estudiar, es lo que mejor hago, podrían considerarme una “cerebrito” ya que algo que no se me da muy bien es socializar, eso de hablar con extraños, mi madre dice que por eso es que me refugio en los libros. No lo sé. Quizás.


Comida saludable. Siempre cuidaba mi comida. Había acostumbrado a madre a que cuide su comida también, por lo tanto en casa entraban más vegetales que carnes. Solía caminar bastante y recorrer en bicicleta. Son los únicos “deportes” que practicaba.


Mirando mi bocado de brócoli, pensando en lo que me dijo madre acerca de socializar, miro a mi alrededor, me siento vacía, insignificante, solo quería irme a casa a escuchar algo de Strauss o de Wagner mientras buscaba por internet los museos o galerías de la ciudad. Me gustaba conocer todo lo que no implicara conocer gente.


- Hola, ¿es tu primer año, cierto? No te había visto antes.


Un grupo se sienta a mi lado en el comedor, un chico entre ellos me saluda. Desconozco la razón. No debo tener cara de que quiero ser saludada.


- Si -Respondo algo perturbada-


- Soy Julián, ellos son Landon, Sara, Margareth, y Esteban.


Todos me saludan. Algo alegres. Demasiado diría yo.


- Fiona -No entiendo esas sonrisas-


- Sara: Que genial tu franela, muy original, ¡Lo sabía! ¿Te gustan esas cosas? Te vi desde lejos y me llamó la atención. Mi hermana me tiene loca de tanto hablarme de eso, incluso hasta me hizo ver la serie con ella. ¡Dos veces! -Dijo señalando mi franela de Lobo Huargo bañado en sangre de León dorado-

-La diseñé yo misma. -Había tardado días en encontrar el diseño perfecto para luego modificarlo a mi visión e incluirlo a mi franela para hacerle unos cortes y unas costuras precisas -



-Sara: ¡Awesomeee! ¡Meeee encanta! A Lisa le encantaría si la ve. Ah mira, ahí viene. ¡¡Lisaaaa!!


Al hablarme de su hermana supuse que habría más gente. Más gente implica hablar más y ya me estaba incomodando la situación.


-Fiona: Quizás en otro momento, debo irme a clases.


Estaba por pararme de la mesa cuando veo a la hermana de Sara.


-Lisa: Hola Sara, chicos -Les da un beso en la mejilla a cada uno-


-Sara: ¡¡Ella es Fiona, mira su franela!!


- Lisa: Hola Fiona. Vaya nombre, que peculiar, ¿eres extranjera? -Lo dijo con una sonrisa capaz de mover montañas- calma Sara, intimidas a la chica. Soy Lisa.


- Landon: A mí me recuerda a la esposa de Shrek. Pero solo el nombre, ¡porque tú eres mucho más guapa!


- Margareth: ¡Eres un tonto! ¿Cómo pretendes compararla con la Fiona de Shrek? -Dijo eso dándole un golpe suave en el brazo- No le hagas caso. El no sabe hablar.


- Landon: Entonces eres la princesa Fiona cuando se vuelve humana jajaja -Dijo tocándose el brazo donde recibió el golpe, como si le hubiese dolido- ¿QUEE? ¡Era hermosa! -Dijo ante la mirada amenazadora de Margareth- ¡Auch!


Todos reían menos Margareth y Lisa.


Ignoré aquellos dos, mis pensamientos aun estaban en la hermana de Sara, quien ya estaba sentada tomando un jugo de limón. Mi seriedad me consumía, me sudaban las manos y me sonrojé sin querer. No controlaba la situación, entré en pánico y dispuse a irme.


- Sara: ¿Tan rápido? Te ha molestado Landon? Es un pervertido -dijo riendo- jajajaja pero lo llegas a conocer y termina cayendo bien jajaja


- Landon: ¡¿Aah es que ya todos dan opinión de mi?! Que abuso jajaja


-Fiona: Adiós chicos. -Sonreí como pude, estaba dispuesta a hacer amigos y ese grupo podría ser interesante. Aparte, una de ellos conoce la saga, una... ¿Una? Pero si son dos, ¿por qué dije solo una? Olvide a Sara-


Aquel pensamiento me había borrado la sonrisa nuevamente. Fui breve.

Llegué a clases y nuevamente me sumergí en los libros. Hasta que se me acerca alguien y dice...


-Si me gusta tu franela, Sara no dejaba de hablar de ella, hasta que te vi ahorita, la pude detallar. -Dijo sonriendo- Me parece muy interesante.


-Lisa...

-Si, veo que me reconoces -Dijo entre bromas- Apenas y dijiste algo en el comedor, estamos en esta materia juntas, quizás aquí te escuche mas -Creo que seguía bromeando-


Se sentó a mi lado. Presté toda la atención que pude. Trate de abrir mis libros para no pensar en nada. Así como me gusta. No pensar en nada a mi alrededor. Pero esta vez no podía. Algo me llamaba a voltear hacia ella cada cuanto. Al finalizar el día en la universidad me fui, no me despedí de ella. No quise hacerlo. ¿Qué le iba a decir? ¿Adiós? ¿Hasta luego? … ¿Chao? No supe, no quería despedirme. No de ella. Así que me fui sin decir palabra.


Al llegar a casa no hice nada de lo que quería hacer, mamá seguro estaba en una de sus empresas, la verdad nunca pregunto mucho, solo me bañé y me acosté a pesar de ser aun temprano. Quería pensar en todo lo que pasó. En las materias, en los profesores, en mi castillo medieval, al que luego de un rato lo denominé Bosquespeso, sonreía a solas pensando en esa ocurrencia, esa era mi universidad. Mi nueva vida.


Pero sobretodo, quería pensar en la gente que vi, que conocí, jamás había tenido un grupo de conocidos. Cerré los ojos para recordar sus rostros y en las cosas que pude haber dicho o hecho, pero no, eso no se me da. Las brillantes ideas se me ocurren cuando ya es tarde.


En ningún momento deje de pensar en Lisa, por más que me lo negaba pensando en otras cosas, su imagen seguía en mi mente. Su cabello castaño rojizo, sus ojos azules y sus pómulos altos no habían pasado desapercibidos en mí, recordaba cada detalle, a pesar de ser breve en mis miradas.


Desconocía que era lo que me atraía de ella, de donde vengo todas las personas tienen características físicas casi igual. Pero ella no era igual. Era su sonrisa. Su manera de hablar.


Abrí mi libro y empecé a leer un capitulo cualquiera, ya me sabia el libro de memoria así que leía aleatoriamente...


Luego de un rato lo entendí. Ella era mi Sansa.


¿Mi Sansa? Pensé que es una locura. Sonreí a mis adentros. Me sentí atrevida. Jamás me había fijado en alguien, no más de lo normal, no sabía que podían gustarme las chicas pero sabía ciertamente que los chicos no llamaban mi atención. No de la manera en que dicen debe ser.


Quise saber más de ella, pero gracias a mi forma de ser, poco pude saber de ella. Me llené de inseguridades. Quise buscar su nombre en internet pero recordé que no conozco su apellido. Pensaba todo eso mientras miraba la pantalla de la laptop apagada.


La cerré. Pensé un rato mas en mi Sansa -Así me dispuse a llamarla en secreto, a mis adentros- Quizás mañana le hable. Quizás no. Quizás solo me dedique a mirarla. ¿Qué podría decirle yo?