miércoles, 24 de diciembre de 2014

Cancion solitaria VIII



Liliana

Mi niña está creciendo, se que llegara el momento en que debo dejarla ir, debe conocer el mundo por su cuenta. Toda mi vida la he dedicado a ella, todo mi esfuerzo, todos mis logros, quiero que tenga todas las comodidades que yo no tuve.

- Liliana: ¿Lo estaremos haciendo bien? – Digo en voz baja mientras ambas miramos a Fiona dormir- Es un ángel, no quiero que le hagan daño.

- Helena: Tiene la suerte de tenerte como madre. –Decía mientras me frotaba los brazos, tal como sabe que me gusta y reconforta-

Ya una vez en el cuarto empiezan mis temores nuevamente.

- Liliana: La amiga de Fiona me dijo que le habla mucho de nosotras, no pude evitar entristecerme, somos lo único que conoce.

- Helena: Mantengo firme lo que te dije antes, vámonos de viaje juntas. Le hará bien estar lejos de nosotras por unos días. -Dijo mientras buscaba su bata de dormir-

- Liliana: No sé, no creo, ¿Y si me necesita? Desde que empezó la universidad ya casi no habla conmigo.

- Helena: Está haciendo amigos, ya suficiente tuvimos con retenerla un año sola en Lyon. –Se me acerca, no puedo evitar estremecerme con sus caricias-

Necesito tener una charla con esa niña, Lisa, ¡no voy a dejar fácilmente a mi bebé, a merced de una joven que no sabe nada!

- Liliana: ¿Cuándo le vamos a contar lo nuestro? – Ya casi no podía hablar, sus besos no me dejaban ni pensar-

- Helena: Si ella no lo sabe, debe sospecharlo. – Dijo abriendo los botones de mi camisa-

- Liliana: Sabes que ni que hagamos esto delante de ella, se daría cuenta.

Reímos de mi comentario. Sentí algo de tristeza nuevamente al pensar en la inocencia de mi única hija y en la maldad que puede encontrar en este mundo. Aun así, Helena me hizo olvidar por un momento, esa noche volví a ser suya.

- Liliana: No se que haría sin ti.

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Diana

Llegan las audiciones y como no me inscribí en la participación, con mucha insistencia de Lisa solo vine a darle apoyo, su amiguita rara no pudo venir, bueno, al menos está Sara. Luce más hermosa que nunca, es un ángel, es perfecta, que cuerpo, que ojos, tan solo como se llena de orgullo cuando ve a su hermana, si me mirara de esa forma no sabría como reaccionar. Pero que tonterías digo, si ella solo tiene ojos para el insípido de Gerard, con su aire de grandeza y sus rulos oscuros. Mírame a mi Sara, ¿Por qué no ves que estoy aquí junto a ti?

Sentí celos al no poder estar audicionando y aprovechar la mirada de ella, Lisa lo está haciendo excelente, ¿de donde habrá aprendido a pronunciar así?

- Diana: Lisa lo está haciendo bien – Le digo a Sara para buscarle conversación-

- Sara: Es perfecta. La obra promete mucho, por lo que he visto en las canciones, ¿Por qué no estas audicionando Diana? Me encanta el francés. ¿De donde aprendió a pronunciar? – Me decía sin dejar de mirar a Lisa-

- Diana: - Por ti aprendería hasta mandarín, Sara- Se habían cerrado las inscripciones cuando fui. – Tuve que mentir, no podría decirle que me aburre algo que ella ve encantada-

Sara

Definitivamente tengo que aprender con quien le enseño en tan poco tiempo semejante perfección al pronunciar el francés. Mi hermana luce espectacular, le tomare fotos para colgarla en su Facebook. Me extraña que su amiga no esté aquí con ella, ¿Cómo es que se llama? ¿Nora? ¿Flora? No sé que le habrá visto, me pregunto si esa chica sabe reír o sabe llorar, nunca la veo haciendo otra cosa que no sea leer o simplemente estar con la mirada perdida. Tengo que hablar con Lisa de ella. No sé si es lo que mi hermanita merece a estas alturas.

Uhmm que lindo está el asistente, como se le marca el pantalón, creo que está maquillado, ¿Sera gay? Ay se mueve con una gracia, Gerard se estaría burlando si lo ve, la verdad... No me interesa si es gay, puedo convencerlo, le pediré su número más tarde.


Diana está aquí y ni me había dado cuenta, la saludo y hago comentarios al azar, y sigo pendiente de los que están cantando. Ya quiero que Lisa termine para escabullirme y hablar con ese ágil asistente. Me gustan sus dedos. Que largos.





Victoria

Aaahh pero que resaca. No puede ser, ¿Por qué bebí tanto si hoy tengo que dar clases? Miro la hora y estoy super tarde. Me levanto a toda prisa, no encuentro mi ropa, no encuentro el baño, no encuentro nada. Nada esta como recuerdo que lo había dejado, un momento, esta cama no es mía, ¿Dónde estoy? Sigo mirando y no encuentro respuestas. Me esfuerzo en recordar que hice anoche, río, anoche era domingo, rio nuevamente, soy una irresponsable, aun no recordaba donde estoy, el dolor de cabeza me tenia mal.

Abren la puerta y aparece un desconocido, lo miro de reojo mientras me tapo con la sabana. Trae dos cafés y un cigarro en boca. Sigo sin decirle palabra esperando a ver qué me dice.

- Desconocido: ¿Qué paso? ¿No me recuerdas?

- Victoria: Claro que sí, es solo que tengo dolor de cabeza.

- Desconocido: A ver – Sentándose en la cama, dándome un café, con tono alegre- ¿Quién soy?

- Victoria: - Luego de varios sorbos- No estoy para eso ahora, ¿dónde está mi ropa?

- Desconocido: Le preguntaré a Robert, el debe saber. – Se va del cuarto-

Claro. ¿Cómo pude olvidarlo? es el primo de Robert, el chico del bar jajaja ¿Ehh? Aaahh ya recordé. Vaya noche. Fiuu. Dos pajaritos de un solo tiro.

- Desconocido: Toma aquí está – Dijo mientras me daba mi ropa y me pellizcaba una nalga- Toda una gata. Vamos a hacerlo antes de que te vayas. – Dijo acariciándome-

- Victoria: No creo – Me aparto de el y termino de vestirme- Será en otro momento. ¡Adiós! –Me llevo el café conmigo.-

Ya una vez en la universidad me topo con mi tío, quien me tenía bajo la mira. Tenía un dolor de cabeza tan horrible que no entendí palabra de lo que dijo, solo quería deshacerme de el, hacer lo que tenía que hacer rápido y dormir un rato mas en mi oficina.

A eso de las 11 tocan a mi puerta. Me levanto y arreglo rápidamente. Mire mi agenda y recordé que había citado a la señorita Fiona Duarte. Genial, mi mejor alumna y me va a ver con esta pinta. Le digo que aguarde mientras tomo 2 aspirinas y me lavo la cara.

- Victoria: Adelante señorita Duarte.

- Fiona: Me quería ver, profesora Lencastre.

- Victoria: Si si, pasa, siéntate. Ponte cómoda. – Pero que chica más guapa- ¿Te molesta si enciendo un cigarrillo?

- Fiona: Más que molestarme a mí, recuerde que en las instalaciones está prohibido.

- Victoria: Sera nuestro pequeño secreto entonces – Enciendo el cigarro, agarro un jugo frio de la nevera, y procurando que no me vea le vierto media botellita de Vodka-

- Fiona: ¿El alcohol también será parte del secreto?

- Victoria: Jaja me atrapaste – Me siento- y dime Fiona, ¿qué pequeño es el mundo verdad? Hace apenas una semana eras una desconocida sentada al final de una fiesta aburrida, y hoy estas aquí como mi alumna citada.

- Fiona: ¿Puede decirme por qué estoy citada?

- Victoria: Tu comportamiento con la señorita Priest.

- Fiona: Le repito, no estábamos haciendo nada que…

- Victoria: Basta. No quiero escuchar más de lo mismo. Te he observado Fiona, eres una alumna ejemplar, reservada, eres una buena persona. Y me temo que ella podría corromperlo, estas empezando el curso y debes empezar a tomar decisiones correctas, de lo contrario…

- Fiona: ¿Por qué me dice esto?

- Victoria: No me interrumpas. De lo contrario, todo lo que has querido, podría echarse a perder. Se lo que tienes, recuerda cual es mi trabajo, no es solo hablar y hablar por horas mientras determino el grado de interés de los oyentes. No solo corrijo exámenes y doy órdenes. Fiona, esa charla que tuvimos la primera vez, no sale de mi cabeza, fuiste como un rayito de luz al final del túnel. Necesito más gente como tú, veo tu potencial, no lo desperdicies en niñerías.

- Fiona: Lisa es mi mejor amiga. No podría hacerle esto.

- Victoria: Corrección. Lisa es tu única amiga. Tal vez si te abrieras un poco mas y dejes de pedir a gritos con tu mirada de gatito degollado que te entiendan. Tendrías más amigos, y mejores, mucha más calidad. Chicas como Lisa solo quieren una cosa de ti, y créeme, no es tu intelecto.

- Fiona: ¿Qué le hace pensar que soy lo que usted dice? ¿Qué acaso tengo que comportarme como me lo pide la sociedad, solo para encajar y ser un peón en el ajedrez de alguien más?

- Victoria: Mejor no lo pudiste haber dicho querida. – Sonrío- Eres una pieza en el ajedrez de Lisa, un peón, una torre, un caballo, da igual, al final vas a caer tan rendida a sus pies que todas tus metas y esperanzas de florecer se van a frustrar.

Esta chica me va a odiar, pero sé que con el tiempo lo va a entender todo, espero estar equivocada con respecto a su amiga, pero si en algo soy buena, es en el abordaje de las emociones.

- Victoria: -Luego de una larga pausa, un incomodo silencio- Escucha. No lo tomes a mal, considérate como un canario que ha estado toda su vida en una jaula emocional, en una tienda de animales, viene un comprador, cualquier comprador, abre la jaula, temes, pero ese comprador te toca, te da cariño, diferente al que has conocido, al que te han brindado tus dueños de la tienda, te hace sentir bien aunque aun no sabes porque. Cuando por fin sientes que puedes volar, sientes que eres libre de recorrer la tienda y hablar con todos los pajaritos que siempre han estado en otras jaulas como tu... ¿Sabes qué pasa?

- Fiona: ¿Qué pasa?

- Victoria: Te devuelven a la jaula, si le agradaste al comprador, te irás a casa con él, tendrás un nuevo dueño, un nuevo ambiente, al fin y al cabo cambia es el lugar, no las circunstancias. Pero… Si no le agradaste al comprador, igual te devuelve a tu jaula y permanecerás en esa misma tienda, nuevamente encarcelada, luego de haber sentido el amor, ¿Qué pasa? Ya no serás la misma. Tus sueños de volar se truncaron, has probado un pedacito de ese pastel que siempre quisiste, y ese pastel salió envenenado. ¿Me comprendes Fiona?

- Fiona: … -Me mira fijamente con ese rostro inexpresivo-

- Victoria: Lo vas a comprender, solo espero que no cuando ya sea demasiado tarde. Puede retirarse.

Sé que fui dura con ella, pero lo necesita, he visto de ella en una semana más de lo que todos los estudiantes podrían ver en un año. Si no abre los ojos, jamás podrá ser nada en esta vida. Por más intelecto que abarque.


Suena mi teléfono. Un mensaje de Vanessa, genial, ya tengo planes para esta noche.





Gerard
- Alyiah: Buenos días, Sras. y Sres. En nombre de Atlantic Air, el comandante Gerard Cousteau y toda la tripulación, les damos la bienvenida a bordo de este vuelo con destino a Madrid, cuya duración estimada es de 9 horas, 14 minutos.
Por motivos de seguridad, y para evitar interferencias con los sistemas del avión, los dispositivos electrónicos portátiles no podrán utilizarse durante las fases de despegue y aterrizaje. Los teléfonos móviles deberán permanecer…

Otro día soleado, otro viaje aburrido por el atlántico, 5 días me separan de Sara, la vi anoche y ya siento que la extraño. La mitad del vuelo transcurre sin dificultad, lo normal, lo habitual. Mantengo el piloto automático y me dirijo a mi copiloto.

- Gerard: Mi hora de descanso.

Me dirijo a la mini cabina personal que está detrás de los asientos de pilotos. Abren mi puerta, es Alyiah. Me trae el desayuno, le sonrío, es una morena hermosa, con unas curvas capaces de crear desastres a donde vaya. Originaria de Malí. Con esos aires de Top Model y esa sonrisa que derrite siempre a media tripulación.

- Gerard: Gracias. Ya puede retirarse.

- Alyiah: ¿Por qué tan formal, capitán? – Se sienta en mis piernas- ¿No vamos a jugar hoy?

- Gerard: No, sabes que ya no estoy para esas cosas, tengo una novia que me está esperando y no puedo hacerle esto.

- Alyiah: - Frotando mi entrepierna con sus hábiles manos- ¿Me dices esas cosas un vuelo si y otro no? Jajaja, vamos capitán, hoy toca el no. – Me abre la corbata- Además, ya lleva mucho tiempo con ella, no entiendo porque no terminan de dejarse.

- Gerard: Eso –quitando sus manos de encima de mí- NO – Quitándola de encima de mis piernas- va a pasar jamás. – Ajustándome la corbata – Mas prudencia. Retírese de mi cabina.

Ay Sara, no te voy a defraudar más. Ya te lo prometí, esto va a ir en serio. No seré quien te haga derramar más lágrimas mi amor. Jamás.

Duermo, solo me quedaban 40 minutos de descanso.

Sara
Luego de pasar la noche en el apartamento de Gustavo, el asistente de las audiciones, donde mi hermana por supuesto salió triunfante. Voy camino a mi apartamento para darme una ducha e ir a la universidad.

- Lisa: ¿Puedes decirme dónde estabas?

- Sara: ¿Eh? ¿Qué haces aquí? ¿Qué no tienes clases? – Le digo dándole dos besos, recuerdo donde pasaron esos labios toda la noche, le limpio el cachete con mi mano-

- Lisa: Vine a buscarte para ir juntas, aprovechando que Gerard no está. No me gusta tu nueva actitud hermana, dime porque estas así. Sabes que puedes confiar en mí.

- Sara: Déjame bañarme que estoy impresentable, ¿si? – Me dirijo al baño directamente-

- Lisa: ¿Por qué le haces esto a Gerard? Pensé que iban en serio, ¿Van a botar 4 años de relación a la basura? –Me dice gritando para que la oyera desde el baño-

- Sara: ¿Vamos a hablar de esto hasta en el baño? –Le respondí también gritando-

Salgo del baño y Lisa aun está a la puerta de este, esperando una respuesta. No sabía que decirle, amo a Gerard, eso es indiscutible, es mi única relación formal. Una relación que se ha ido haciendo añicos desde hace meses cuando me enteré de sus amoríos con la tripulación. Claro, soy una tonta, ¿cómo voy a confiar en un piloto que hoy está aquí y mañana en China con quien sabe cuántas mujeres ofrecidas?

- Lisa: Hermana, no importa lo que hagas, con tal de que estés feliz. Pero sé que esta no eres tu, no sé dónde estabas, pero vi como le coqueteabas al chico en la academia. Por favor, recapacita un poco. Si Gerard es la causa, no expandas la enfermedad.

- Sara: -Me siento en la cama aun en toalla y lloro inconscientemente, no aguantaba más- No quiero ser una tonta, me estoy cansando de ser la perfección para mamá, la hija quería, la niña de los ojos de papá, la novia perfecta a los ojos de todos. No aguanto.

- Lisa: Calma. – La abrazo como siempre hago cuando la siento vulnerable- ¿Por qué no terminas con él? Eres la chica más hermosa de tu curso. Cualquiera estaría detrás de…

- Sara: Espera espera. ¿De mi curso? El año pasado dijiste que de la uni entera.

- Lisa: No conocía a Fiona.

- Sara: Jajaja ay, me hiciste reír, no me dejaste completar mi sesión de drama por el imbécil de mi querido novio. Jajaja.

- Lisa: Tendrás tiempo de otros dramas por él, de aquí hasta que terminen de una vez por todas, o hasta que terminen de enseriarse.

- Sara: Dime algo Lisa. ¿Te gusta mucho esa chica?

- Lisa: ¡Pero si estamos hablando de ti! –Me lanza una almohada y se va del cuarto- Termina de vestirte que quiero ir con mi hermana favorita del mundo mundiaaaaal. –Dijo gritando-

- Sara: Soy tu única hermana, ¡mas te vale!

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Lisa

Han pasado tres semanas desde la audición, y a pesar de que obtuve el papel que quería, el papel por el que Fiona tanto se esmeró en enseñarme para desempeñarlo lo mejor posible. Tengo un sentimiento amargo, un vacio. La cara rígida de ella no mostró ni una sola mueca cuando le fui a contar con entusiasmo que lo logré. Desde entonces he sentido levemente un distanciamiento que me mantuvo alerta, bien ella nunca fue muy habladora, ahora la sentía menos. Si antes me decía 4 palabras seguidas, ahora dice una, y a la fuerza. He tratado de las mil y un maneras de buscarla, de hablarle, de hacerla reír conmigo, un día lo logro y otros dos no.

Todo este tiempo ha estado más cerca de la enana deforme de Victoria, tenía un mal presentimiento cuando la conocí, pero no sabía que era de este tipo, es una apestosa a alcohol y me extraña que eso no desagrade a Fiona, quien me ha hecho saber varias veces que no le gusta ese olor. ¿Qué hice? Nuevamente entran mis dudas. ¿Qué no hice? Necesitaba hacer más.

Por otro lado, Diana, quien podía llamar mi mejor amiga, también se ha distanciado de mí. Es el primer mes del semestre y todo se ha vuelto de cabeza. La semana que viene me mudo con Sara quien se ha distanciado de Gerard, aunque no han terminado oficialmente. Genial, seremos dos hermanas solteronas compartiendo el apartamento de la tristeza. Reí, con amargura. No merecíamos esto. Ya ni sabía que me merecía.

Tomo el teléfono y llamo a Fiona, necesitaba escucharla, verla, hablar con ella por vigésima vez y preguntarle por qué ha cambiado conmigo. Me dice que está ocupada, suelto una lagrima involuntaria que me destroza por dentro, frágil como el cristal. Al par de horas recibo un whatsapp, es Cindy, nuevamente río con amargura, el destino siempre jugando conmigo, me trae a Cindy cuando a quien más anhelo es a Fiona. Dejo el teléfono, no le respondo. Agarro el carro y voy al parque donde había llevado a Fiona un par de veces, donde habíamos hecho el pacto de respeto a su espacio personal, y todas esas tonterías que para ella son importantes. No dejo de pensar en ella.

Tenía tan visualizada en mi cabeza su imagen, sus ojos grises como un cielo amenazando con un diluvio y su cabello con cortes disparejos que solo luce perfecto en ella, su piel pálida y su delgada pero firme figura, hasta sus manos, sus sudorosas manos, las sentía, las sentía como si estuviese conmigo en ese momento. Me siento en el mismo banquito donde estuve con ella mirando a la laguna.

Hago un recorrido con la mirada a lo lejos, mis ojos no pueden creerlo, la profesora Lencastre estaba sentada en un banquito hablando con un grupo de 4 o 5 personas, no se distinguían bien, solo la veía a ella. La aborrezco, siento ganas de ir y pegarle cuatro gritos pero me contengo, esa bruja infernal era la razón del vacío que llevaba 3 semanas oprimiéndome.

Sigo mirando, no puedo ya concentrarme en nada. Necesitaba ver bien quienes eran esas personas que estaban con ella, por un momento sentí miedo, miedo de que la mujer más hermosa y reservada que haya conocido, se encuentre con esa jauría de imbéciles. Venciendo mis temores me acerco más a ellos, al punto de que uno de ellos grita mi nombre. No pude mas y me acerco a saludarlos, efectivamente, Fiona estaba entre ellos, quería llorar ahí, quería gritarle, preguntarle por qué.

Me siento a un lado luego de saludarlos, hablaban de cosas que por más que lograba entender, no captaba ni la mitad, lo que no entendía era porque una profesora los citaba a un parque si hoy ni siquiera tenemos clases con ella. Espero pacientemente a que terminen, Fiona no dejaba de mirarme al igual que yo a ella. En silencio, entre miradas le preguntaba ¿Por qué? No sabría decir si me entendía. Notaba una tristeza, por primera vez notaba alguna emoción en su rostro. Me arrugó el corazón cuando caí en cuenta que esa primera emoción que me hacia entender, era tristeza.

- Prof. Victoria: Eso es todo por hoy, lean más sobre el trilema de Münchhausen, nos vemos el jueves a esta misma hora chicos. Señorita Priest – Dirigiéndose a mi- Que sorpresa verla.

- Lisa: Que sorpresa verlos a ustedes por aquí. ¿Por qué los cita afuera de las instalaciones?

- Prof. Victoria: Son actividades opcionales. –Ya con cara seria-

- Fiona: Lisa.

Mi mundo se mueve nuevamente cuando oigo su voz llamándome. Dejo de hablar y de prestarle interés a la arpía, la miro a ella de cerca, cuanto la extrañaba, me abalanzo abrazando su cuello, no lo soportaba más.

- Lisa: Fiona tenemos que hablar. Vámonos de aquí por favor.

- Fiona: Lo sé, vamos.

- Prof. Victoria: Hasta mañana Fiona.

Siento un impulso de detenerme y regresar hacia ella para darle en toda la cara, cuando oigo su voz despidiéndose de Fiona, de mi Fiona. Imagino sus dientes torcidos ya débiles en su boca dentro de un charco de sangre. Me detengo en seco. Respiro, sigo adelante. No vale la pena ser expulsada por culpa de este ser.

Fiona

Si que no soy la misma desde aquella conversación con la profesora Victoria, me ha ayudado a sentir esos cambios que en tiempos anteriores no podía por más que intentaba, mantenerme alejada de Lisa solo me hacia descubrir nuevas emociones, que sin expresarlas ya Victoria las podía adivinar. La extrañaba, pero aun me seguía diciendo que era lo mejor. La veía en algunas ocasiones, ha dormido un par de veces más en mi casa, en mi cama, cada noche fue diferente, me sentía más abierta, estaba en una especie de terapia, era otro de los secretos de Victoria. Conocí 3 chicos mas que se asemejaban a mí. Bien en otros niveles. No me sentía excluida, sentía que tenía amigos, aunque en el fondo, Lisa era quien estaba de primera.

Una vez solas en el parque, aun sentía por dentro esa emoción de haberla encontrado de coincidencia. Sentia tristeza por haberla abandonado y dejarla con la duda, tantas veces me habia pedido respuestas, tantas veces no supe darlas. Ella no dejaba de llorar en silencio mientras yo la miraba de reojo y le agarraba las manos. No sabía bien que tenía que decirle todavía. Ese día no hubo palabras. Solo tactos. Era todo lo que se necesitaba. Ella se fue a casa sintiéndose un poco mejor, o por lo menos así me dijo.

Pasaron 17 días más y seguíamos viéndonos, bien sea por el club de lectura que ya inauguramos o para practicar en mi casa o en su nuevo hogar con Sara, el francés. Cada vez nos acercábamos más. Cada vez me alejaba menos de ella, cada vez era todo más diferente. No quería ser aquel pajarito del que me hablo Victoria hace ya un tiempo, pero sabía que lo estaba siendo por elección, no por obligación. Si algo aprendí bien en este tiempo, es que también se puede vivir el momento.

Fiona y Lisa

-En el cuarto de Fiona estudiando francés-

- Fiona: J'avoue je maudis, Tout ceux qui s'aiment

- Lisa: ¿Te he dicho que me encanta esta canción?

- Fiona: Si, tres veces ya con esta.

- Lisa: ¿Y te he dicho que mas me encanta?

- Fiona: Te encantan muchas cosas.

- Lisa: Hay una que es mi favorita entre todas ¿Quieres saberlo?

- Fiona: Claro dime.

- Lisa: Tu, mi persona favorita. – Le dije ya alejando el libro de mis piernas y agarrándola de la cintura-

- Fiona: Que privilegio el mío entonces – Le digo dándole un beso casto en los labios-

- Lisa: ¿Fiona?

- Fiona: ¿Si?

- Lisa: ¿Qué hiciste?

- Fiona: ¿De qué?

- Lisa: Me besaste sin que te lo pida. Me tocaste los labios – Dije aun confundida y medio excitada ante tal novedad-

- Fiona: Uhhm ¿y te molesta?

- Lisa: Ven. – Tomo su mano y la dirijo a la cama, cierro la puerta del cuarto por si su mama llega sin avisar, me siento a su lado- ¿Qué otras novedades me tienes señorita?

- Fiona: Me estas asustando.

- Lisa: No no, jajajaja no, calma. Quiero enseñarte algo. – Dije a medida que me quitaba la blusa y quedaba en brasier-

(Lisa) Agarro su mano y la paso por encima de mi pantalón, en mis muslos, lentamente, ella se deja, ya no se mantiene tensa, su mano está suave, le subo la mano hacia mi cara, dejo que la explore, le pido que me mire, que mire lo que hace su mano.

- Lisa: Con calma, ¿si? No pasara nada que tú no quieras, lo prometo. –Le beso la mano que tenía en mi cara-

(Lisa) Paso su mano en mi pecho, bajando hacia mi corazón, como en otras ocasiones había hecho con ella. Agarro su otra mano y dejo ambas encima de mis senos, ya estaba algo nerviosa ante la reacción que podía tener. Ella me mira a los ojos, luego a sus manos quienes aun sostienen mis senos. Con tanta delicadeza e inocencia. Los apretaba tan dulcemente que solté un gemido involuntario.

- Lisa: ¿Qué sientes ahora?

- Fiona: …

- Lisa: ¿Fiona?

- Fiona: ¿Si?

- Lisa: ¿Estás bien?

- Fiona: Estoy bien. – Tragaba saliva involuntariamente-

- Lisa: ¿Fiona?

- Fiona: ¿Si?

- Lisa: ¿Te gusta?

- Fiona: ¿Eh? – Regreso del trance en el que estaba, hipnotizada ante su belleza-

- Lisa: No, no quites las manos. –Me quito el brasier lentamente, esperando una reacción-

(Fiona) Nadie me dijo como seria esto. No termina de quitarse el brasier cuando sin darme cuenta como, un impulso me hizo agarrarle los senos nuevamente. Ella me miraba, sonreía, yo sonreía con ella, aunque luchaba por no detenerme y arruinarlo todo.

- Lisa: ¡Vaya! Me gusta esta Fiona.

- Fiona: ¿Cuál Fiona?

- Lisa: La que me toca sin inmutarse.

(Lisa) Ambas sonreímos. Pensé que esto no iba a suceder nunca. Me acerco a ella para que me acaricie mejor, deseaba que hiciera más cosas, pero me conformaba por ahora con eso, si ella estaba de acuerdo, claro. Le subo la franela y la dejo en brasier también, ella en ningún momento retiraba sus manos de mí. Todo pasaba lento, todo debía pasar lento, es la primera vez que esta chica toca unos senos ajenos, pero la que tuvo la reacción infantil cuando vio los de ella, fui yo. Madre mía, que bella, son tan rosados y perfectos, ella a pesar de no oponerse, la siento tímida, arquea su espalda, como escondiendo su torso desnudo, la toco con delicadeza para calmarla, le beso el cuello susurrándo que todo está bien, no hay de que temer, sigo dando besitos haciéndole cosquilla, ella ya no me tocaba, cuando trate de acostarla completamente en la cama, se resistió y coloco sus dos manos hacia atrás para aguantar su peso, me dejaba a la vista los senos más hermosos que pude ver o soñar. La abrazo por la cintura mientras me acerco a ellos, les doy un beso en la punta, que logra hacerla reaccionar, se agarra de mi cabeza ahora para no caer en la cama.

(Lisa) Ahora no solo eran besos, me dejaba hacer a merced. Desconozco cuanto tiempo estuve disfrutando de su perfección, pero fueron los minutos más felices, no quería que acabaran. La sentía más suelta, le doy un beso en la boca, como aquella ultima vez intente hacerlo, ella no dejaba de agarrar mi cabeza, se aferraba a mí como si su vida dependiera de ello. Abro espacio con mi lengua mientras la de ella aguarda tímidamente. Nuestro primer beso y ella no protesta, me sentía en el cielo. No quise pasar a mas de eso, ella me hizo sentir lo mismo, entendía la reacción de su cuerpo tal como si fuese el mío. Éramos una sola persona en ese instante.

(Fiona) Me dejo hacer, no sentía necesidad de protesta, a pesar de mis manos ya temblorosas, con ella empecé a sentir la calma que había buscado. Mi primer contacto físico y no era nada parecido al trauma que pensé podría tener. Lo contrario, quería saber hasta dónde podía llegar. Por un momento mi cuerpo le dio señales a Lisa, me puse algo tensa, ella lo entendió. Se separó de mí y aun sin ponerse la ropa se acostó en la cama. Me pidió que la abrazara mientras yo me colocaba el brasier y la franela.

- Lisa: ¿Por qué te vistes?

- Fiona: ¿No vamos a seguir estudiando? – Dije mientras me acostaba ya a su lado y ella se abrazaba a mí-

- Lisa: Ya aprendimos lo necesario por hoy.





















Cancion solitaria VII



Lisa y Fiona
(Lisa) Todo el camino a la fiesta y ella me estuvo preguntando el lugar y la cantidad aproximada de gente que estaría presente. Me preguntó hasta el tiempo exacto en que estaríamos allá. La sentía algo nerviosa.

- Lisa: Quizás si te relajas un poco podrías aprender a disfrutar del presente. –Ya me estaba impacientando-

- Fiona: Tienes razón. Lo siento. –Siento que voy a explotar en cualquier momento-

- Lisa: No Fiona. – Le agarro una mano- No tienes que sentirlo, no tienes que disculparte. Solo dejate llevar. Pasaremos una noche agradable, mucha gente estará presente, no tienes que hablar con ellos si no quieres – Ya empezaba a dudar si era buena idea o no, llevarla a una discoteca- ¿Sabes bailar?

- Fiona: No.

- Lisa: -Por supuesto que no sabe bailar- Estas hermosa esta noche, vas a atraer muchas miradas, ¿Lo sabes?

- Fiona: Ahora lo sé. – Dije mientras me colocaba la chaqueta, me sentía más incomoda-

(Lisa) Genial Lisa. La incomodaste al punto de que quiso taparse más. Aprieto la mandíbula, en el fondo estaba llena de dudas. Mi mirada fija en el camino mientras pensaba en si volver o seguir adelante. El ambiente estaba algo tenso. Primera vez que nos encontrábamos en esa posición. Normalmente voy a las discotecas con Sara o con otros amigos, todo era diversión, no pensábamos en esas cosas, que si la cantidad de gente, el tiempo, no entiendo qué pasa con ella.

- Lisa: ¿Pasa algo Fiona? ¿Hay algo que no me quieras decir?

(Fiona) Suena mi teléfono. Es madre, llama para decirme las mismas palabras que me dijo en la tarde. ¿Por qué me lo repite? ¿Acaso nadie puede creer que estoy normal? ¿Qué es lo que estoy diciendo o haciendo que todos me preguntan si me pasa algo? Mi Sansa está molesta conmigo. No sé que hacer ahora.

- Fiona: ¿Falta mucho para llegar?

- Lisa: Ya estamos llegando. – No va a disfrutar la noche, nada tiene sentido-

(Lisa) Llegamos finalmente. Entramos con comodidad, me encontré a Cindy quien nos facilito la entrada, dejando a un montón de gente llena de quejas a la puerta. Agarre la mano de Fiona para tranquilizarla. La música era tan alta que casi no podía oir mis pensamientos. Me pregunté que estaría pensando Fiona. La observaba a ella mientras ella miraba hacia las luces con desagrado, como si le molestara más de lo normal.

- Lisa: ¿Te gusta la música? – Le dije muy cerca al oído-

- Fiona: No la conozco, suena diferente a todo lo que se. Pero no está mal – Mentí para que no siga molesta conmigo, odiaba esa música-

- Lisa: ¿Por qué mientes Fiona? – Le dije mientras sonreía cerca a su oreja, sabía que me mentia para poder encajar en algo, lo aprendí en el poco tiempo que tenia con ella- Eres adorable, ¿Lo sabes?

- Fiona: No lo sabiaaa – Dije en voz altísima, ya no podía oír casi su voz quien me hablaba al oído muy cerca, yo no me acercaba a ella, por eso decidí gritar-

(Lisa) Solté una carcajada. Me disculpe con ella por mi actitud en el carro, ya mis ánimos habían cambiado. Fuimos a una mesa, ya estaban Sara, Gerard, Landon y Margareth. Agradecí haberlos visto. Nos sentamos con ellos, charlamos, el ambiente era genial, de vez en cuando miraba a Fiona quien permanecía callada. Con su rostro inexpresivo.

(Fiona) Ok Fiona calmate. No es el fin del mundo, solo es una fiesta. No todos tienen que saber que odias las fiestas, la música de las fiestas y que estas incomoda con tanta gente. Todos rien, otros bailan, otros beben. Manten tu copa en la mano para que no quieran ofrecerte otra copa. Si si, eso hago. Lo tengo todo bajo control. Lisa me mira de vez en cuando, quisiera devolverle una sonrisa, si lo hago me descontrolo, esa no es la idea. Piensa, piensa.

- Chico1: ¿Hola, quieres bailar?

(Lisa) Todos se habían ido a bailar. Quede en la mesa con Fiona quien ya me había dejado claro que no es lo suyo. Ella permanecía en silencio, asi que me quede mirando alrededor saludando a quien me encontrara. Cuando un chico atractivo se acerca a Fiona y la invita a bailar. Mas que darme celos, sentí lastima por el chico, al ver como era completamente ignorado por ella. Fiona le mostro la copa que seguía llena desde que la agarro, y le dijo que no bailaba, con un tono de voz tan sereno y sin verle siquiera la cara, que no pude distinguir si hablaba con él o hablaba sola. El chico se sentó a su lado, ignorando totalmente mi presencia.

- Lisa: Fiona, ¿Por qué no bailas con él? – Dije entre risas para entretenerme un poco mas, y saber como ella termina ahuyentándolo-

- Fiona: La entonación musical no es compatible con algún paso de baile que pueda serme familiar. No es de mi agrado compartir flujos corporales con desconocidos que ya a las 10:23 pm les apesta el aliento por la ingesta excesiva de alcohol etílico.

(Lisa) Sonreí disimuladamente para no ser yo quien hiera los sentimientos del chico. El aun la miraba con cara de no entender nada y aun esperar una respuesta.

- Chico1: Y.. ¿Bailas tu conmigo?

- Lisa: Si, vamos a bailar. - ¿Qué más da? Tampoco pensaba aburrirme esta noche-

(Fiona) Lisa se va con ese chico apestoso a bailar y yo me fijo en todo mi alrededor. Pude deducir que era un lugar para pasarla bien. Mire el reloj, ya eran las 11.14 pm y estaba impaciente por irme. Decidi ir al baño a refrescarme un poco y procurar escuchar menos la música. Tampoco tenía muchas ganas de ver como el chico tomaba por la cintura a mi Sansa.

- Chico2: Hola, te invito una copa.

- Fiona: El exceso de copas es lo que me ha llevado camino al baño – Rayos, deje mi copa en la mesa- Lo siento.

(Fiona) Luego de ir al baño me encuentro con la amiga de Lisa que nos ayudo a entrar fácilmente. Todos la miraban, la alababan, era la DJ, y yo no entendí que tan difícil podría ser una mezcla de ritmos sin sentido como para que todos estén admirando tal desempeño. Sali del establecimiento por un par de horas, a respirar aire fresco, me dirigí a un local más pequeño, a unos metros donde deje a mi Sansa, era más tranquilo, más acogedor, pedí un jugo y me senté a solas mientras organizaba mis pensamientos.

- Señora: Ya estamos cerrando, señorita.

(Fiona) Miro detalladamente a esa señora mayor que me recuerda ya es hora de irme. Mientras termino el último sorbo del jugo de patilla.

- Fiona: ¿Puedo quedarme un rato más?

- Señora: –Se sienta a mi lado- ¿Hay algo que le quieras contar a esta anciana?

- Fiona: ¿Por qué habría de querer contarle algo a una desconocida?

- Señora: Ay niña, ¿Por qué no estás en la inauguración de la discoteca? Vienes vestida para la ocasión.

- Fiona: -¿Cómo es que todos saben cuál es el atuendo de cada ocasión?- Estaba allá, solo quería descansar un poco.

- Señora: ¿Estas esperando a alguien?

- Fiona: No lo sé, -¿Estaba yo esperando a alguien?- No me encontraba a gusto allá.

- Señora: Quédate hasta que terminemos de cerrar si quieres. – Se marcha-

(Fiona) Me marche del local ya un poco más tranquila. Me dirigí nuevamente a la discoteca para buscar a Lisa, quizás ya podía dejarme llevar un poco mas y “disfrutar de la noche” tal como me sugerían ella y los demás. Llego y veo a la chica DJ hablando con mi Sansa, le agarraba una mano y jugaba con su cabello pelirrojo. Me acerque a ellas sin decir palabra.

(Lisa) Bailo un rato largo con Thomas, el chico que como dijo Fiona, ya apestaba a alcohol, lo empuje hacia atrás cuando intento besarme, iugh, que disgusto. Miro hacia la mesa y Fiona no estaba. Me preocupe un poco, ¿Dónde podría estar ella?

- Lisa: ¿Has visto a Fiona?

- Gerard: ¿Quién es Fiona?

- Lisa: La chica que vino conmigo, ¿Qué no te fijaste?

- Gerard: No cuñada, ¿Has visto a Sara? –Reímos los dos-

- Lisa: Tengo que irme, me llamas si encuentras a Fiona... O a Sara.

(Lisa) Pero que tonta soy, como pude haberme ido a bailar y dejarla sola, ¿qué me pasa? Ya había preguntado por Fiona a todos los conocidos presentes, muchos de ellos ni sabían su nombre o siquiera quien es ella, empezaba ya a desesperarme. Eran las 2 am y Fiona nada que aparecía, ya no sentía nada, las copas de mas que había tomado ya me hacían efecto, empezaba a marearme, odiaba la noche, odiaba el momento, odiaba los presentes, necesito conseguir a Fiona, ¡pero ya! Me sentía preocupada, ¿Dónde estaría?¿Y si se pierde? ¿Le habrá pasado algo? No debí, no debí dejarla sola. La llamo a su teléfono y nadie atiende. Recordé cuando le dije que deje su teléfono en el carro si le molestaba que la llamara su mama. Un absudro pensamiento me hizo creer que pasare toda la noche con ella y que no necesitaría estar buscándola como ahora. La vista se me hacia corta, mis sentidos empezaban a fallar. Quería llorar, quería explotar.

- Cindy: Lisa mi amor, ¿Estás bien?

- Lisa: Ci… Cindy… -Estaba tan abrumada que ya no sabía ni donde me encontraba- Cindy, ¿Has visto a Fiona?

-Cindy: La chica que vino contigo, ¿cierto? La vi a media noche, charlaba con un chico cerca de los baños.

(Lisa) ¿Fiona charlando con un chico? De no ser por mi preocupación y lo mal que me sentía, me habría reído en su cara. Buen intento Cindy.

- Lisa: Necesito encontrarla. Si la llegas a ver me dices, ¿si?

- Cindy: Espera, ven, toma una copa, no te ves bien Lisa. – Me abraza, me dieron ganas de llorar estando en sus brazos, realmente estaba preocupada, pero me contuve- toma, bebe un poco.

- Lisa: - Luego de dos sorbos- No, debo buscarla.

- Cindy: Tranquila, me toca cambiar la música, quédate conmigo arriba y luego podemos buscarla. – Dijo mientras me agarraba la mano firmemente, su tacto no era como el de Fiona, jamás-

- Lisa: Suéltame, creo que estas pasada de copa. –Dije mientras hacía esfuerzo en vano de soltarme su mano-

- Cindy: No bebo mientras trabajo, la pasada de copas eres tu –Me agarra un mechón del cabello y hace ademan de besarme, me aparto bruscamente de ella, nuevamente en vano-

(Lisa) En medio del forcejeo, Cindy me da uno o dos besos, no lo sé, la verdad si estaba pasada de copas, al principio bebía para poder soltarme con el ambiente y maniobrar para que Fiona lo haga también, luego bebía cuando bailaba con Thomas para olvidar que estoy bailando con un desconocido que no perdía oportunidad para tocarme, y ya luego seguí bebiendo mientras buscaba a Fiona para reunir más valor y fuerza para seguir en la búsqueda. La verdad eran razones tontas, y en el fondo me odiaba por haber bebido tanto. Mi Fiona debía estar en algún lugar donde probablemente no conozca a nadie. ¿Cómo se estará sintiendo? Ya no podía ni organizar mis ideas.

- Cindy: ¿Ves? Te dije que la encontraríamos.

- Lisa: ¡Fiona! –Me deshice por fin de Cindy y pegue un brinco hacia ella, tenía la adrenalina a mil- ¿Dónde estabas? ¿Estás bien?

- Fiona: Estoy bien. ¿Tú la estas pasando bien? – No sé porque no podía quitar la mirada de esa chica que hace segundos tenia agarrada a mi Sansa-

- Lisa: Ahora estoy bien – Dije mientras le agarraba las dos manos y me acercaba a ella hundiendo mi cara en su cuello-

- Fiona: Hueles un poco a alcohol, ¿Podemos irnos?

- Lisa: ¿Puedo irme contigo?

- Fiona: Yo vine contigo, ¿Recuerdas?

(Fiona) Salimos al estacionamiento y ella agarrándome por el cuello, no podía dar dos pasos seguidos sin tambalearse y hacer esfuerzo para no caerse. Ella cantaba a mi oído, su tono de voz era diferente. No se entendía mucho lo que decía. Al llegar al carro ella se sube para manejar y no conseguía insertar la llave en su lugar. Le quito la llave y la siento delicadamente en el asiento de copiloto. Inmediatamente se quedó dormida.

(Fiona) Como no sabía la dirección de su casa y supuse que Sara no estaría en su apartamento. La lleve a mi casa. Con dificultad la subí a mi cuarto y ella empezaba a despertar. La acosté en la cama, pidió que me acostara a su lado. Su olor era insoportable. Me era insoportable ver a mi Sansa en semejante estado, y tal como había hecho con madre en muchas ocasiones cuando estaba pasada de copas, la lleve al baño, llene la bañera de agua y espuma, la desperté mejor y le sugerí que se quite la ropa, que ya podría bañarse y dormir tranquila.

- Lisa: Ayúdame Fiona, no consigo el cierre del pantalón.

- Fiona: Esta justo debajo de tu mano –Dije estando afuera del baño ya, no quería irrespetar su cuerpo ebrio y desnudo-

(Lisa) No sabía muy bien lo que había pasado. Pero me encuentro desnuda en una bañera enorme, en un baño elegante y pulcro. Caigo en cuenta que estoy en casa de Fiona. Ella me pregunta si todo está bien. Un poco nerviosa le digo que si. Dios. Que habrá pensado de mi. Primera noche que salgo con ella y estoy es destruida. De no ser porque toco mi cuerpo es que me doy cuenta que estoy desnuda, pero la bañera tiene tanta espuma que no se puede ver nada, solo mi cuello y cabeza. Llamo a Fiona para disculparme, me pide que me quede quieta. Me trae un vaso de leche tibia, hago que me voy a parar pero ella me detiene rápido. Me da el vaso estando en la bañera.

- Lisa: ¿Leche tibia y una bañera con espumas?

- Fiona: Es lo mejor, es rica en calcio y calma la gastritis, contiene cisteína, un aminoácido que digiere el acetal…

- Lisa: Fiona. Fiona. – Le interrumpo- ¿Por qué me dejaste sola esta noche, Fiona? ¿Me porte mal contigo? Dimelo Fiona.

- Fiona: Nada de eso Lisa, podemos hablar después con calma. –Dije mientras le encendía las burbujas de la bañera, cuando me fije que ya se había tomado la leche- Esto te hará bien.

(Lisa) El baño estuvo estupendo, genial, refrescante, la verdad no conseguía las palabras, me sentía mucho mejor, la leche si que funcionó. Ella habia salido del baño, desconozco cuanto tiempo más estuve ahí dentro. Miro el reloj ya eran las 5 am. Fiona me había dejado una pijama de algodón y me ofreció su inmensa cama para descansar. Al ver que ella se retiraba a dormir en un sofá inmenso que se encontraba al otro lado de su habitación le implore que duerma conmigo, que hay espacio para las dos.

- Fiona: Bien, yo duermo de ese lado –Señalando el lado donde ya estaba ella acostada-

- Lisa: Pero si ya estoy súper cómoda, no me voy a mover, si quieres tu lado, entonces lo tienes que compartir conmigo.

- Fiona: De acuerdo. –Me acuesto a su lado procurando no tocarla-

(Lisa) Ya el sentimiento de culpa se me había ido un poco. Tenía a la chica más hermosa del planeta a mi lado. Aunque está procurando no tocarme. Yo le daba la espalda así que me volteo bruscamente apenas ella consigue ponerse cómoda. Coloco mi mano en su cintura, le levanto un poco la franelilla tocando suavemente, procurando no alertarla. Quedamos cara a cara. Ella miraba hacia abajo, yo esperaba que sea hacia mis pechos, pero al fijarme bien era el movimiento de mis manos en su cadera lo que ella seguía con su mirada. Retire mis manos y le di un beso en la punta de la nariz.

- Lisa: Buenas noches chica guapa.

- Fiona: Feliz amanecer, mi Sansa.

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(Lisa) Despierto con dolor de cabeza leve, abro los ojos lentamente, miro a mi alrededor, recuerdo que estoy en la casa de Fiona, en su cama, la busco con las manos y no la encuentro. La busco con la mirada y solo veo otro vaso de leche y un desayuno con huevos. Me siento en es sofá de su cuarto tomando mi desayuno, miro la hora, es casi mediodía. Me pregunto donde estará Fiona. Recuerdo todo lo que paso anoche y me siento torpe e infantil. Espero con asias a que regrese Fiona mientras trataba de recordar si anoche hicimos algo sexual. -Por supuesto que no hicimos nada- Digo para mis adentros.

(Fiona) Me levanto al par de horas de ver descansar a mi Sansa, ya habia salido el sol y tenia rato mirándola, la veía como nunca lo habia hecho, la tenia tan cerca a mi disponibilidad, pude detallar todo de ella, su rostro, su nariz puntiaguda y sus pómulos perfectos, sus cejas perfectamente delineadas y sus largas pestañas, es hermosa, es una lastima que siempre me pierda de estos detalles cuando la tengo despierta. Le preparo un desayuno a base de huevos para ayudarla a aliviar la resaca, madre me lo habia enseñado, nunca supe que es una resaca, ya que nunca he bebido ni una copa de nada. Salgo al jardín a tomar un poco de aire y esperar a que despierte Lisa mientras abro mis libros y preparo las materias del dia siguiente. Busco mi agenda de actividades, mañana estoy citada con la profesora Victoria Lencastre a las 11 am. Mañana es la audición de mi Sansa en su academia, espero que esté de animos hoy para practicar un poco de fonética de francés.

(Fiona) Ya a las 11.47 am voy a buscar a Lisa quien por lo visto se ha tomado toda la mañana, llego y la veo hermosa terminando su desayuno que ya debe estar frio. La miro con timidez, le pregunto si quiere algo mas de desayuno.

- Lisa: No, quiero que te sientes a mi lado.

- Fiona: Sabes que debes practicar un poco de francés para tu audición, ¿Verdad? –Le decía mientras me sentaba en el mismo sofá al otro extremo-

- Lisa: Podemos hablar de eso luego, mademoiselle. –Hice un leve puchero para que sepa que no quiero hablar de eso-

- Fiona: ¿Tienes algun dolor?

- Lisa: Uhmm ah si, ven, toca aquí. – Busco su mano y la coloco bajo mi pecho, sin llegar a mis senos.- ¿Sientes eso?

- Fiona: ¿Por qué me haces tocarte donde esta el corazón? ¿Te duele?

- Lisa: Deberias tocarlo cada vez que te veo, para que sepas como me lo pones. –Sonrio-

- Fiona: -Sonrio un poco con ella, me sonrojo- ¡Pero qué tonta! –Me levanto y coloco una canción en francés- Escucha, puedes audicionar con esta, ya había buscado la obra de teatro de la que me hablaste, se llama Mozart L’Opera Rock, al parecer es todo un suceso en Francia. La vi dos veces esta mañana mientras buscaba la canción perfecta para ti, encaja perfectamente con tu volumen y tono al cantar.

- Lisa: ¿Tenemos que hacerlo ahorita Finini?

- Fiona: ¿Por qué me dices asi? –Sonrio-

- Lisa: Me gusta como te llaman, asi que quise ponerle mi marca personal, ¿te gusta?

- Fiona: Me parece bien.

- Lisa: Hey, me gusta como suena esa canción, la verdad no conozco nada sobre la obra, pero esta canción aunque no la entienda me parece… Genial. Canta un poco para que me ayudes, si?

- Fiona: No Lisa, no, vamos a practicar pronunciación. El nombre de la canción es sencillo “Dors mon ange” vamos que tenemos solo la tarde.








jueves, 13 de noviembre de 2014

Canción solitaria VI



Lisa

Bien, ya es hora de levantarse, hoy si tengo que aclarar todo con ella, ponerme en orden, saber si de verdad quiero esperar o luchar por Fiona, necesito verla para saber, sentir que es lo que quiero. No es posible que en 10 días haya puesto mi mundo de cabeza.

Llamo a Sara, su teléfono está apagado, no ha llegado aun, me pregunto como la estará pasando, es extraño que en días de clases ella esté ausente todavía. Bueno, al final de la tarde llamo a Gerard a ver si tengo más suerte localizándolos.

Mis ánimos no estaban del todo bien, incluso mamá me pregunta porque tengo esa cara, hablo con ella un rato, poniéndonos al día, hablamos de Sara y de su extraña ausencia, mamá dice que ella ya está grande para asumir sus responsabilidades. Inmediatamente volví a pensar en Fiona, y en que sería de ella cuando llegue su momento de vivir su vida sola. También me pregunté si yo sería parte de su vida para ese entonces. Sonreí. La sola idea de vivir con ella solas me estremeció, si con solo un beso logré espantarla, no me imagino cuando quiera intimidar con ella.

Llegué a la universidad, buscando si el carro de su mamá o alguna bicicleta estaban ya estacionados en su lugar habitual. Vacio. Volví a sentir tristeza, me mordí el labio inferior como síntoma de ansiedad. Es lo que suelo hacer cuando no tengo a la mano helado de limón. Miro de lejos la universidad. Los bloques que la constituyen. Su color. Su forma. Recuerdo la primera vez que vi a Fiona observándola tan detalladamente, y volvi a preguntarme que estaba pensando ella en ese entonces. Era muy temprano todavía, no me atrevía a llamarla a su teléfono, necesitaba una conversación en persona.

Camino al aula me encuentro con el director quien me pregunta sobre el Club y como he estado haciendo con los papeles, le dije que todo marcha a la perfección, que solo necesitaba una fecha para tenerlo todo listo. Hablaba con él cuando se acerca una chica, no sabría decir su edad, la verdad era muy bajita, de un metro 50 como máximo, con rostro juvenil poco agraciado, me llama la atención sus ojos, uno de color azul fuerte casi llegando a violeta, y otro de un color avellana intenso, cada uno era hermoso a su manera, piel tostada, melena rubia, su cabellera si era hermosa. Me detuve en silencio para verla mientras hablaba con el director, a quien ella le decía tío. Según entendí, estaba pidiendo una dirección para dirigirse a su primera clase, no le preste atención, viéndola bien, no es tan fea como lo pensé al principio. Ella me miro por un momento mientras hablaban, seguro la incomode con mis miradas acosadoras, detallándola. Me disculpe y me retiré. Ya tenía que estar en mi aula.

Fiona

Me levanto con dolor de cabeza, la música del dia anterior me habia molestado lo suficiente. Aparte de que me quede hasta tarde leyendo Nietzsche, desconozco cuanto dormí realmente. Tomo mis pastillas habituales y un desayuno ligero, no había nadie en casa. Quizás madre esté todavía ocupada. Tenía ganas de caminar un rato a ver si se me quitaba el dolor de cabeza. Dejo el carro en casa y tomo un taxi que me deja a 3 cuadras de la universidad. Aun era muy temprano, por lo que camine a paso lento, y pude observar algunos detalles que fueron ajenos a mí todo el tiempo, nuevamente pensaba en mi Sansa, no la habia visto desde aquella noche donde todo en mi estuvo fuera de control.

Llego a mi Bosquespeso luego de la corta, lenta y agradable caminata, pero aun era muy temprano, me dirijo al aula de una vez, no tenía nada que hacer, tan solo esperar a la clase o a que llegue Lisa para verla, saco mis libros y sigo leyendo un rato a medida que se va llenando de gente. Nunca levanto la vista de mis libros. Logro desconectarme por completo del exterior, era lo que más me gustaba.

Lisa y Fiona

(Lisa) Llego al aula, por suerte el profesor no habia llegado, la primera materia era filosofía, primera vez que vemos esa materia, no sabia que o quien esperar, pero solo sabía que serian dos horas aburridas, a menos que ya vea a Fiona, la chica callada que con solo mirarla podría no aburrirme nunca.

(Lisa) Ahí está. Siento cosquillas en el estomago. Luce hermosa, con su piel pálida y sus ojos grises. Me siento a su lado. Como siempre, ella no se da cuenta, nunca mira a su alrededor cuando está concentrada. Me quedo un rato mirándola, pensando en lo hermoso que ha sido estos días desde que la conozco. Quiero saberlo todo de ella. ¿Por qué es asi? ¿Qué piensa ella? Desearía tener todo el tiempo del mundo a su lado para ir descubriéndola. Desearía detener el tiempo tal como está, con ella a mi lado. Así sea que no sepa de mi presencia.

(Fiona) Leo. Leo. Leo. Hasta que siento una mirada fija en mí, sin voltear ya sé quién es. Espero no equivocarme. Pero no quiero voltear, ahora que la tengo a mi lado ya no sé qué decirle. Luego de un rato volteo a verla, ya era suficiente…

- Lisa: Hola Fiona – Le doy mi mejor sonrisa, quiero besar su cachete, me inclino hacia ella… Se retira- ¿He hecho algo que te molesta? – Nuevamente me rechaza-

(Lisa) Se aparta. Tampoco quiere que la bese en el cachete. Es verdad. Algo malo he hecho. Quiero salir llorando. Pero me contengo. Ella tendrá sus razones y tarde o temprano me las tiene que explicar.

(Fiona) Otro beso de ella y podría desvanecerme. Tenemos que hablar antes de cualquier acción, cualquier pensamiento. Esto se sale de mis manos. Quiero gritar, reir, correr, necesito contenerme. Necesito... Abren la puerta, se hace el silencio. Llega la nueva profesora. Qué curioso, la había visto antes. El día anterior para ser más exacta.

(Lisa) Asi que la sobrina del director es nuestra maestra de filosofía. Qué bien, mas aburrida no podrían ser estas horas.

- Prof.: Tomen asiento. Mi nombre es Victoria Teresa Lencastre, como ven, soy su profesora de filosofía.

(Fiona) Una mujer con problemas de alcohol y tabaco, con eticidad negativa, es mi profesora de filosofía, ¿Quién lo iba a imaginar? –Sonrío para mis adentros, me parece hasta divertido el asunto-

(Lisa) Ha empezado a hablar y ya no la soporto. Miro un rato a Fiona quien la escucha atentamente. Sus ojitos grises se ven oscuros. ¿Estará prestando atención a sus palabras o le estará mirando los ojos dispares? Jajaja mejor no pregunto… Uhmm debí desayunar mejor. Escuchar a esta mujer ya me ha dado hambre. ¿Habrá llegado Sara? Le mandare un mensaje en ingles “Where is the best big sister ever?” Hablando de ingles. Olvidaba que hoy tengo ensayo en la academia. Me voy a volver loca. Miro hacia la tal Victoria, me desagrada. Esta viendo a Fiona mientras esta la escucha sin pestañear. Odio que la mire, pareciera que tienen cierta complicidad. Mejor abro mis libros y trato de prestar atención a lo que dice sin necesidad de verla.

- Prof. Victoria: ¿Qué me dice usted… señorita… Me dice su nombre por favor…?

- Lisa: …

- Prof. Victoria: La pelirroja de camiseta blanca, le estoy hablando.

- Lisa: -Genial, me habla a mi- Lisa Priest, profesora.

- Prof. Victoria: Muy bien. Ya vimos que no me prestaba atención. Hablamos del pensamiento medieval occidental y su dependencia a la teología. Página 23. Capitulo 1. Puede estar más atenta o retirarse si lo desea.

(Lisa) ¿Qué? ¿No lleva 20 minutos hablando y ya me esta pidiendo que me retire? ¿Que se ha creído? Piensa que puede venir altaneramente solo por ser pariente del director. ¡Es que la detesto!

(Fiona) Vaya. Le pide a Lisa que se retire. Esta siendo algo ruda. No debería tratar a mi Sansa de esa manera. Le agarro la mano bajo la mesa. Le digo al oído “Todo va a estar bien”. Nos miramos por unos segundos. Su rostro cambia completamente.

(Lisa) Es un amor. A su manera, claro. Primera vez que me toca o me dice algo sin que yo se lo pida o lo haga primero. ¿Qué la profesora qué? Ya lo olvidé.

(Fiona) Termina la clase y Lisa me pide ir a una cafetería cerca de la universidad, para estar atentas a la próxima clase. Vamos en su carro. Nuevamente se desvia del camino a la cafetería. No pregunto.

(Lisa) Vamos a un lugar mas apartado. Necesito estar a solas con ella. Tenemos que hablar y no voy a permitir que nada nos interrumpa.

- Lisa: Bien. – Caminamos hacia un banquito en el parque, solo se lograban ver 2 parejas a lo lejos y 3 pares de ancianos jugando domino, era perfecto- ¿Me puedes decir ahora que pasa, Fiona?

- Fiona: ¿Qué pasa de que?

- Lisa: ¿Por qué te distanciaste? Necesito que seas clara. ¿Por qué te fuiste aquella noche del apartamento? ¿Qué sientes Fiona?

- Fiona: -Miro un rato hacia la laguna que estaba detrás de ella, unos patos jugueteando con el agua- Hay cosas que simplemente no se, no se responder. Me fui porque sentí que era lo correcto.

- Lisa: ¿Qué es lo correcto?

- Fiona: Nunca había tenido ese tipo de contacto con nadie. Me tomaste por sorpresa. Me Sali de mi control. Lo correcto es estar dentro de control. De mi control.

- Lisa: ¿Por qué te fijas esos controles?

- Fiona: Es lo mejor. Asi debe ser.

- Lisa: -Le agarro las dos manos- ¿No estás molesta conmigo? ¿Me dejaras seguir dándote besitos en el cachete? –Puse mi cara más tierna-

- Fiona: No podría estar molesta contigo. No dejes de hacerlo. –Puse mi cachete a su disponibilidad-

(Lisa) Ese momento fue todo lo que quería. Ciertamente no tenia mucho tiempo conociéndola, pero lo poco que se de ella me encanta, me tiene embobada. Si solo mirarla era un deleite. Tener sus cachetitos –Por ahora- es lo mejor. Le di 3, 4 o 10 besos no lo se. Cada vez eran mas cercanos a su boca, que moria por besarla. Pero si quiero conservarla debo respetarla. Darle el tiempo que necesita.

- Lisa: Abrazame –Me da un abrazo torpe- ¡Que mas fuerte! Te iré acostumbrando señorita. Hueles divino. ¿Qué perfume usas?

- Fiona: Jungle de Kenzo.

- Lisa: Uy pero que atrevida – Dije en tono sarcástico que parece ella no entendió-

- Fiona: Me lo regalo mamá.

(Lisa) Sonrei. Debo conocer a esa señora. Quiere destapar a su hija. Mostrarle el mundo. Debemos unir fuerzas para lograrlo. Jajajaja

(Fiona) Estuvimos abrazadas un rato mirando hacia la laguna. Hablando cualquier banalidad por un rato. Me sentía comoda con ella nuevamente.

- Lisa: Oye que pesada la profesora de filosofía. ¿Sabías que es la sobrina del director? Quizas por eso piensa que tiene mucha autoridad.

- Fiona: No lo sabia. Casualmente la conocí anoche. No sabía que era nuestra maestra.

- Lisa: -Suelto el abrazo y la miro fijamente- ¿Cómo? ¿Dónde estabas anoche? –Con razón la miraba fijamente, se conocían, sentí algo parecido a celos, pero no le presté importancia-

- Fiona: Acompañando a madre en su trabajo.

- Lisa: ¿Qué trabaja tu mama Fiona? Hablame un poco ella.

(Fiona) Hablar de madre. La única mujer que ha estado en mi vida. Junto a Lena. Hasta ahora.

- Fiona: ¿Qué te puedo decir?

- Lisa: Quiero conocerla. –Hundo mi nariz en su cuello, respiro fuerte para erizarle la piel- Llevame a conocer a tu mamá, si? – Le agarro la punta baja de su oreja con mis dientes, aprieto suavemente-

- Fiona: Cuando se dé la ocasión te la presento. –Aparto mi oreja de su boca-

(Lisa) Rio suavemente. Ya me gusta verla como se aparta cuando estoy muy pegada a ella jajajaja.

- Fiona: Ya es casi hora de regresar a la próxima clase. Tengo hambre.

- Lisa: ¿Y si nos saltamos la primera hora y comemos en un buen lugar?

- Fiona: Eso no pasará –Le acaricio las manos levemente, casi ni lo siente, o eso creo yo-

- Lisa: Ven, comamos algo rápido entonces.

(Lisa) El resto del camino fue mas animado, hablamos mas y mas, cada vez que ella era un poco mas suelta y eso me encantaba. El dia transcurrió super bien. No vi a Sara en ningún momento. Tampoco pensé tanto en ella. Tenia a Fiona a mi lado y aunque no hablaramos la estaba viendo.

- Diana: Lisa, hablé con Cindy hable con Julian y me invito a una inauguración. Dijo que ya tu sabias. ¿Pensabas ir sin mi? – Con tono de falsa moelstia-

- Lisa: Claro que nooo jajaja – Nuevamente habia olvidado la fiesta, creo que ni me importa mucho- Te lo pensaba decir el mismo dia, como plan sorpresa jajajaja

- Diana: Mas te vale. Voy con las chicas a comprar ropa. ¿Nos acompañas?

- Lisa: Tengo que ir al AFRANB (Academia francesa de baile). Pense que irias también.

- Diana: No, el dia que no fuiste hablaron de un nuevo musical que están armando y en su mayoría es cantado en francés. Sabes lo mala que soy en esas cosas. El lunes son las audiciones

- Lisa: ¿Sabes cual es la obra?

- Diana: No me interesó mucho. Dicen que es un musical de Mozart. Estilo contemporáneo. Mori del aburrimiento.

(Lisa) ¿Un musical contemporáneo de Mozart? Que loco suena. Se lo contaré a Fiona a ver si le suena algo, ella sabe de esas cosas. Bueno, ella sabe de todo. Dentro de lo que cabe.

- Lisa: Sabes que estoy en una academia de Danza y teatro ¿Verdad?

- Fiona: Me estoy enterando.

- Lisa: Bueno, la cuestión es que me acaban de informar de unas audiciones para el lunes. Es un musical en francés.

- Fiona: Je parle le français.

- Lisa: ¿Hablas francés? ¿Hay algo que no hagas? Jajajaja que emociooooon – la abrazo fuerte, casi la levanto del piso-

- Fiona: Viví con madre y su amiga en Lyon por 14 meses, luego de graduarme del instituto, tenían asuntos que atender con respecto a una empresa de mi difunto abuelo. Alla aprendí el idioma y conoci bellos lugares. Est une belle ville.

- Lisa: Aaaay quiero conocer a tu mamá. –Le agarro la cara y le planto un beso fugaz en los labios.

(Lisa) Ella se queda quieta. Creo que no debi hacerlo. Me mira por unos instantes.

- Fiona: Me voy a casa.

- Lisa: ¿Te incomode?

- Fiona: No, para nada. –Doy mi mejor sonrisa, sabia que eso lo haría sentir mejor-

(Lisa) Nos fuimos juntas, la llevé a su casa. En el camino estuvimos un poco mas calladas. Le pedi que me cantara en francés. Dijo que ella no canta. Le pedi que coloque alguna canción en francés desde su teléfono. Me coloco una pieza que sin entenderla me causó tristeza. Dijo que era de Edith Piaf.

- Lisa: ¿Como se llama la canción?

- Fiona: Ne me quitte pas.

- Lisa: Me encanta como lo pronuncias. Si entendiese un poco el idioma, te pediría que me hables siempre asi jajaja

- Fiona: Comme le dit la dame.

- Lisa: Llegamos a casa. –Quiero bajarme con ella, quitarle la ropa y hacerla mia todo el dia, tanto francés y tanto conocer de ella me tenia mas que excitada, emocionada-

- Fiona: Hasta mañana señorita.

- Lisa: Espera. ¿Y mi beso? –Me da un beso que terminó de hacerme sentir suya por completo-

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(Lisa) Pasaron los días y nosotras nos seguíamos viendo. Hablando, nos conocíamos y nos maravillábamos, por lo menos de mi parte, porque de ella todavía me costaba entender sus emociones.

- Lisa: ¿Qué vas hacer mañana en la noche, señorita guapa? – Le decía la mañana del viernes mientras le agarraba los cachetes y me metia en sus piernas y ella sentada, la tomé de sorpresa-

- Fiona: No tengo planes.

- Lisa: Perfecto. Tus planes son conmigo. Te paso buscando a las 8 pm, ¿te parece? –Le decía mientras acercaba mis labios a los suyos, respetando su espacio, como ella me pedia. Mis piernas seguían entre las de ellas-

- Prof. Victoria: Señorita Priest, actos inmorales no se permiten dentro de las instalaciones. Señorita Duarte no pensé que era cómplice de tales actos. Se separan.

- Fiona: No estamos haciendo nada fuera lo normal. Profesora Victoria. Los limites de espacio han sido respetados. Y no se nos puede acusar de alguna inmoralidad.

- Prof. Victoria: La quiero el lunes en mi despacho señorita Duarte. –Se retira-

- Lisa: Que pesada. ¡La detesto! –Le dije mientras me separaba de ella-

- Fiona: Normal. No va a pasar nada.

- Lisa: ¿El lunes a las 8 entonces?

- Fiona: Estaré lista. Necesito saber adónde vamos.

- Lisa: Es una inauguración de un local, estarán todos, todos hablan de eso. Quiero que vayas conmigo. –Puse la cara que casi siempre hace que Fiona acepte mis peticiones-

- Fiona: ¿Qué debo ponerme? –Cuando pone esa cara, creo que ella siente que puede convencerme, me gusta que lo piense, me gusta esa carita-

- Lisa: Mejor llego mas temprano y te ayudo a que ponerte, si? –Perfecto, la podre ver con escasa ropa. Plegarias escuchadas-

-Fiona: Me parece mejor.

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(Lisa) Perfecto, llega la hora y estoy a las 6 en punto en la puerta de su casa. No podía esperar ni un minuto mas.

- Liliana: Hola, tu debes ser Lisa. Pasa.

- Lisa: Hola señora. ¿Usted es la mama de Fiona? Me ha hablado mucho de usted y de la señora Helena.

- Liliana: Si si, soy la mamá. Toma asiento. En un momento baja Fiona.

(Lisa) Puso cara triste, no entendí porque. ¿Qué dije? La señora me había recibido con tono alegre y una sonrisa. Al menos ya se que es diferente a su hija. Y la verdad también es hermosa. Nunca me ha hablado de su papa o de la existencia de uno. Pero seguramente su belleza tiene que ser de esta señora. Hablamos un rato mientras llegaba Fiona. Es una señora muy interesante y agradable.

- Fiona: Lisa.

(Lisa) Primera vez que la veo tan deportiva. Monos apretados y franela sin mangas. Que-buenas-piernas-tiene-esta-mujer. Necesitaba pausa para pensar cada palabra. Su tono de piel tan pálido. Estaba tan hermosa que quería desmayarme. No sabia si la mama se habia dado cuenta pero mi corazón quería raptar a su hija y no devolvérsela nunca.

- Liliana: ¿Desean algo de tomar? Lisa estas en tu casa. Yo me tengo que ir. Fini mi amor –Le da un beso- Disfruta la noche. –Se va-

- Lisa: ¿Fini? -Dije aun con cara de boba mirándole las piernas. La cintura. No podía mirarle los pechos-

-Fiona: Asi me dice a veces.

-Lisa: Pero que cuchiii – Le dije mientras le hacia cosquillas, necesitaba tocarla ya-

(Lisa) Su casa es hermosa. Comoda. Espaciosa. Subimos unas escaleras Eran 3 pisos y el piso del medio era todo su cuarto. Era enorme. Lleno de alfombras. Con una biblioteca de pared a pared. El cuarto contaba con 4 puertas. No pude evitar preguntar de que era cada una.

- Fiona: La entrada. El baño. El vestier y la terraza. –Le dije mientras señalaba cada una-

- Lisa: Claro. ¿Por qué no lo imagine? Jajajaja Bueno – Dije sentándome en su cama, me quite los zapatos, quería hacerla sentir que me sentía comoda a ver si se relaja, y vaya que si me sentía comoda- ¿Qué tienes para mostrarme?

- Fiona: Ven, vamos al vestier.

(Lisa) Me apresuro a tomar su paso y le agarro la mano. Al abrir la puerta veo un closet enorme con tantas puertas que me perdia. Esta chica es increíble. Todo estaba tan ordenado. Por colores. Secciones. Habia ropa de todo tipo. Prendas que jamás imagine que ella podría ponerse.

- Fiona: Esas cosas me las compra madre, con la esperanza de verme vestida de esa manera.

- Lisa: Tu madre te quiere lo mejor Fiona. Ven vamos a ver algo de eso para ponértelo hoy.

(Lisa) Saque unas faldas, shorts cortos, franelas con colores hermosos. De todo tipo de material, sentía que estaba en una boutique de lo mejor. La verdad estaba enamorándome de ese vestuario tan hermoso jajaja.

- Lisa: Ponte estas y estas –Saco como 15 prendas mas- Y estas.

(Fiona) Agrando los ojos. No es posible. Vamos a durar una eternidad en esto.

(Fiona) Entro a una sección que nos separa por media pared y empiezo a desvestirme.

- Lisa: ¿A donde vas? ¿Por qué te escondes alla? Fiona, ¿acaso no somos mujeres? –Me acerco a donde esta ella. Quiero ver todo lo que te pones. Sin pena.

(Lisa) Ya ella estaba solo con la franela. Senti una excitación enorme al momento de verla de esa manera. Timida. Estaba algo tiesa, ya no podía moverse. Mis palpitaciones me iban a reventar el pecho.

- Lisa: Disculpa. Mejor me quedo donde estaba. Ponte cómoda. Quiero ver todo lo que te di, si?

- Fiona: Esta bien.

(Lisa) Pasaron una o dos horas. No lo sabia. Cada prenda que esta chica se colocaba me causaba otro mini infarto. Me contenía tan terriblemente que tuve que ir varias veces al baño para calmarme. Ya no quería ir a la fiesta. Queria estar con ella toda la noche aunque sea viéndola probar vestuario nuevo. Todo le quedaba perfecto. Pero yo quería que probara mas y mas, solo para hacerla desvestirse y lograr ver algo sin que ella se dé cuenta. En esos instantes no existía nadie en el mundo. Solo ella y yo.

- Fiona: ¿Es que nada es para la ocasión?

- Lisa: Ya casi estas lista. Lo importante es que estes comoda.

(Lisa) Al final terminamos eligiendo un pantalón pegadito al cuerpo. Le quedaba de infarto. Era de color negro. Y una prenda hermosísima también que le desnudaba los brazos, le di una chaqueta que combinaba a la perfeccion, por si llegase a sentir frio. Unos tacones que realzaban su altura, estilizaban más sus piernas. La ayude a maquillarse un poco. Ella no conocía mucho del tema. Habia quedado tan hermosa que quería arrancarle la ropa y hacerla seguir probando.

- Lisa: ¿Nos vamos? –Le dije sin dejar de mirarle TODO-

- Fiona: Nos vamos.






















miércoles, 12 de noviembre de 2014

Canción solitaria V



Fiona y Lisa


(Lisa) Su boca se mantiene rígida, no puede relajarse.

(Fiona) ¿Qué hace? Siento un calor recorrer mi cuerpo, es ese fuego nuevamente. Yo…

- Fiona: -Suelto el beso bruscamente- Debo irme Lisa. Solo dije que me quedaría un rato mas, ¿ya te sientes mejor? –Suelto el abrazo y me alejo un poco-

(Lisa) Mi cara de sorpresa no es normal. Algo hice mal. Respiro profundamente para calmarme un poco. No puedo decir nada. Esto no ha salido como esperaba.

- Fiona: Yo, será mejor que me vaya.

(Fiona) No se porque quiero irme. Salgo rápidamente del apartamento. Ya es muy tarde y llamo un taxi que es amigo de madre. Lo espero sola. El vigilante del edificio me pregunta si necesito ayuda.

- Fiona: ¿En que podría ayudarme, señor?

- Vigilante: Es peligroso que esperes afuera del edificio. Mejor entre señorita.

(Fiona) Entro y me ofrece una silla. Permanezco de pie mirando hacia la ventana. Mi mente no es capaz de pensar y asimilar lo que había pasado arriba. Hasta que la vi nuevamente. Ahí estaba, parada arriba a 4 escalones antes de llegar a Planta baja.

- Lisa: Estas aquí todavía. –Hablo con pausas, no había podido dejar de llorar, Salí a buscarla inmediatamente y al verla ya no sabía que decirle-

(Lisa) Ahí está. Con su cara inexpresiva. Lo arruine todo. Sigo sin poder decir palabra.

- Vigilante: Ya llegó su taxi señorita.

(Fiona) La miro por última vez y me despido. Siento una presión en el pecho. Como un puño martillando. Necesitaba irme a casa. Necesitaba pensar. Hoy han pasado muchas cosas y ya me siento fuera de control.



(Lisa) Ella se va, solo alcance a decirle “Chao” cuando se despidió. No logro entender que pudo haber salido mal. Trate de mantener la calma. Subí al apartamento y me acosté tal como estaba, quería conservar su aroma. Recordé su abrazo frio y en como tuve que ingeniármelas hoy para lograr estar con ella. Pensé por un largo rato si de verdad vale la pena insistir con alguien que no demuestra interés en mi. No, no es lo que necesito en mi vida. Lloré sin comprender porqué. Esa noche no pude dormir. Solo estuve recordando una y otra vez cada palabra y cada cosa que hice, que hicimos. Estoy más confundida que cuando la conocí.



(Fiona) Llego a casa y madre estaba en la sala ya dormida con la tv encendida. La miro un rato, 2 minutos, me acuesto a su lado. Ella despierta y me pregunta donde estaba, me pregunta por la chica, me pregunta que hice hoy, me pregunta me pregunta me pregunta. Me pide que la mire y le respondo solo lo que pide mientras evado su mirada. Me abraza.

- Madre: ¿Cómo te sientes, Fini?

- Fiona: No lo sé. ¿Puedo irme a dormir?


(Fiona) Me levanto y voy a mi cuarto. Pienso en ese beso una y otra vez. Pensaba en la imagen del teléfono de Lisa. Pensaba en su risa y en cómo me sentía cuando la escuchaba reír. Dormí.



Lisa

Me levanto. No sé por cuánto tiempo dormí. No sé si realmente dormí. Miro la hora y eran las 9 am. Mi primer pensamiento fue Fiona. Quise odiarla en ese entonces. ¿Por qué se fue así? Esa pregunta seguía en mi cabeza. Me tomo un baño. Miro a mi alrededor y por primera vez, me siento sola. Y no quería estarlo. Pienso nuevamente en el beso que le di. ¿Por qué ella no me correspondió?

Tomo el carro y me voy a casa, en el camino paso por la heladería de siempre. Compro todo el helado de limón que mi cuerpo pueda aguantar. Veo un postre con coco y chocolate blanco. Recuerdo a Fiona nuevamente. Lo compro. Llego rápido a casa. No tenía ganas de nada. Mis padres estaban en el trabajo y Joel en el instituto. Nuevamente me sentía sola, enciendo la tv y veo sin ver realmente. Miro el postre y pienso en si ese será el que más le gusta a Fiona. Consumo todo el helado y aun no me sentía bien. Necesitaba verla y saber porque actuó de esa manera. Tengo su número y no sé si llamarla o escribirle. Estaba tan confundida. Quizás necesitaba darle su tiempo.

Llamo a Diana y le pido que vaya a verme. Estaba ocupada en otra ciudad. Dijo que en la noche pasaría a verme. Ya no sabía qué hacer, necesitaba compañía, cada minuto sola me recordaba el rechazo de Fiona.

Llamo a Julián y a Esteban y les pido que me acompañen. Esteban no atiende las llamadas y Julián dice estar con una amiga recién llegada a la ciudad, le dije que la traiga también. La verdad no me interesaba con tal de no estar sola.

En menos de una hora estaban frente a mi puerta. Quedo inmóvil, era lo que menos necesitaba mi día, mi vida. Quería explotar y gritar. ¿Cindy? ¿Acaso no hay otras amigas en el mundo recién llegadas a la ciudad? ¿Qué me trata de decir el destino?

- Julian: Lisa hermosa te presento una nueva amiga –Estaba emocionado, seguro no la conocía tan bien todavía- Cindy.

- Lisa: Cindy. –Mi cara de pocos amigos ya decía todo lo que mi boca no quería-

- Julian: ¿Por qué esa cara?

- Lisa: Dile tu Cindy.

- Cindy: Eeehm, somos viejas conocidas Julián. – Su sonrisa me irritaba tanto, quería golpearla-

- Lisa: ¿Viejas conocidas? ¿Si sabes donde vivo porque quisiste venir con él?

- Julian: Whoo ¿Qué pasa aquí? ¡Calma chicas!

- Cindy: Si no soy bienvenida puedo irme, Julián me conto que tu tono de voz era triste y que le pediste compañía, no sabía que eras tú hasta que me encontraba en la puerta de tu casa. No hay problemas, hasta luego Julián.

- Lisa: Espera – Ella no tiene la culpa- ven, no quise ser grosera. Entren chicos.

No me sentía cómoda con su presencia, toda la mañana buscando algo de compañía y apenas me llegan ya quería que se vayan. Ya no sabía que quería. Les ofrecí algo de beber y vimos unas cuantas películas incompletas. Hablamos cualquier tontería.

- Lisa: Por cierto, ¿Y ustedes de donde se conocen? –Dirigiéndome hacia Julián-

- Julián: Había oído de la nueva discoteca y me pareció buena idea encontrar trabajo ahí. La inauguran este fin de semana. Vas, ¿verdad?

Había pasado toda esta semana con Fiona y todos mis pensamientos eran para ella, había olvidado por completo la fiesta.

Al pasar la tarde fui despejándome un poco la tristeza. Julián es un gran chico, siempre dispuesto a hablar a compartir todo, puedes sentirte muy a gusto. Cindy no dejaba de mirarme, estuve más pendiente de Julián que de ella, la verdad ella y yo no teníamos mucho de qué hablar, no estaba dispuesta a caer en un error del pasado. Y mucho menos ahora que todos mis pensamientos eran de otra persona. Me pregunto que estará haciendo.

Fiona

Madre me pide que la acompañe a su empresa que fundó junto a la señora Helena, la que tenía antes de ser la afortunada heredera del difunto Oliver de la Vega, es una agencia de festejos, una estructura enorme y bien elaborada. Cuenta con 6 diseñadores entre otro personal de arreglo, protocolo, chefs y jardineros y 2 galpones surtidos entre muebles, mesas y decoración, madre organiza eventos grandes. Eventos a los cuales nunca voy.

La pasé con ella todo el tiempo, era uno de esos días donde quise desmotrarle que puedo ser lo que ella me pide que sea. Por mas difícil que se me haga. Organizaban un coctel de prestigio y ayudaba a madre en todo lo que me pedia. Aun no llegaban los invitados, madre no dejaba de dar órdenes a través del auricular que cada personal de trabajo tenia conectado a la oreja. Esa fue una de las ideas que les di el primer dia que fui con ella a una organización. Desde entonces la han estado usando.

Al llegar la noche ya los invitados empezaban a llegar, habrían más de 200 personas, asi que dispuse a irme, no me gustaban ese tipo de cosas, Lena me insistía en hacer feliz a madre y que me quede un poco mas. Por lo que busque un vaso con agua y me senté en una de las ultimas mesas, el primer pensamiento apenas quedé a solas. Mi Sansa. La había dejado una noche antes sin darle explicaciones. Me quede pensando en ella perdiendo la noción del tiempo. Eran ya las 8 pm y el volumen de gente era mayor, no miraba a nadie en especial, solo miraba a través de ellos. Pensando en cómo se conectaban unos con otros, como interactuaban, como se relacionaban. Pensaba si a ellos también se les hacía difícil conocerse entre ellos. Me preguntaba como era el primer beso de aquella señora con vestido colorido y cigarrillo en mano, ya habría dado su primer beso hace años, ¿Cómo habría reaccionado? Pensaba en aquel muchacho sentado entre dos señores de mucha mayor edad. ¿Estará aburrido? ¿Tendrá un amor en quien pensar? Y asi me encontraba entretenida pensando en los sentimientos de algunos invitados y relacionándolos con los míos... Sentía que no sabía nada de la vida. Sentía que…

- Chica: Hola, ¿Tienes encendedor?

Me hablan, regreso de mis pensamientos, vuelvo a la realidad, una chica me pide un encendedor. La miro. Tiene un cigarrillo apagado en la boca y una copa de licor en la mano. Estaba sentada a mi lado y se habia quitado los tacones.

- Chica: ¿Hola? ¿No tienes? – Me miraba ya impaciente-

- Fiona: Eh no, no fumo. – Miro nuevamente a los invitados de lejos-

- Chica: Es una lástima, no sé cómo hay gente que no fuma –Apunta hacia uno de los mesoneros- ¿Tiene encendedor? – Le enciende el cigarrillo y le llena la copa. Toma un largo sorbo y se dirige a mi nuevamente- No me has dicho tu nombre.

- Fiona: No me has dicho el tuyo.

- Chica: Jajajaaaa ¡que seria! –Se tambaleaba un poco- Victoria –Suelta la copa y me da la mano- ¿Ahora si me das el tuyo?

- Fiona: Soy Fiona.

- Victoria: ¿Qué haces aquí sentada sola Fiona? ¿Por qué no vas y te diviertes con este montón de basura que tienes alrededor?

- Fiona: Quizás mi concepto de diversión sea diferente al de estar rodeada de “montón de basura” tal como me está sugiriendo.

- Victoria: -Sonríe- Ahora también eres graciosa. ¿Qué te trae a esta mal llamada fiesta?

- Fiona: Cumpliendo con algunos deberes familiares – Me limite a decir-

- Victoria: Deberes, deberes, deberes – Dijo alzando la voz en tono de desagrado- Todos estamos aquí por deberes, por compromiso. ¿No te parece que todo se trata de injusticias? ¿Pero qué queremos como individuo? ¿A quién le interesa?

- Fiona: Cometer una injusticia es peor que sufrirla.

- Victoria: Y citas Aristóteles.

- Fiona: La justicia es la madre de toda virtud. Porque en ella reside lo moralmente correcto.

- Victoria: ¿Y qué es lo bueno y que es lo malo? ¿Por qué? Cuando se pierde la justicia se pierde el honor, la ética. ¿Qué sabe esta gente de ética y honor?

- Fiona: ¿Qué sabe usted de ética y honor?

Permanece callada. Me mira un rato. Evado su mirada buscando a mi madre en silencio. Esta señora se sienta conmigo y no sé que pretende. Solo quiero irme a casa. Quiero estudiar. Mañana hay clases que escuchar y nuevas materias que aprender. Pero sobretodo voy a ver a Lisa nuevamente. Solo quería irme y estudiar para pensar en mi Sansa hasta quedarme dormida.

- Victoria: ¿Qué edad tienes, Fiona?

- Fiona: 19 años. Disculpe me tengo que ir.

- Victoria: ¿Volveré a verte?

No le respondí. Ya estaba decidida a irme de la fiesta así que no encontraba motivo para responderle. Llame a madre por teléfono y le dije que tomaría un taxi hasta casa. Me dio la llave del carro, ella se iría acompañada. Me fui de la fiesta sin mas y camino a casa no podía dejar de pensar en Lisa, en su risa, en su beso, todo el dia mis labios recordaban su beso. Me desvié de casa sin darme cuenta y me vi frente al edificio de Sara, su hermana. ¿Sera que está aquí todavía? ¿Qué le diría?

El vigilante me dejo pasar y subí hasta el apartamento. Mi corazón palpitaba tan fuerte que podía oírlo a pesar del ruido de los alrededores. Toque la puerta 3 veces seguidas. Conté hasta 10 y volvi a tocar la puerta. Permanecí un rato más siguiendo el mismo patrón. Nadie respondió.


Me fui a casa, abrí los libros de filosofía, estudie un rato para preparar las clases de mañana. Puse la alarma para las 5.45 am y dormí. Mañana podré verla.

viernes, 7 de noviembre de 2014

Canción solitaria IV



Lisa

Me levanto, súper contenta, más que los días anteriores, hace ya una semana que comparto mas con Fiona, la conozco un poco más, esa chica me gusta y no me lo voy a negar, conocerla es amarla, se ha abierto un poco más a mí, aunque no con los demás chicos, Diana sigue pensando que es una chica rara. Ahora yo pienso que Diana es la chica rara. Los trámites para el club de lectura van de maravilla, en unas semanas podremos inaugurarlo, le pedí a Fiona que sea parte del comité, después de varios intentos por fin había aceptado. Por lo que hoy tengo una “cita” con ella para terminar algunos detalles.

Me pongo mi vestido favorito, con los colores que mejor me quedan, a pesar de que estoy algo gordita no dejo de levantar miradas cuando me coloco este vestido. Pero la única mirada que quiero levantar aun no lo hace. A pesar de que hemos compartido más, Fiona no es capaz de mirarme y sostener la mirada, si mi mejor arma que es este vestido, no lo logra, ¡pues dejo atrás los pastelillos de limón y me meto en el club de natación! Quizás a ella le gusten más delgadas. Ummm, pero que cosas digo, ¡si a ella ni le gusta nada!

No dejo que aquel último pensamiento me detenga y sigo arreglándome, hoy no hay clases, por lo tanto es mi primer día casi perfecto que puedo pasar completamente con ella. La verdad, esos “detalles” que le dije que concretaríamos, son falsos, ya yo me había encargado de eso. Solo necesitaba una excusa para verla, por lo visto necesito llenarme de excusas para lograr algo con esta chica.

Sara se fue el fin de semana a un viaje corto con Gerard, su novio, esa es la ventaja de ser novia de un piloto comercial. Siempre que ella se va, me deja las llaves de su apartamento, ya que pronto me mudare con ella y nos tenemos mucha confianza.

Salgo y busco a Fiona, aunque ella insistía en que podía llegar sola con el carro de su mamá si era necesario, hemos tenido esa clase de discusiones a todo momento, es una chica necia, y mis pequeñas victorias me complacen, a veces pienso que muy a pesar de su disgusto, lo hace para complacerme. Es encantadora a su manera.

Llego a su casa media hora antes de lo acordado, estaba ansiosa, así que me quede adentro del carro escuchando música, una canción que estábamos ensayando su coreografía en la academia. Faltando 10 minutos, no aguanto más y decido llamarla, no es posible, no tengo su número, hemos compartido una semana y ¡NO tengo el número de esta chica! Se lo pediré hoy, no creo que tenga que discutir también por eso. Toco la corneta.

Fiona

Ya ha pasado una semana desde que la conocí y siento que ha sido una eternidad, a pesar de que me cuesta hablar bien con ella, no pierdo una oportunidad para escucharla y grabarme cada palabra. Después de aquel beso en el cachete, me ha dado muchos más, mis palpitaciones siguen fuertes antes y después de cada uno, estoy experimentando emociones que no sabía que podía tener, madre y Lena no me preguntaron por mis vendajes, pero si me preguntan el porque he estado sonriendo más a menudo. Les respondí las mismas palabras que ellas siempre me decían “La vida me está sonriendo”

Hoy voy a salir con mi Sansa, tenemos asuntos que resolver sobre el Club de lectura, no sé porque madre se contenta cuando le dije que vienen a buscarme, la vida es inexplicable algunas veces. Ella asumió que era un chico, su sonrisa fue más alegre, mas sonora, ¿Qué pretende? ¿Por qué tanta felicidad si solo hare diligencias con una chica? A pesar de vivir toda mi vida junto a ella, no logro entenderla. Va hacia mi armario e intenta sacar toda mi ropa, nada le gusta, quiere colores más vivos, dice que merezco portar mejores colores. Me da unos jeans decolorados, y una prenda incomprensible, de esas que ella me compra y yo solo dejo guardada en el armario. No pongo objeción, al salir de mi cuarto ella me reclama el suéter negro con capucha por encima de la franela, su franela, sigo de largo.

Tocan la corneta. Ha llegado 8 minutos temprano, ya me encontraba lista, leyendo mi saga, un capitulo cualquiera. Me dirijo hacia la puerta y ya están madre y Lena mirando desde la venta, la alegría de ellas se desvaneció al ver que era una chica, abro la puerta, era mi turno de sonreír, mi Sansa me estaba esperando.

Fiona y Lisa

(Lisa) ahí viene. Veo desde lo lejos a dos mujeres mirando desde la ventana. Me recuerda a mi madre y mis tías la primera vez que salí con Miguel Angel, mi primer novio, jajajaja ¿Qué estarán pensando estas mujeres? No, no creo, no creo que esta chica ya esté fuera del closet. Quizás no las tiene acostumbradas a que salga acompañada.

(Lisa) Sonrío mientras pienso esas ocurrencias.

- Lisa: ¡Qué guapa, mujer!

- Fiona: -sonrío- Gracias. Madre me dio esta ropa.

(Fiona) Madre me dijo que no debería hablar mucho de ella, cuando ella pensaba que saldría con un chico, fue lo primero que dijo, que mencionar a las madres puede ser algo cortante y aborrecido. Recordé sus palabras. Me sonrojé. Ya la había mencionado apenas subiendo el carro.

- Lisa: Y bien, ¿Ya desayunaste? Conozco un lugar excelente, comida ligera, noto que te gusta la comida ligera. ¡Te va a encantar los pancakes con harina de almendras y mantequilla de maní!

- Fiona: Ya desayuné. Mira, busqué por internet todos los lugares que mencionaste ayer, para el registro y los tramites, colocare el gps para llegar más rápido y esquivar tráfico.

(Lisa) Nop, no será nada fácil con esta chica. Es que hasta tonta y desinteresada me atrae. ¿Qué pasa contigo Lisa Priest?

- Lisa: Antes que ir a cualquier lugar, voy a necesitar tu numero Fiona, siendo socias del club de lectura necesitamos estar en contacto siempre. -adoro este club, me da la excusa perfecta para todo- Toma mi teléfono y guarda tu numero ahí por favor.

(Fiona) Tomo su teléfono y apenas enciendo la pantalla, veo su imagen de fondo, son dos chicas acostadas con las piernas entrelazadas, una tenia la camisa blanca abierta. Observo la imagen unos segundos y procedo a guardar mi número telefónico. No dejo de pensar en la imagen. Al parecer cada vez que conozco algo de mi Sansa siento novedades en mi.

(Lisa) Lo sé, soy terrible. Coloque esa imagen solo para detallar su reacción, la chica no dice nada, su rostro no dice nada. Ni siquiera un sonrojo de sus cachetitos que tanto me encanta besar. Pero me fijo que ha visto la imagen un largo rato. Hay que descifrar todo con ella.

(Fiona) Ella no me responde lo del GPS, yo lo enciendo. Solo lo observo yo. Me fijo que no vamos a la misma dirección pautada. Le pregunto. Me sugiere un juego. No sé a donde vamos, siento nervios, quiero salir del carro.

- Lisa: A ver, hagamos preguntas, ¿me prometes responder todo con sinceridad? Yo hago una pregunta y tú me haces otra.

- Fiona: Está bien. ¿Quién empieza?

- Lisa: Uhmm algo fácil, ¿Qué te gusta?

- Fiona: Me gusta -Luego de un silencio- me gusta andar en bicicleta.

- Lisa: Mas cosas, no se vale una cosa. Dime que más te gusta, en general, de todo lo que se te ocurra. A ver, tienes un minuto para decirme. Reglas son reglas, jovencita.

(Fiona) Pero si tienes mi misma edad Lisa. Miro mi reloj y empiezo a pensar rápidamente.

- Fiona: Me gusta leer. Siempre cargo conmigo cualquier libro de Canción de Hielo y Fuego. Me gusta el brócoli, y cualquier postre con chocolate blanco. Me gustan las palabras panvocálicas, De tv, veo la serie Bones y Doctor Who. Me gustan la historia Universal, la historia de la colonia y las revoluciones europeas..

(Fiona) Faltan 12 segundos. Podría extenderme más. Temo pasar el minuto, no quiero perder, es mi primer juego con ella. ¿Qué pensará si pierdo? 8... 7... Sudo. ¿Esto es un juego o una tortura? 4... 3...

- Fiona: ¡Y la arquitectura neo góticas del siglo 17! -Lo logre-

(Lisa) ¿Qué? Jajajajaja está sudando y todo. No entendí la mitad de lo que dijo, pero su emoción al contarme las cosas me dijeron más que suficiente. Está sonriendo. Creo que disfruta el juego.

- Lisa: Es tu turno ¿Qué quieres saber de mi?

- Fiona: Quiero saber por qué no vamos a la dirección que tengo pautada en mi GPS.

- Lisa: ¿Qué? Jajajaja. -La miro, no le da risa- No es justo. Se supone que debes preguntarme algo sobre miii.

- Fiona: Entonces preguntare sobre ti. Quiero saber por qué no quieres manejar hacia la dirección que tengo pautada en mi GPS.

- Lisa: Eres increíble Fiona. ¿No te da curiosidad saber algo personal sobre mi?

- Fiona: Se que admiras a tu hermana Sara, que te preocupas por ella más que nada, en el fondo sientes algo de sana envidia de su cuerpo perfecto y su actitud alegre. Tienes un hermano varón o dos, tu actitud medianamente atacante demuestra que tienes simpatía con género masculino, fraternalmente hablando. Te gusta el limón, he notado todo este tiempo como consumes helado de limón, lo haces cuando estas preocupada, porque cuando algo te detiene a pensar, solo quieres escuchar música, tu curso de ingles es para satisfacer a alguien más, quizás a tu hermana Sara. Sé que te gusta el color rojo y dorado. Los llevas puestos ahorita. Manejas con tanto cuidado tu carro, quizás lo haces porque es tu orgullo. Te detienes a mirar las mariposas, piensas que son seres tan frágiles y hermosos y a la vez tan libres. También te gusta..

- Lisa: Espera... ¿Cómo sabes todo eso?

- Fiona: Lo sé. Solo sé que lo sé. Es lo que veo. Es lo que siento que sé cuando te veo.

(Lisa) Una lágrima corre mi mejilla. Mas que asustarme me sorprendo. Mas que sorprenderme quiero llorar. Quiero reír. Quiero. Quiero. Quiero agarrar su mano. Quiero sentirla. Quiero mirarla.

(Fiona) Me agarra la mano y me toca los nudillos. No se si lo que dije la haya molestado. Debí quedarme callada. ¿Pensara que estoy loca? Siento alboroto en mi estomago. Un fuego. Algo me arde por dentro. No quiero que suelte mi mano.

(Fiona) Seguimos en camino y ella está en silencio. No me atrevo a decir palabra. Tenía un millón de cosas mas que quería decir sobre ella. Ella suelta mi mano y se concentra totalmente en el camino. Miro hacia la ventana.

(Lisa) No tengo mucho que pensar. Ella es de pocas palabras, pero vaya que si es inmensamente detallista. Ya estamos llegando a una librería&café es solo mejor que se me pudo ocurrir para que no sospeche que tenemos el dia libre solo para nosotras y que tuve que mentirle para eso, aparte de que muero de hambre.

(Fiona) Una librería&café. ¡Qué bien!

(Lisa) Llegamos. El ambiente era exquisito, pedi comida mientras Fiona se fue directo a la sección de Historia. Tomó un libro y se sentó a mi lado mientras yo comía.

(Fiona) “Un buen libro siempre te hará buena compañía”. La cadena Steimatzky no sabe lo bien que se siente tener un buen libro con una buena compañía cuando crearon esa campaña, mi Sansa es la mejor compañía que he podido tener, ni un libro le hace igual. Ya no puedo ni concentrarme en lo que leo.

(Lisa) Mira su libro sin siquiera mirarme a mi.

(Lisa) El tiempo pasó volando, luego de mi desayuno tome el mismo libro que Fiona leia y nos quedamos un rato en silencio hasta que le pedí que me explicara cierto paisaje del libro, su manera de hablar me cautivó y me enamoro y realmente no le presté más atención a sus palabras que a su interés por dejarme clara mi duda y en la manera que se desenvolvía.

(Fiona) Luego de 4 horas y 37 minutos hablando y discutiendo el libro con mi Sansa. Me entró el hambre. Le dije para ir al otro sitio que teníamos pautado ir para El Club y que podríamos almorzar primero ya que el otro lugar abria a las 3 pm.

- Lisa: Ya no tengo ganas de ir a esos lugares aburridos, ¿Te parece si almorzamos y luego vamos y la pasamos bien en otro?

- Fiona: ¿Te aburriste ahorita?

- Lisa: Para nada, solo estoy algo cansada.

- Fiona: Puedes llevarme a mi casa para que descanses entonces.

(Lisa) Salimos del lugar y en el camino hablamos cualquier tontería que se me ocurra, ella no dejaba de mirarme, la verdad me puedo enamorar fácilmente de ella. Agarro su mano nuevamente, me encanta hacerlo.

(Lisa) La tarde transcurrió de maravilla, almorzamos, hablamos un poco mas, fuimos a varias exhibiciones de arte, ella sabia la historia detrás de cada cuadro, es increíble. Luego fuimos a un parque hermoso lleno de todo tipo de flores, era un rincón escondido en la ciudad. Quise llamarlo “nuestro rincón”. Caminamos un rato, ella empezó a recoger algunas rosas mientras yo seguía contándole algunas cosas de mi vida, mis sueños, mi futuro. ¡Adoraba decirle todo!

- Fiona: Una corona para mi Euterpe.

- Lisa: ¿Euterpe? -Mientras me colocaba una corona hermosa hecha por ella-

- Fiona: La Musa de la música, la de agradable genio.

- Lisa: Aaay ¿soy una musa para ti, Fiona?

- Fiona: Eres más que eso, tienes una voz tan melodiosa que Euterpe jamás habría podido interpretar.

(Lisa) Le di tantos besitos en el cachete que yo misma se los puse rojo. Ya entrada la noche llego el momento que estaba esperando. Le sugerí ver una película en el apartamento de Sara. Preguntó que película, invente cualquier nombre que habia visto antes, dijo que ya la habia visto, le dije que alla podíamos ver cualquier otra.

(Fiona) La tarde ha sido algo tan diferente. No me sentí incomoda en ningún momento. Cuando llegamos a las galerías me sentí un poco mas suelta. Hablamos, ella reía bastante y no dejaba de mirarme. Ya en la noche me puse un poco tensa cuando me pidió ver una película, temi que la película no me gustara. Al final accedi.

(Lisa) Una vez en el apartamento de Sara, consta de 3 cuartos, el tercer cuarto lo estaban remodelando para mi y ya estaba casi listo, y una enorme sala con todas las comodidades que una chica podría tener, con pecera -A petición mia- y 2 tortugas que nunca encontrábamos pero que siempre aparecían cuando menos las buscábamos.

(Lisa) Ya eran casi las 7 pm le pedí que se ponga cómoda, que se relaje, había notado que no dejaba de cerrar y abrir las manos, ya sé que es que estaba bastante tensa. Prendí el aire acondicionado y luego de ver varios títulos de películas accedimos a ver “Pez Grande” una película ya vieja que coincidimos en que ninguna había visto antes. Me quite los zapatos y fui al armario de Sara y me vestí un short blanco que cubría poco mas de mis glúteos y una franela roja de tela suave. Al salir a la sala donde estaba ella, sonreí muy feliz cuando la sorprendí mirándome las piernas mientras sus ojos grises se tornaban más oscuros.

(Fiona) Mientras ella estaba en el cuarto cambiándose de ropa, yo leia la reseña de la película ansiosa de que ella llegara. Primera vez que veía una película con alguien que no era madre o Lena y la verdad me sentía muy bien, me sentía ya tan cómoda que no comprendía el porqué.

(Lisa) La película empezó y me senté muy a su lado, ella permanecía con el suéter negro y se agarraba las mangas mientras observaba la película. Ya al poco tiempo empecé a sentir frio y trate de darme calor con las manos, lo hacía de manera más exagerada para que ella notara. Creo que no se dio cuenta. La mire y le dije si podía compartir su suéter conmigo. Me preguntó como haríamos.

(Fiona) La película iba de lo más interesante, ella estaba a mi lado, veía la película pero no pensaba mucho en lo que veía, mi mente era una maquina que trabaja a mil por hora, me agarraba las mangas porque sentía frio. Ella me pide compartir el sueter y no pude deducir como haríamos. Le pregunté.

- Lisa: Hazme un espacio, abre los brazos.

(Lisa) La abrace e hice que me rodeara con sus brazos. Estabamos sentadas en el sofá. Poco a poco fui subiendo mi pierna encima de las suyas, poco a poco para no espantarla. La abrace más fuerte. Hundi mi cabeza entre su cuello. No quería hablar y arruinar el momento.

(Fiona) Queria acceder a todo lo que ella me pedia. Me puse algo nerviosa, pero cuando me abrazo mas fuerte me sentí tranquila. Tan cerca de ella, es hermoso.

(Lisa) Reimos. Lloramos. Era la película perfecta. No me despegue de ella en ningún momento, de vez en cuando le daba un beso en el cachete, la tenia muy cerquita, ella solo sonreía, no despegaba la vista de la pantalla.

(Fiona) Al rato de terminar la película le dije que me iría a casa. Que tomaria un taxi para no seguir molestándola. Su rostro cambió, dijo algunas palabras, y luego permaneció callada.

- Lisa: ¿Por qué quieres irte? ¿Te he incomodado?

- Fiona: Son casi las 10 pm y debes estar cansada. Llevas todo el dia manejando.

(Lisa) Volvi a quedarme callada, ella miraba a cualquier lugar menos a mi, no quería encontrar mi mirada. Senti que lo habia arruinado todo. Voltee y empece a llorar, a llorar sin saber porqué, me sentía frustrada, gorda, fea e incomprendida. Cuando ella dispone a irse me mira finalmente.

- Fiona: ¿Qué haces? ¿Por qué lloras?

- Lisa: No es nada, puedes irte si quieres.

(Fiona) Ya no sabia que hacer. La gente llora cuando está triste. Eso lo habia aprendido con el tiempo. Normalmente yo no suelo hacerlo, por eso me sentí extrañada.

- Fiona: Puedo irme mas tarde si quieres. ¿Te molesta si me quedo un poco mas? -Quizás eso la haga dejar de llorar-

(Lisa) Si. Quedate. Abrazame. No me sueltes Fiona. Besame.

- Lisa: Solo una cosa podría calmarme un poco.

- Fiona: Puedo hacer esa cosa.

- Lisa: ¿Puedes abrazarme y darme un beso?

(Fiona) ¿Un beso cura un llanto? ¿Un beso alivia tristeza? Con el tiempo que llevo conociendo a mi Sansa descubri que un beso podría curar hasta un resfriado ligero.

(Lisa) Ella me abraza. Primera vez que me abraza, no sabe hacerlo, la aprieto un poco mas, ella permanece inmóvil, trata de soltarse, no la dejo, permanecimos un largo rato asi, ella aleja su cabeza para darme el primer beso en el cachete, nunca antes me habia correspondido uno de los tantos que siempre le doy. Sus labios son suaves y no logro evitarlo. La miro y la beso en los labios. Suave, timida, esperando su reacción. No la suelto, sigo muy cerca de ella abrazandola.

(Fiona) Un beso en los labios. Ella no suelta mi abrazo. Ella me besa. Me besa a mi. Me besa. ¿Qué siento? ¿Cómo es posible que mis ganas de irme hayan desaparecido por completo?

(Lisa) Me mira a los ojos finalmente. Al rato del beso a los labios suelto el abrazo y le agarro la cara, cierro los ojos y empiezo a besarle el cuello, mas cachetes, besos cortos, besos suaves, le beso un ojo cerrado, le beso la nariz, le beso hasta la frente, besos lentos, besos castos. Bajo mis manos hacia su espalda y llego a la parte baja. Sigue inmóvil. Sus manos no soltaban su abrazo.



- Lisa: Quedate -Beso cerca de los labios- esta noche -Beso en el labio- conmigo Fiona -Beso mas largo, le logro abrir los labios y meter mi lengua un poco-.