martes, 31 de marzo de 2015

Canción solitaria IX


(Recomiendo darle play al video que aparece al final, espera unos segundos y escuchalo mientras lees este capitulo)


Fiona

Caminando en un sendero oscuro, con mi acompañante desconocido, soy yo quien tiene las riendas, aunque sin saber a dónde podemos llegar, sin un foco de luz o guía, trato de calmarlo, me desconozco, no soy yo, discutimos sin que pueda oír su voz, solo sentía la molestia y quería atacar, pero no lo hacía, el camino no veía fin.

Una ráfaga de viento me empuja y tropiezo con una piedra, caigo en el vacío, mi acompañante me sujeta de la mano, le pido que no me suelte, en ese momento la escucho con tanta claridad, era ella, me sujetaba la mano, todo este tiempo ella estaba conmigo y no lograba verla, ahora mi vida dependía de su fuerza para sostenerme. Le pedí con todo el desespero que desconocía en mí, que no me suelte, grito muy fuerte, se lo imploro, promete no hacerlo, pero en ese momento empiezo a ser quien recuerdo ser, mis manos empiezan a sudar, resbalaba de ella, pero ya no podía gritar, ya no podía implorarle que me deje vivir, porque quiero vivir.

Finalmente caigo y no veo más que su rostro haciendo muecas desconocidas, a lo lejos mientras sigo cayendo hacia el vacío sin nunca ver el final, recibo un golpe en la cabeza con la rama de un árbol entre la montaña. Veo negro.

Abro los ojos rápidamente, permanezco inmóvil, palpando mi frente sudorosa con las manos en el mismo estado, mi respiración se agita por un momento, recuerdo que no estoy sola en mi habitación.


- ¿Estás bien, Fiona?


- Prometiste no soltar mi mano.


- ¿De qué hablas? – Decía mientras me palpaba la frente también, con manos cálidas y preocupadas-


- ¿Qué hora es?


- Ven acá. –Me acuna entre sus brazos- Aun está oscuro, solo tuviste una mala pesadilla. ¿Quieres hablarme de eso?


- No lo sé. ¿Me soltarías la mano si te pidiera que no lo hagas?


- Ni aunque me lo pidas, Finini. – Me da un beso en la comisura de los labios y volvemos a dormir, ya me sentía un poco mejor-


Lisa

Despierto a primera hora para hacer el desayuno, no encuentro nada de lo que estaba buscando, todo tiene un orden diferente en la cocina, decido ir a comprar yogurt con cereal y sándwiches para llevarlos a casa y comer con ella. Me encontraba en una especie de trance donde no podía creer lo realmente feliz que estaba.

Había pasado mucho tiempo ya desde mi primer beso serio con Fiona, y aunque no se haya vuelto a repetir, hemos estado mas unidas, entre los estudios, el club de lectura y los ensayos, me las he ingeniado de las mil maneras para verla así sea un minuto, procuro que todo lo hagamos juntas, ella sigue juntándose con la enana asquerosa, pero eso no ha sido problema, porque trato de estar presente en cada junta. Así no entienda mucho de lo que dicen, se que Fiona me mira a mí y soy su atención. O por lo menos me gusta pensarlo.

Ella aun no me pide las cosas directamente pero por alguna razón he aprendido a entenderla, su madre y la señora Helena se fueron a un viaje de negocios por cinco días y por lo que tengo entendido, era primera vez que Fiona no iría con ellas, primera vez que Fiona estaría completamente sola, pero estaría conmigo, Helena me pidió que la acompañe durante esos días, que no le haga entender que fui a petición suya, por lo que gracias a mi creatividad pude hacer que Fiona me lo pida ella misma. Y aun no sé cómo fue que lo logre.

Nuestra primera noche ya a solas en casa transcurrió de lo más normal, vimos una película, estudiamos para el examen del día siguiente, comimos, y hasta me dio permiso de revisar su armario, cosa que aun me tiene fascinada.

Fiona despierta a mitad de la noche sudando con la respiración agitada como si hubiese tenido una terrible pesadilla, hacerla dormir nuevamente me reconfortó de una manera indescriptible.


Diana

Ya después de que Lisa se haya mudado con mi eterno amor frustrado, no he perdido una oportunidad para acercarme a esa linda morada, la veo mas seguido, e incluso a veces cuando van juntas a la uni y me pasan buscando, son los momentos mas felices que inmortalizo en mi memoria, cuando por supuesto, me gustaría que llegase a algo mas. Aun asi, lo mejor de todo ha sido que pude acercarme más a ella. Me tenía completamente loca y mi poder para disimularlo cada vez me era más traicionero.

Mi vida iba viento en popa, el inútil de su ahora ex novio ya no la había fastidiado mas, y mas de una ocasión pude ser ese hombro que la ha estado consolando, aunque siendo sincera conmigo misma, aun no sé cómo hacer exactamente para que se fije en mi.

Le he tenido más afecto hasta a Fiona, quien en una ocasión cuando las cuatro salimos de fiesta, al poco tiempo le pide a Lisa para irse, lo cual con un poco de suerte, me deja sola con Sara y pude llegar a conocerla más. Aunque ella nunca haya mostrado interés para querer conocerme a mí. No importa, se que lo lograré.

Ahora que Lisa va a pasar estos días en casa de Fiona, me habría gustado hacerle compañía a Sara,
hasta me hice la que no sabía y fui a visitar a Lisa y rogar en silencio a que Sara cuando me diga que no está, me deje pasar. Pero mi plan no funcionó la primera noche y ya no tenía una segunda oportunidad.

Una vez en la universidad, me dirijo a los baños antes de tomar la última clase del día y a pesar de encontrar mucha gente en pasillo, el baño se encuentra desierto, abro la puerta extrañada y noto que uno de los cubículos estaba bloqueado. No le presto más atención y me retoco el maquillaje, escucho ruidos, retomo la mirada hacia el cubículo.


- ¿Hay alguien ahí?


El ruido se apaga y escucho una risa. Vuelvo a preguntar y nadie responde. Había entendido que estaba sucediendo, quise irme lo antes posible para no saber quiénes estaban haciendo que-se-yo en los baños y no quería ser cómplice.

Ya una vez en clases, y con cierto nerviosismo ante la escena anterior, me di cuenta de que deje la libreta, trato de hacer memoria recordando si la había llevado al baño, y justo al confirmar mi temor, entra la profesora Lencastre, con las hojas de exámenes ya corregidas. A medida que nos va llamando debíamos acudir a su escritorio para tomar la hoja. Cuando es mi turno ella me mira de una manera diferente, trato de evadirla pero al entregarme el examen…


- La quiero en la biblioteca después de clase.


Miro mi calificación y me siento extraña ya que tuve nota completa y no entendía la razón de su citación. Me regrese a mi puesto en silencio.


Victoria

Excelente, me encanta esta universidad, la única piedra en el zapato que he tenido es mi tío, pero eso no impide que tenga una que otra aventurita con algún personal o alumnado.

Entro al baño común, ya que mi oficina se encontraba en mantenimiento, y recuerdo los viejos tiempos cuando era estudiante, como se me dificultaba hacer amigos gracias a mi apariencia, era tan tímida que ahora al recordarlo me dieron ganas de vomitar, me miro en el espejo y veo el reflejo de Minerva, quien ya es profesora de facultad de Derecho, volteo rápidamente para asegurarme de que era real. Me había estado evitando desde que entré a dar clases y ahora nos encontrábamos a solas en un espacio reducido. Los años la habían favorecido menos, y su cintura reflejaba todos los excesos que en nuestra juventud pudimos haber tenido, era mi única amiga hasta que un giro inesperado me hizo cambiar y dejarla en el olvido.
La tensión sexual era evidente, por lo menos de mi parte, pero luego de intercambiar una que otra palabra pude arrastrarla al cubículo que decía estaba en mantenimiento, logramos hacer parecer que estaba bloqueado por fuera para que nadie nos interrumpiera. Ya cuando me tenía agachada complaciendo a mi compañera, tal como mil veces había hecho en el pasado, nos interrumpen, procuro no hacer ruido para que la intrusa se vaya. Minerva suelta una risa nerviosa ya que yo había vuelto a lo mío, entre sus piernas.

Escucho la puerta cerrarse e inmediatamente salimos, nuestro encuentro no llego a mas que eso, nos besamos por un largo tiempo hasta que se fue sin decir más, vaya, por lo menos ahora sé que tendré otras oportunidades con ella.

Vuelvo a mirarme en el espejo mientras me arreglo el cabello, al menos estaba algo mas arreglada que cuando entré. Me lavo la boca y las manos y justo cuando me iba me fijo en un cuaderno que recuerdo no estaba cuando di el primer vistazo al entrar. Sabía que era de la única persona que nos interrumpió. Ya nerviosa lo hojeo, miro el nombre e inmediatamente recuerdo quien es, bien una chica con buenas calificaciones, justo tenia clases con ella.

Pensé en dejar el cuaderno ahí para que ella lo busque y ya nadie se entera de nada, pero una brillante idea me vino, es la amiga de esa chiquilla vulgar, Lisa Priest. De alguna manera obtendría beneficio de tenerla a mi lado.

Una vez terminada la clase, la había citado en la biblioteca, odiaba no tener mi espacio privado, pero era por pocos días.


- Veo que llega puntual, señorita Villareal.


- ¿Algún problema con mi examen, profesora?


- No precisamente con tu nota… Sino tu impertinencia.


- ¿Mi impertinencia? No sé de qué me habla.


- Claro que si lo sabes.

Ya notaba el nerviosismo en su cara, la biblioteca poco a poco se iba vaciando y me encontraba a solas ya con esta chica, quien a medida que hablábamos me daba cuenta de lo sub valorada que la tenia. Realmente es inteligente, y no menos preciosa.

Ya a la media de hora la logre convencer de que su poco respeto a la privacidad le traería malas consecuencias si decido tomar cartas en el asunto, me habría jurado mil y una veces que no sabía quiénes estaban en el baño. Que decidió irse lo antes posible para no caer precisamente en la situación que estaba, que no diría nada. Aun así decidí no torcer mi brazo y emplear lo que mejor se me da. La manipulación.


- Es tu palabra contra la mía.


- ¿Por qué me hace esto?


- Nada personal, solo debo mantener mi reputación. Soy tu profesora, no lo olvides nunca.


Lisa y Fiona


(Lisa) Mi segundo día conviviendo con lo más hermoso que jamás pude haber soñado, ya quería irme de la universidad solo para estar con ella a solas. Perderme en esos ojos grises como tantas veces lo he hecho y jamás me cansaría.


- ¿Qué vamos hacer ahora? ¿Ya quieres irte a casa?


- Podemos ir a comer primero.


(Lisa) Adoraba la idea de que ella esté conmigo en todo momento y que ella misma me pida hacer cosas juntas. Pero no podía sacar de mi cabeza las últimas palabras de la señora Liliana antes de dejarnos solas. “Hablaremos cuando llegue de viaje” ¿Qué podría decirme? ¿Sera que piensa que tengo malas intenciones con su hija? Trato de no desanimarme mucho, si me pidieron que me quede con ella, tendrán sus razones, igual se las preguntare. Pero ahora, quiero disfrutar del presente.


(Fiona) Ya camino a lo que se ha convertido en nuestro lugar favorito para comer juntas, el silencio reinaba en el carro, silencio que no era habitual en mí romper, pero sentía la necesidad de hablar con ella, de alguna u otra forma me siento más abierta. Había vuelto a hablar con Norma y desde aquella ultima vez, ella me hacia entenderlo todo nuevamente.


- Quizás por el hecho de que ahora nos vemos mas, ya dejaste de agarrarme la mano.


- ¿Ajaa? –Mi cara de sorpresa por ese comentario era digna de ser retratada- Así que la señorita Duarte extraña cuando le agarro la mano en el carro. – Mientras me detenía en un semáforo y volteaba a verla y le agarro las dos manos-


- Me gusta más cuando me llamas por mi nombre. – Nuevamente siento ese escalofrío cuando me toca-


- Y a mí me gusta más cuando me dices lo que te gusta.


(Lisa) Luego de el breve intercambio de palabras le mantengo la mirada y le aprieto las manos sutilmente para que no se suelte, me acerco con un poco de prisa y le planto nuevamente un beso en los labios, no quería detenerlo, realmente alucino cada vez que puedo besarla sin preocupaciones. Todo iba genial hasta que el susto me hizo dar un pequeño brinco cuando escuchamos las cornetas de otros carros, evidentemente el semáforo ya estaba verde.

(Fiona) Ya después de comer reviso Foursquare para buscar algún lugar tranquilo donde podemos pasar el resto de la tarde, sin música ni interrupciones. Finalmente llegamos a un parque que es como una especie de mini selva dentro de la ciudad, hacían un show improvisado, nos detuvimos a verlo, Lisa me compró algodón dulce, y la tarde transcurrió muy tranquila.


- El algodón está muy dulce. Pero tú conmigo lo eres más.


- ¿Ah si? Diría que esta coqueteando conmigo señorita. – Le decía mientras saboreaba sus labios dulces de algodón-


(Lisa) Una vez en casa, pasadas las 9 pm quise continuar con lo que había empezado en el carro, mientras ella agarraba una botella de la nevera, la agarre por detrás en la cintura, espere a que volteara y puse lo que tenía en manos sobre el mesón. Me pegue a su cuerpo todo lo que pude, irrespetando ese espacio personal que cada vez con menos intensidad me pedía. La abrazo por el cuello y le digo…


- Fiona, ¿puedo preguntarte algo?


- Ya lo estás haciendo.


- Claro – Ya empezaba a morderme el labio- Eso que pasó más temprano en el carro, cuando me pediste que te agarre la mano…


- No entiendo tu pregunta.


- Tienes razón, quizás solo deba olvidarlo.


- Yo no dije eso. ¿Qué quieres decirme Lisa? – Separándome un poco de ella-


- Quiero decir… No entiendo cómo puedes hablar y pedirme cosas que no se si sabes esto pero ¡me encantan! ¿Cómo puedes a veces recibir mis besos y simplemente al otro momento eres de piedra completamente? ¿No sientes nada?


- No quiero hablar de esto ahorita, por favor. –Agarre nuevamente la botella y me servía del jugo-


- ¿Ves? Nunca podemos hablar de esto. Nunca me quisiste decir de qué iba tu sueño de anoche, ni siquiera un simple sueño puedes compartir conmigo.


(Lisa) La dejo sola en la cocina y me voy a su cuarto, aunque deseaba irme a mi casa pero no podía dejarla sola, lo había prometido. Una vez allí, me cambio y visto la pijama y quedo sin sujetador. Tenía ganas de llorar pero no me dejé. Agarre mi teléfono y me quede un rato chateando con Diana sobre equis tema hasta que aparece Fiona nuevamente. Me sentía triste, e inmediatamente cuando la vi fui directo a abrazarla. No valía la pena pelear por eso si vamos a pasar la noche juntas. Mañana seria otro día.


- Lisa yo…


- No, lo siento –Pegando mi frente con la suya- no hablemos mas de esto, ¿si? Solo tienes que entender que… No tienes que guardarte las cosas para ti. Puedo ayudarte, y si no se cómo hacerlo, puedo aprender, pero quiero… Yo te quiero Fiona…


- Es complicado.


- Lo será más si no estás dispuesta a compartirlo, no sé bien que te ha pasado, o que es lo que te está pasando, pero si se bien que estaré contigo cuando quieras hablarlo. ¿Está bien?


(Lisa) La abrazo por un largo rato. Cada vez lo hacía con más fuerza, la agarraba más. Sabía que no perdería nada si volvía a intentarlo así que la bese, no me cohibí para nada. Quería que sucediera y si dejaba de intentarlo quizás no iba a suceder nada ahora… O nunca.











miércoles, 24 de diciembre de 2014

Cancion solitaria VIII



Liliana

Mi niña está creciendo, se que llegara el momento en que debo dejarla ir, debe conocer el mundo por su cuenta. Toda mi vida la he dedicado a ella, todo mi esfuerzo, todos mis logros, quiero que tenga todas las comodidades que yo no tuve.

- Liliana: ¿Lo estaremos haciendo bien? – Digo en voz baja mientras ambas miramos a Fiona dormir- Es un ángel, no quiero que le hagan daño.

- Helena: Tiene la suerte de tenerte como madre. –Decía mientras me frotaba los brazos, tal como sabe que me gusta y reconforta-

Ya una vez en el cuarto empiezan mis temores nuevamente.

- Liliana: La amiga de Fiona me dijo que le habla mucho de nosotras, no pude evitar entristecerme, somos lo único que conoce.

- Helena: Mantengo firme lo que te dije antes, vámonos de viaje juntas. Le hará bien estar lejos de nosotras por unos días. -Dijo mientras buscaba su bata de dormir-

- Liliana: No sé, no creo, ¿Y si me necesita? Desde que empezó la universidad ya casi no habla conmigo.

- Helena: Está haciendo amigos, ya suficiente tuvimos con retenerla un año sola en Lyon. –Se me acerca, no puedo evitar estremecerme con sus caricias-

Necesito tener una charla con esa niña, Lisa, ¡no voy a dejar fácilmente a mi bebé, a merced de una joven que no sabe nada!

- Liliana: ¿Cuándo le vamos a contar lo nuestro? – Ya casi no podía hablar, sus besos no me dejaban ni pensar-

- Helena: Si ella no lo sabe, debe sospecharlo. – Dijo abriendo los botones de mi camisa-

- Liliana: Sabes que ni que hagamos esto delante de ella, se daría cuenta.

Reímos de mi comentario. Sentí algo de tristeza nuevamente al pensar en la inocencia de mi única hija y en la maldad que puede encontrar en este mundo. Aun así, Helena me hizo olvidar por un momento, esa noche volví a ser suya.

- Liliana: No se que haría sin ti.

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Diana

Llegan las audiciones y como no me inscribí en la participación, con mucha insistencia de Lisa solo vine a darle apoyo, su amiguita rara no pudo venir, bueno, al menos está Sara. Luce más hermosa que nunca, es un ángel, es perfecta, que cuerpo, que ojos, tan solo como se llena de orgullo cuando ve a su hermana, si me mirara de esa forma no sabría como reaccionar. Pero que tonterías digo, si ella solo tiene ojos para el insípido de Gerard, con su aire de grandeza y sus rulos oscuros. Mírame a mi Sara, ¿Por qué no ves que estoy aquí junto a ti?

Sentí celos al no poder estar audicionando y aprovechar la mirada de ella, Lisa lo está haciendo excelente, ¿de donde habrá aprendido a pronunciar así?

- Diana: Lisa lo está haciendo bien – Le digo a Sara para buscarle conversación-

- Sara: Es perfecta. La obra promete mucho, por lo que he visto en las canciones, ¿Por qué no estas audicionando Diana? Me encanta el francés. ¿De donde aprendió a pronunciar? – Me decía sin dejar de mirar a Lisa-

- Diana: - Por ti aprendería hasta mandarín, Sara- Se habían cerrado las inscripciones cuando fui. – Tuve que mentir, no podría decirle que me aburre algo que ella ve encantada-

Sara

Definitivamente tengo que aprender con quien le enseño en tan poco tiempo semejante perfección al pronunciar el francés. Mi hermana luce espectacular, le tomare fotos para colgarla en su Facebook. Me extraña que su amiga no esté aquí con ella, ¿Cómo es que se llama? ¿Nora? ¿Flora? No sé que le habrá visto, me pregunto si esa chica sabe reír o sabe llorar, nunca la veo haciendo otra cosa que no sea leer o simplemente estar con la mirada perdida. Tengo que hablar con Lisa de ella. No sé si es lo que mi hermanita merece a estas alturas.

Uhmm que lindo está el asistente, como se le marca el pantalón, creo que está maquillado, ¿Sera gay? Ay se mueve con una gracia, Gerard se estaría burlando si lo ve, la verdad... No me interesa si es gay, puedo convencerlo, le pediré su número más tarde.


Diana está aquí y ni me había dado cuenta, la saludo y hago comentarios al azar, y sigo pendiente de los que están cantando. Ya quiero que Lisa termine para escabullirme y hablar con ese ágil asistente. Me gustan sus dedos. Que largos.





Victoria

Aaahh pero que resaca. No puede ser, ¿Por qué bebí tanto si hoy tengo que dar clases? Miro la hora y estoy super tarde. Me levanto a toda prisa, no encuentro mi ropa, no encuentro el baño, no encuentro nada. Nada esta como recuerdo que lo había dejado, un momento, esta cama no es mía, ¿Dónde estoy? Sigo mirando y no encuentro respuestas. Me esfuerzo en recordar que hice anoche, río, anoche era domingo, rio nuevamente, soy una irresponsable, aun no recordaba donde estoy, el dolor de cabeza me tenia mal.

Abren la puerta y aparece un desconocido, lo miro de reojo mientras me tapo con la sabana. Trae dos cafés y un cigarro en boca. Sigo sin decirle palabra esperando a ver qué me dice.

- Desconocido: ¿Qué paso? ¿No me recuerdas?

- Victoria: Claro que sí, es solo que tengo dolor de cabeza.

- Desconocido: A ver – Sentándose en la cama, dándome un café, con tono alegre- ¿Quién soy?

- Victoria: - Luego de varios sorbos- No estoy para eso ahora, ¿dónde está mi ropa?

- Desconocido: Le preguntaré a Robert, el debe saber. – Se va del cuarto-

Claro. ¿Cómo pude olvidarlo? es el primo de Robert, el chico del bar jajaja ¿Ehh? Aaahh ya recordé. Vaya noche. Fiuu. Dos pajaritos de un solo tiro.

- Desconocido: Toma aquí está – Dijo mientras me daba mi ropa y me pellizcaba una nalga- Toda una gata. Vamos a hacerlo antes de que te vayas. – Dijo acariciándome-

- Victoria: No creo – Me aparto de el y termino de vestirme- Será en otro momento. ¡Adiós! –Me llevo el café conmigo.-

Ya una vez en la universidad me topo con mi tío, quien me tenía bajo la mira. Tenía un dolor de cabeza tan horrible que no entendí palabra de lo que dijo, solo quería deshacerme de el, hacer lo que tenía que hacer rápido y dormir un rato mas en mi oficina.

A eso de las 11 tocan a mi puerta. Me levanto y arreglo rápidamente. Mire mi agenda y recordé que había citado a la señorita Fiona Duarte. Genial, mi mejor alumna y me va a ver con esta pinta. Le digo que aguarde mientras tomo 2 aspirinas y me lavo la cara.

- Victoria: Adelante señorita Duarte.

- Fiona: Me quería ver, profesora Lencastre.

- Victoria: Si si, pasa, siéntate. Ponte cómoda. – Pero que chica más guapa- ¿Te molesta si enciendo un cigarrillo?

- Fiona: Más que molestarme a mí, recuerde que en las instalaciones está prohibido.

- Victoria: Sera nuestro pequeño secreto entonces – Enciendo el cigarro, agarro un jugo frio de la nevera, y procurando que no me vea le vierto media botellita de Vodka-

- Fiona: ¿El alcohol también será parte del secreto?

- Victoria: Jaja me atrapaste – Me siento- y dime Fiona, ¿qué pequeño es el mundo verdad? Hace apenas una semana eras una desconocida sentada al final de una fiesta aburrida, y hoy estas aquí como mi alumna citada.

- Fiona: ¿Puede decirme por qué estoy citada?

- Victoria: Tu comportamiento con la señorita Priest.

- Fiona: Le repito, no estábamos haciendo nada que…

- Victoria: Basta. No quiero escuchar más de lo mismo. Te he observado Fiona, eres una alumna ejemplar, reservada, eres una buena persona. Y me temo que ella podría corromperlo, estas empezando el curso y debes empezar a tomar decisiones correctas, de lo contrario…

- Fiona: ¿Por qué me dice esto?

- Victoria: No me interrumpas. De lo contrario, todo lo que has querido, podría echarse a perder. Se lo que tienes, recuerda cual es mi trabajo, no es solo hablar y hablar por horas mientras determino el grado de interés de los oyentes. No solo corrijo exámenes y doy órdenes. Fiona, esa charla que tuvimos la primera vez, no sale de mi cabeza, fuiste como un rayito de luz al final del túnel. Necesito más gente como tú, veo tu potencial, no lo desperdicies en niñerías.

- Fiona: Lisa es mi mejor amiga. No podría hacerle esto.

- Victoria: Corrección. Lisa es tu única amiga. Tal vez si te abrieras un poco mas y dejes de pedir a gritos con tu mirada de gatito degollado que te entiendan. Tendrías más amigos, y mejores, mucha más calidad. Chicas como Lisa solo quieren una cosa de ti, y créeme, no es tu intelecto.

- Fiona: ¿Qué le hace pensar que soy lo que usted dice? ¿Qué acaso tengo que comportarme como me lo pide la sociedad, solo para encajar y ser un peón en el ajedrez de alguien más?

- Victoria: Mejor no lo pudiste haber dicho querida. – Sonrío- Eres una pieza en el ajedrez de Lisa, un peón, una torre, un caballo, da igual, al final vas a caer tan rendida a sus pies que todas tus metas y esperanzas de florecer se van a frustrar.

Esta chica me va a odiar, pero sé que con el tiempo lo va a entender todo, espero estar equivocada con respecto a su amiga, pero si en algo soy buena, es en el abordaje de las emociones.

- Victoria: -Luego de una larga pausa, un incomodo silencio- Escucha. No lo tomes a mal, considérate como un canario que ha estado toda su vida en una jaula emocional, en una tienda de animales, viene un comprador, cualquier comprador, abre la jaula, temes, pero ese comprador te toca, te da cariño, diferente al que has conocido, al que te han brindado tus dueños de la tienda, te hace sentir bien aunque aun no sabes porque. Cuando por fin sientes que puedes volar, sientes que eres libre de recorrer la tienda y hablar con todos los pajaritos que siempre han estado en otras jaulas como tu... ¿Sabes qué pasa?

- Fiona: ¿Qué pasa?

- Victoria: Te devuelven a la jaula, si le agradaste al comprador, te irás a casa con él, tendrás un nuevo dueño, un nuevo ambiente, al fin y al cabo cambia es el lugar, no las circunstancias. Pero… Si no le agradaste al comprador, igual te devuelve a tu jaula y permanecerás en esa misma tienda, nuevamente encarcelada, luego de haber sentido el amor, ¿Qué pasa? Ya no serás la misma. Tus sueños de volar se truncaron, has probado un pedacito de ese pastel que siempre quisiste, y ese pastel salió envenenado. ¿Me comprendes Fiona?

- Fiona: … -Me mira fijamente con ese rostro inexpresivo-

- Victoria: Lo vas a comprender, solo espero que no cuando ya sea demasiado tarde. Puede retirarse.

Sé que fui dura con ella, pero lo necesita, he visto de ella en una semana más de lo que todos los estudiantes podrían ver en un año. Si no abre los ojos, jamás podrá ser nada en esta vida. Por más intelecto que abarque.


Suena mi teléfono. Un mensaje de Vanessa, genial, ya tengo planes para esta noche.





Gerard
- Alyiah: Buenos días, Sras. y Sres. En nombre de Atlantic Air, el comandante Gerard Cousteau y toda la tripulación, les damos la bienvenida a bordo de este vuelo con destino a Madrid, cuya duración estimada es de 9 horas, 14 minutos.
Por motivos de seguridad, y para evitar interferencias con los sistemas del avión, los dispositivos electrónicos portátiles no podrán utilizarse durante las fases de despegue y aterrizaje. Los teléfonos móviles deberán permanecer…

Otro día soleado, otro viaje aburrido por el atlántico, 5 días me separan de Sara, la vi anoche y ya siento que la extraño. La mitad del vuelo transcurre sin dificultad, lo normal, lo habitual. Mantengo el piloto automático y me dirijo a mi copiloto.

- Gerard: Mi hora de descanso.

Me dirijo a la mini cabina personal que está detrás de los asientos de pilotos. Abren mi puerta, es Alyiah. Me trae el desayuno, le sonrío, es una morena hermosa, con unas curvas capaces de crear desastres a donde vaya. Originaria de Malí. Con esos aires de Top Model y esa sonrisa que derrite siempre a media tripulación.

- Gerard: Gracias. Ya puede retirarse.

- Alyiah: ¿Por qué tan formal, capitán? – Se sienta en mis piernas- ¿No vamos a jugar hoy?

- Gerard: No, sabes que ya no estoy para esas cosas, tengo una novia que me está esperando y no puedo hacerle esto.

- Alyiah: - Frotando mi entrepierna con sus hábiles manos- ¿Me dices esas cosas un vuelo si y otro no? Jajaja, vamos capitán, hoy toca el no. – Me abre la corbata- Además, ya lleva mucho tiempo con ella, no entiendo porque no terminan de dejarse.

- Gerard: Eso –quitando sus manos de encima de mí- NO – Quitándola de encima de mis piernas- va a pasar jamás. – Ajustándome la corbata – Mas prudencia. Retírese de mi cabina.

Ay Sara, no te voy a defraudar más. Ya te lo prometí, esto va a ir en serio. No seré quien te haga derramar más lágrimas mi amor. Jamás.

Duermo, solo me quedaban 40 minutos de descanso.

Sara
Luego de pasar la noche en el apartamento de Gustavo, el asistente de las audiciones, donde mi hermana por supuesto salió triunfante. Voy camino a mi apartamento para darme una ducha e ir a la universidad.

- Lisa: ¿Puedes decirme dónde estabas?

- Sara: ¿Eh? ¿Qué haces aquí? ¿Qué no tienes clases? – Le digo dándole dos besos, recuerdo donde pasaron esos labios toda la noche, le limpio el cachete con mi mano-

- Lisa: Vine a buscarte para ir juntas, aprovechando que Gerard no está. No me gusta tu nueva actitud hermana, dime porque estas así. Sabes que puedes confiar en mí.

- Sara: Déjame bañarme que estoy impresentable, ¿si? – Me dirijo al baño directamente-

- Lisa: ¿Por qué le haces esto a Gerard? Pensé que iban en serio, ¿Van a botar 4 años de relación a la basura? –Me dice gritando para que la oyera desde el baño-

- Sara: ¿Vamos a hablar de esto hasta en el baño? –Le respondí también gritando-

Salgo del baño y Lisa aun está a la puerta de este, esperando una respuesta. No sabía que decirle, amo a Gerard, eso es indiscutible, es mi única relación formal. Una relación que se ha ido haciendo añicos desde hace meses cuando me enteré de sus amoríos con la tripulación. Claro, soy una tonta, ¿cómo voy a confiar en un piloto que hoy está aquí y mañana en China con quien sabe cuántas mujeres ofrecidas?

- Lisa: Hermana, no importa lo que hagas, con tal de que estés feliz. Pero sé que esta no eres tu, no sé dónde estabas, pero vi como le coqueteabas al chico en la academia. Por favor, recapacita un poco. Si Gerard es la causa, no expandas la enfermedad.

- Sara: -Me siento en la cama aun en toalla y lloro inconscientemente, no aguantaba más- No quiero ser una tonta, me estoy cansando de ser la perfección para mamá, la hija quería, la niña de los ojos de papá, la novia perfecta a los ojos de todos. No aguanto.

- Lisa: Calma. – La abrazo como siempre hago cuando la siento vulnerable- ¿Por qué no terminas con él? Eres la chica más hermosa de tu curso. Cualquiera estaría detrás de…

- Sara: Espera espera. ¿De mi curso? El año pasado dijiste que de la uni entera.

- Lisa: No conocía a Fiona.

- Sara: Jajaja ay, me hiciste reír, no me dejaste completar mi sesión de drama por el imbécil de mi querido novio. Jajaja.

- Lisa: Tendrás tiempo de otros dramas por él, de aquí hasta que terminen de una vez por todas, o hasta que terminen de enseriarse.

- Sara: Dime algo Lisa. ¿Te gusta mucho esa chica?

- Lisa: ¡Pero si estamos hablando de ti! –Me lanza una almohada y se va del cuarto- Termina de vestirte que quiero ir con mi hermana favorita del mundo mundiaaaaal. –Dijo gritando-

- Sara: Soy tu única hermana, ¡mas te vale!

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Lisa

Han pasado tres semanas desde la audición, y a pesar de que obtuve el papel que quería, el papel por el que Fiona tanto se esmeró en enseñarme para desempeñarlo lo mejor posible. Tengo un sentimiento amargo, un vacio. La cara rígida de ella no mostró ni una sola mueca cuando le fui a contar con entusiasmo que lo logré. Desde entonces he sentido levemente un distanciamiento que me mantuvo alerta, bien ella nunca fue muy habladora, ahora la sentía menos. Si antes me decía 4 palabras seguidas, ahora dice una, y a la fuerza. He tratado de las mil y un maneras de buscarla, de hablarle, de hacerla reír conmigo, un día lo logro y otros dos no.

Todo este tiempo ha estado más cerca de la enana deforme de Victoria, tenía un mal presentimiento cuando la conocí, pero no sabía que era de este tipo, es una apestosa a alcohol y me extraña que eso no desagrade a Fiona, quien me ha hecho saber varias veces que no le gusta ese olor. ¿Qué hice? Nuevamente entran mis dudas. ¿Qué no hice? Necesitaba hacer más.

Por otro lado, Diana, quien podía llamar mi mejor amiga, también se ha distanciado de mí. Es el primer mes del semestre y todo se ha vuelto de cabeza. La semana que viene me mudo con Sara quien se ha distanciado de Gerard, aunque no han terminado oficialmente. Genial, seremos dos hermanas solteronas compartiendo el apartamento de la tristeza. Reí, con amargura. No merecíamos esto. Ya ni sabía que me merecía.

Tomo el teléfono y llamo a Fiona, necesitaba escucharla, verla, hablar con ella por vigésima vez y preguntarle por qué ha cambiado conmigo. Me dice que está ocupada, suelto una lagrima involuntaria que me destroza por dentro, frágil como el cristal. Al par de horas recibo un whatsapp, es Cindy, nuevamente río con amargura, el destino siempre jugando conmigo, me trae a Cindy cuando a quien más anhelo es a Fiona. Dejo el teléfono, no le respondo. Agarro el carro y voy al parque donde había llevado a Fiona un par de veces, donde habíamos hecho el pacto de respeto a su espacio personal, y todas esas tonterías que para ella son importantes. No dejo de pensar en ella.

Tenía tan visualizada en mi cabeza su imagen, sus ojos grises como un cielo amenazando con un diluvio y su cabello con cortes disparejos que solo luce perfecto en ella, su piel pálida y su delgada pero firme figura, hasta sus manos, sus sudorosas manos, las sentía, las sentía como si estuviese conmigo en ese momento. Me siento en el mismo banquito donde estuve con ella mirando a la laguna.

Hago un recorrido con la mirada a lo lejos, mis ojos no pueden creerlo, la profesora Lencastre estaba sentada en un banquito hablando con un grupo de 4 o 5 personas, no se distinguían bien, solo la veía a ella. La aborrezco, siento ganas de ir y pegarle cuatro gritos pero me contengo, esa bruja infernal era la razón del vacío que llevaba 3 semanas oprimiéndome.

Sigo mirando, no puedo ya concentrarme en nada. Necesitaba ver bien quienes eran esas personas que estaban con ella, por un momento sentí miedo, miedo de que la mujer más hermosa y reservada que haya conocido, se encuentre con esa jauría de imbéciles. Venciendo mis temores me acerco más a ellos, al punto de que uno de ellos grita mi nombre. No pude mas y me acerco a saludarlos, efectivamente, Fiona estaba entre ellos, quería llorar ahí, quería gritarle, preguntarle por qué.

Me siento a un lado luego de saludarlos, hablaban de cosas que por más que lograba entender, no captaba ni la mitad, lo que no entendía era porque una profesora los citaba a un parque si hoy ni siquiera tenemos clases con ella. Espero pacientemente a que terminen, Fiona no dejaba de mirarme al igual que yo a ella. En silencio, entre miradas le preguntaba ¿Por qué? No sabría decir si me entendía. Notaba una tristeza, por primera vez notaba alguna emoción en su rostro. Me arrugó el corazón cuando caí en cuenta que esa primera emoción que me hacia entender, era tristeza.

- Prof. Victoria: Eso es todo por hoy, lean más sobre el trilema de Münchhausen, nos vemos el jueves a esta misma hora chicos. Señorita Priest – Dirigiéndose a mi- Que sorpresa verla.

- Lisa: Que sorpresa verlos a ustedes por aquí. ¿Por qué los cita afuera de las instalaciones?

- Prof. Victoria: Son actividades opcionales. –Ya con cara seria-

- Fiona: Lisa.

Mi mundo se mueve nuevamente cuando oigo su voz llamándome. Dejo de hablar y de prestarle interés a la arpía, la miro a ella de cerca, cuanto la extrañaba, me abalanzo abrazando su cuello, no lo soportaba más.

- Lisa: Fiona tenemos que hablar. Vámonos de aquí por favor.

- Fiona: Lo sé, vamos.

- Prof. Victoria: Hasta mañana Fiona.

Siento un impulso de detenerme y regresar hacia ella para darle en toda la cara, cuando oigo su voz despidiéndose de Fiona, de mi Fiona. Imagino sus dientes torcidos ya débiles en su boca dentro de un charco de sangre. Me detengo en seco. Respiro, sigo adelante. No vale la pena ser expulsada por culpa de este ser.

Fiona

Si que no soy la misma desde aquella conversación con la profesora Victoria, me ha ayudado a sentir esos cambios que en tiempos anteriores no podía por más que intentaba, mantenerme alejada de Lisa solo me hacia descubrir nuevas emociones, que sin expresarlas ya Victoria las podía adivinar. La extrañaba, pero aun me seguía diciendo que era lo mejor. La veía en algunas ocasiones, ha dormido un par de veces más en mi casa, en mi cama, cada noche fue diferente, me sentía más abierta, estaba en una especie de terapia, era otro de los secretos de Victoria. Conocí 3 chicos mas que se asemejaban a mí. Bien en otros niveles. No me sentía excluida, sentía que tenía amigos, aunque en el fondo, Lisa era quien estaba de primera.

Una vez solas en el parque, aun sentía por dentro esa emoción de haberla encontrado de coincidencia. Sentia tristeza por haberla abandonado y dejarla con la duda, tantas veces me habia pedido respuestas, tantas veces no supe darlas. Ella no dejaba de llorar en silencio mientras yo la miraba de reojo y le agarraba las manos. No sabía bien que tenía que decirle todavía. Ese día no hubo palabras. Solo tactos. Era todo lo que se necesitaba. Ella se fue a casa sintiéndose un poco mejor, o por lo menos así me dijo.

Pasaron 17 días más y seguíamos viéndonos, bien sea por el club de lectura que ya inauguramos o para practicar en mi casa o en su nuevo hogar con Sara, el francés. Cada vez nos acercábamos más. Cada vez me alejaba menos de ella, cada vez era todo más diferente. No quería ser aquel pajarito del que me hablo Victoria hace ya un tiempo, pero sabía que lo estaba siendo por elección, no por obligación. Si algo aprendí bien en este tiempo, es que también se puede vivir el momento.

Fiona y Lisa

-En el cuarto de Fiona estudiando francés-

- Fiona: J'avoue je maudis, Tout ceux qui s'aiment

- Lisa: ¿Te he dicho que me encanta esta canción?

- Fiona: Si, tres veces ya con esta.

- Lisa: ¿Y te he dicho que mas me encanta?

- Fiona: Te encantan muchas cosas.

- Lisa: Hay una que es mi favorita entre todas ¿Quieres saberlo?

- Fiona: Claro dime.

- Lisa: Tu, mi persona favorita. – Le dije ya alejando el libro de mis piernas y agarrándola de la cintura-

- Fiona: Que privilegio el mío entonces – Le digo dándole un beso casto en los labios-

- Lisa: ¿Fiona?

- Fiona: ¿Si?

- Lisa: ¿Qué hiciste?

- Fiona: ¿De qué?

- Lisa: Me besaste sin que te lo pida. Me tocaste los labios – Dije aun confundida y medio excitada ante tal novedad-

- Fiona: Uhhm ¿y te molesta?

- Lisa: Ven. – Tomo su mano y la dirijo a la cama, cierro la puerta del cuarto por si su mama llega sin avisar, me siento a su lado- ¿Qué otras novedades me tienes señorita?

- Fiona: Me estas asustando.

- Lisa: No no, jajajaja no, calma. Quiero enseñarte algo. – Dije a medida que me quitaba la blusa y quedaba en brasier-

(Lisa) Agarro su mano y la paso por encima de mi pantalón, en mis muslos, lentamente, ella se deja, ya no se mantiene tensa, su mano está suave, le subo la mano hacia mi cara, dejo que la explore, le pido que me mire, que mire lo que hace su mano.

- Lisa: Con calma, ¿si? No pasara nada que tú no quieras, lo prometo. –Le beso la mano que tenía en mi cara-

(Lisa) Paso su mano en mi pecho, bajando hacia mi corazón, como en otras ocasiones había hecho con ella. Agarro su otra mano y dejo ambas encima de mis senos, ya estaba algo nerviosa ante la reacción que podía tener. Ella me mira a los ojos, luego a sus manos quienes aun sostienen mis senos. Con tanta delicadeza e inocencia. Los apretaba tan dulcemente que solté un gemido involuntario.

- Lisa: ¿Qué sientes ahora?

- Fiona: …

- Lisa: ¿Fiona?

- Fiona: ¿Si?

- Lisa: ¿Estás bien?

- Fiona: Estoy bien. – Tragaba saliva involuntariamente-

- Lisa: ¿Fiona?

- Fiona: ¿Si?

- Lisa: ¿Te gusta?

- Fiona: ¿Eh? – Regreso del trance en el que estaba, hipnotizada ante su belleza-

- Lisa: No, no quites las manos. –Me quito el brasier lentamente, esperando una reacción-

(Fiona) Nadie me dijo como seria esto. No termina de quitarse el brasier cuando sin darme cuenta como, un impulso me hizo agarrarle los senos nuevamente. Ella me miraba, sonreía, yo sonreía con ella, aunque luchaba por no detenerme y arruinarlo todo.

- Lisa: ¡Vaya! Me gusta esta Fiona.

- Fiona: ¿Cuál Fiona?

- Lisa: La que me toca sin inmutarse.

(Lisa) Ambas sonreímos. Pensé que esto no iba a suceder nunca. Me acerco a ella para que me acaricie mejor, deseaba que hiciera más cosas, pero me conformaba por ahora con eso, si ella estaba de acuerdo, claro. Le subo la franela y la dejo en brasier también, ella en ningún momento retiraba sus manos de mí. Todo pasaba lento, todo debía pasar lento, es la primera vez que esta chica toca unos senos ajenos, pero la que tuvo la reacción infantil cuando vio los de ella, fui yo. Madre mía, que bella, son tan rosados y perfectos, ella a pesar de no oponerse, la siento tímida, arquea su espalda, como escondiendo su torso desnudo, la toco con delicadeza para calmarla, le beso el cuello susurrándo que todo está bien, no hay de que temer, sigo dando besitos haciéndole cosquilla, ella ya no me tocaba, cuando trate de acostarla completamente en la cama, se resistió y coloco sus dos manos hacia atrás para aguantar su peso, me dejaba a la vista los senos más hermosos que pude ver o soñar. La abrazo por la cintura mientras me acerco a ellos, les doy un beso en la punta, que logra hacerla reaccionar, se agarra de mi cabeza ahora para no caer en la cama.

(Lisa) Ahora no solo eran besos, me dejaba hacer a merced. Desconozco cuanto tiempo estuve disfrutando de su perfección, pero fueron los minutos más felices, no quería que acabaran. La sentía más suelta, le doy un beso en la boca, como aquella ultima vez intente hacerlo, ella no dejaba de agarrar mi cabeza, se aferraba a mí como si su vida dependiera de ello. Abro espacio con mi lengua mientras la de ella aguarda tímidamente. Nuestro primer beso y ella no protesta, me sentía en el cielo. No quise pasar a mas de eso, ella me hizo sentir lo mismo, entendía la reacción de su cuerpo tal como si fuese el mío. Éramos una sola persona en ese instante.

(Fiona) Me dejo hacer, no sentía necesidad de protesta, a pesar de mis manos ya temblorosas, con ella empecé a sentir la calma que había buscado. Mi primer contacto físico y no era nada parecido al trauma que pensé podría tener. Lo contrario, quería saber hasta dónde podía llegar. Por un momento mi cuerpo le dio señales a Lisa, me puse algo tensa, ella lo entendió. Se separó de mí y aun sin ponerse la ropa se acostó en la cama. Me pidió que la abrazara mientras yo me colocaba el brasier y la franela.

- Lisa: ¿Por qué te vistes?

- Fiona: ¿No vamos a seguir estudiando? – Dije mientras me acostaba ya a su lado y ella se abrazaba a mí-

- Lisa: Ya aprendimos lo necesario por hoy.





















Cancion solitaria VII



Lisa y Fiona
(Lisa) Todo el camino a la fiesta y ella me estuvo preguntando el lugar y la cantidad aproximada de gente que estaría presente. Me preguntó hasta el tiempo exacto en que estaríamos allá. La sentía algo nerviosa.

- Lisa: Quizás si te relajas un poco podrías aprender a disfrutar del presente. –Ya me estaba impacientando-

- Fiona: Tienes razón. Lo siento. –Siento que voy a explotar en cualquier momento-

- Lisa: No Fiona. – Le agarro una mano- No tienes que sentirlo, no tienes que disculparte. Solo dejate llevar. Pasaremos una noche agradable, mucha gente estará presente, no tienes que hablar con ellos si no quieres – Ya empezaba a dudar si era buena idea o no, llevarla a una discoteca- ¿Sabes bailar?

- Fiona: No.

- Lisa: -Por supuesto que no sabe bailar- Estas hermosa esta noche, vas a atraer muchas miradas, ¿Lo sabes?

- Fiona: Ahora lo sé. – Dije mientras me colocaba la chaqueta, me sentía más incomoda-

(Lisa) Genial Lisa. La incomodaste al punto de que quiso taparse más. Aprieto la mandíbula, en el fondo estaba llena de dudas. Mi mirada fija en el camino mientras pensaba en si volver o seguir adelante. El ambiente estaba algo tenso. Primera vez que nos encontrábamos en esa posición. Normalmente voy a las discotecas con Sara o con otros amigos, todo era diversión, no pensábamos en esas cosas, que si la cantidad de gente, el tiempo, no entiendo qué pasa con ella.

- Lisa: ¿Pasa algo Fiona? ¿Hay algo que no me quieras decir?

(Fiona) Suena mi teléfono. Es madre, llama para decirme las mismas palabras que me dijo en la tarde. ¿Por qué me lo repite? ¿Acaso nadie puede creer que estoy normal? ¿Qué es lo que estoy diciendo o haciendo que todos me preguntan si me pasa algo? Mi Sansa está molesta conmigo. No sé que hacer ahora.

- Fiona: ¿Falta mucho para llegar?

- Lisa: Ya estamos llegando. – No va a disfrutar la noche, nada tiene sentido-

(Lisa) Llegamos finalmente. Entramos con comodidad, me encontré a Cindy quien nos facilito la entrada, dejando a un montón de gente llena de quejas a la puerta. Agarre la mano de Fiona para tranquilizarla. La música era tan alta que casi no podía oir mis pensamientos. Me pregunté que estaría pensando Fiona. La observaba a ella mientras ella miraba hacia las luces con desagrado, como si le molestara más de lo normal.

- Lisa: ¿Te gusta la música? – Le dije muy cerca al oído-

- Fiona: No la conozco, suena diferente a todo lo que se. Pero no está mal – Mentí para que no siga molesta conmigo, odiaba esa música-

- Lisa: ¿Por qué mientes Fiona? – Le dije mientras sonreía cerca a su oreja, sabía que me mentia para poder encajar en algo, lo aprendí en el poco tiempo que tenia con ella- Eres adorable, ¿Lo sabes?

- Fiona: No lo sabiaaa – Dije en voz altísima, ya no podía oír casi su voz quien me hablaba al oído muy cerca, yo no me acercaba a ella, por eso decidí gritar-

(Lisa) Solté una carcajada. Me disculpe con ella por mi actitud en el carro, ya mis ánimos habían cambiado. Fuimos a una mesa, ya estaban Sara, Gerard, Landon y Margareth. Agradecí haberlos visto. Nos sentamos con ellos, charlamos, el ambiente era genial, de vez en cuando miraba a Fiona quien permanecía callada. Con su rostro inexpresivo.

(Fiona) Ok Fiona calmate. No es el fin del mundo, solo es una fiesta. No todos tienen que saber que odias las fiestas, la música de las fiestas y que estas incomoda con tanta gente. Todos rien, otros bailan, otros beben. Manten tu copa en la mano para que no quieran ofrecerte otra copa. Si si, eso hago. Lo tengo todo bajo control. Lisa me mira de vez en cuando, quisiera devolverle una sonrisa, si lo hago me descontrolo, esa no es la idea. Piensa, piensa.

- Chico1: ¿Hola, quieres bailar?

(Lisa) Todos se habían ido a bailar. Quede en la mesa con Fiona quien ya me había dejado claro que no es lo suyo. Ella permanecía en silencio, asi que me quede mirando alrededor saludando a quien me encontrara. Cuando un chico atractivo se acerca a Fiona y la invita a bailar. Mas que darme celos, sentí lastima por el chico, al ver como era completamente ignorado por ella. Fiona le mostro la copa que seguía llena desde que la agarro, y le dijo que no bailaba, con un tono de voz tan sereno y sin verle siquiera la cara, que no pude distinguir si hablaba con él o hablaba sola. El chico se sentó a su lado, ignorando totalmente mi presencia.

- Lisa: Fiona, ¿Por qué no bailas con él? – Dije entre risas para entretenerme un poco mas, y saber como ella termina ahuyentándolo-

- Fiona: La entonación musical no es compatible con algún paso de baile que pueda serme familiar. No es de mi agrado compartir flujos corporales con desconocidos que ya a las 10:23 pm les apesta el aliento por la ingesta excesiva de alcohol etílico.

(Lisa) Sonreí disimuladamente para no ser yo quien hiera los sentimientos del chico. El aun la miraba con cara de no entender nada y aun esperar una respuesta.

- Chico1: Y.. ¿Bailas tu conmigo?

- Lisa: Si, vamos a bailar. - ¿Qué más da? Tampoco pensaba aburrirme esta noche-

(Fiona) Lisa se va con ese chico apestoso a bailar y yo me fijo en todo mi alrededor. Pude deducir que era un lugar para pasarla bien. Mire el reloj, ya eran las 11.14 pm y estaba impaciente por irme. Decidi ir al baño a refrescarme un poco y procurar escuchar menos la música. Tampoco tenía muchas ganas de ver como el chico tomaba por la cintura a mi Sansa.

- Chico2: Hola, te invito una copa.

- Fiona: El exceso de copas es lo que me ha llevado camino al baño – Rayos, deje mi copa en la mesa- Lo siento.

(Fiona) Luego de ir al baño me encuentro con la amiga de Lisa que nos ayudo a entrar fácilmente. Todos la miraban, la alababan, era la DJ, y yo no entendí que tan difícil podría ser una mezcla de ritmos sin sentido como para que todos estén admirando tal desempeño. Sali del establecimiento por un par de horas, a respirar aire fresco, me dirigí a un local más pequeño, a unos metros donde deje a mi Sansa, era más tranquilo, más acogedor, pedí un jugo y me senté a solas mientras organizaba mis pensamientos.

- Señora: Ya estamos cerrando, señorita.

(Fiona) Miro detalladamente a esa señora mayor que me recuerda ya es hora de irme. Mientras termino el último sorbo del jugo de patilla.

- Fiona: ¿Puedo quedarme un rato más?

- Señora: –Se sienta a mi lado- ¿Hay algo que le quieras contar a esta anciana?

- Fiona: ¿Por qué habría de querer contarle algo a una desconocida?

- Señora: Ay niña, ¿Por qué no estás en la inauguración de la discoteca? Vienes vestida para la ocasión.

- Fiona: -¿Cómo es que todos saben cuál es el atuendo de cada ocasión?- Estaba allá, solo quería descansar un poco.

- Señora: ¿Estas esperando a alguien?

- Fiona: No lo sé, -¿Estaba yo esperando a alguien?- No me encontraba a gusto allá.

- Señora: Quédate hasta que terminemos de cerrar si quieres. – Se marcha-

(Fiona) Me marche del local ya un poco más tranquila. Me dirigí nuevamente a la discoteca para buscar a Lisa, quizás ya podía dejarme llevar un poco mas y “disfrutar de la noche” tal como me sugerían ella y los demás. Llego y veo a la chica DJ hablando con mi Sansa, le agarraba una mano y jugaba con su cabello pelirrojo. Me acerque a ellas sin decir palabra.

(Lisa) Bailo un rato largo con Thomas, el chico que como dijo Fiona, ya apestaba a alcohol, lo empuje hacia atrás cuando intento besarme, iugh, que disgusto. Miro hacia la mesa y Fiona no estaba. Me preocupe un poco, ¿Dónde podría estar ella?

- Lisa: ¿Has visto a Fiona?

- Gerard: ¿Quién es Fiona?

- Lisa: La chica que vino conmigo, ¿Qué no te fijaste?

- Gerard: No cuñada, ¿Has visto a Sara? –Reímos los dos-

- Lisa: Tengo que irme, me llamas si encuentras a Fiona... O a Sara.

(Lisa) Pero que tonta soy, como pude haberme ido a bailar y dejarla sola, ¿qué me pasa? Ya había preguntado por Fiona a todos los conocidos presentes, muchos de ellos ni sabían su nombre o siquiera quien es ella, empezaba ya a desesperarme. Eran las 2 am y Fiona nada que aparecía, ya no sentía nada, las copas de mas que había tomado ya me hacían efecto, empezaba a marearme, odiaba la noche, odiaba el momento, odiaba los presentes, necesito conseguir a Fiona, ¡pero ya! Me sentía preocupada, ¿Dónde estaría?¿Y si se pierde? ¿Le habrá pasado algo? No debí, no debí dejarla sola. La llamo a su teléfono y nadie atiende. Recordé cuando le dije que deje su teléfono en el carro si le molestaba que la llamara su mama. Un absudro pensamiento me hizo creer que pasare toda la noche con ella y que no necesitaría estar buscándola como ahora. La vista se me hacia corta, mis sentidos empezaban a fallar. Quería llorar, quería explotar.

- Cindy: Lisa mi amor, ¿Estás bien?

- Lisa: Ci… Cindy… -Estaba tan abrumada que ya no sabía ni donde me encontraba- Cindy, ¿Has visto a Fiona?

-Cindy: La chica que vino contigo, ¿cierto? La vi a media noche, charlaba con un chico cerca de los baños.

(Lisa) ¿Fiona charlando con un chico? De no ser por mi preocupación y lo mal que me sentía, me habría reído en su cara. Buen intento Cindy.

- Lisa: Necesito encontrarla. Si la llegas a ver me dices, ¿si?

- Cindy: Espera, ven, toma una copa, no te ves bien Lisa. – Me abraza, me dieron ganas de llorar estando en sus brazos, realmente estaba preocupada, pero me contuve- toma, bebe un poco.

- Lisa: - Luego de dos sorbos- No, debo buscarla.

- Cindy: Tranquila, me toca cambiar la música, quédate conmigo arriba y luego podemos buscarla. – Dijo mientras me agarraba la mano firmemente, su tacto no era como el de Fiona, jamás-

- Lisa: Suéltame, creo que estas pasada de copa. –Dije mientras hacía esfuerzo en vano de soltarme su mano-

- Cindy: No bebo mientras trabajo, la pasada de copas eres tu –Me agarra un mechón del cabello y hace ademan de besarme, me aparto bruscamente de ella, nuevamente en vano-

(Lisa) En medio del forcejeo, Cindy me da uno o dos besos, no lo sé, la verdad si estaba pasada de copas, al principio bebía para poder soltarme con el ambiente y maniobrar para que Fiona lo haga también, luego bebía cuando bailaba con Thomas para olvidar que estoy bailando con un desconocido que no perdía oportunidad para tocarme, y ya luego seguí bebiendo mientras buscaba a Fiona para reunir más valor y fuerza para seguir en la búsqueda. La verdad eran razones tontas, y en el fondo me odiaba por haber bebido tanto. Mi Fiona debía estar en algún lugar donde probablemente no conozca a nadie. ¿Cómo se estará sintiendo? Ya no podía ni organizar mis ideas.

- Cindy: ¿Ves? Te dije que la encontraríamos.

- Lisa: ¡Fiona! –Me deshice por fin de Cindy y pegue un brinco hacia ella, tenía la adrenalina a mil- ¿Dónde estabas? ¿Estás bien?

- Fiona: Estoy bien. ¿Tú la estas pasando bien? – No sé porque no podía quitar la mirada de esa chica que hace segundos tenia agarrada a mi Sansa-

- Lisa: Ahora estoy bien – Dije mientras le agarraba las dos manos y me acercaba a ella hundiendo mi cara en su cuello-

- Fiona: Hueles un poco a alcohol, ¿Podemos irnos?

- Lisa: ¿Puedo irme contigo?

- Fiona: Yo vine contigo, ¿Recuerdas?

(Fiona) Salimos al estacionamiento y ella agarrándome por el cuello, no podía dar dos pasos seguidos sin tambalearse y hacer esfuerzo para no caerse. Ella cantaba a mi oído, su tono de voz era diferente. No se entendía mucho lo que decía. Al llegar al carro ella se sube para manejar y no conseguía insertar la llave en su lugar. Le quito la llave y la siento delicadamente en el asiento de copiloto. Inmediatamente se quedó dormida.

(Fiona) Como no sabía la dirección de su casa y supuse que Sara no estaría en su apartamento. La lleve a mi casa. Con dificultad la subí a mi cuarto y ella empezaba a despertar. La acosté en la cama, pidió que me acostara a su lado. Su olor era insoportable. Me era insoportable ver a mi Sansa en semejante estado, y tal como había hecho con madre en muchas ocasiones cuando estaba pasada de copas, la lleve al baño, llene la bañera de agua y espuma, la desperté mejor y le sugerí que se quite la ropa, que ya podría bañarse y dormir tranquila.

- Lisa: Ayúdame Fiona, no consigo el cierre del pantalón.

- Fiona: Esta justo debajo de tu mano –Dije estando afuera del baño ya, no quería irrespetar su cuerpo ebrio y desnudo-

(Lisa) No sabía muy bien lo que había pasado. Pero me encuentro desnuda en una bañera enorme, en un baño elegante y pulcro. Caigo en cuenta que estoy en casa de Fiona. Ella me pregunta si todo está bien. Un poco nerviosa le digo que si. Dios. Que habrá pensado de mi. Primera noche que salgo con ella y estoy es destruida. De no ser porque toco mi cuerpo es que me doy cuenta que estoy desnuda, pero la bañera tiene tanta espuma que no se puede ver nada, solo mi cuello y cabeza. Llamo a Fiona para disculparme, me pide que me quede quieta. Me trae un vaso de leche tibia, hago que me voy a parar pero ella me detiene rápido. Me da el vaso estando en la bañera.

- Lisa: ¿Leche tibia y una bañera con espumas?

- Fiona: Es lo mejor, es rica en calcio y calma la gastritis, contiene cisteína, un aminoácido que digiere el acetal…

- Lisa: Fiona. Fiona. – Le interrumpo- ¿Por qué me dejaste sola esta noche, Fiona? ¿Me porte mal contigo? Dimelo Fiona.

- Fiona: Nada de eso Lisa, podemos hablar después con calma. –Dije mientras le encendía las burbujas de la bañera, cuando me fije que ya se había tomado la leche- Esto te hará bien.

(Lisa) El baño estuvo estupendo, genial, refrescante, la verdad no conseguía las palabras, me sentía mucho mejor, la leche si que funcionó. Ella habia salido del baño, desconozco cuanto tiempo más estuve ahí dentro. Miro el reloj ya eran las 5 am. Fiona me había dejado una pijama de algodón y me ofreció su inmensa cama para descansar. Al ver que ella se retiraba a dormir en un sofá inmenso que se encontraba al otro lado de su habitación le implore que duerma conmigo, que hay espacio para las dos.

- Fiona: Bien, yo duermo de ese lado –Señalando el lado donde ya estaba ella acostada-

- Lisa: Pero si ya estoy súper cómoda, no me voy a mover, si quieres tu lado, entonces lo tienes que compartir conmigo.

- Fiona: De acuerdo. –Me acuesto a su lado procurando no tocarla-

(Lisa) Ya el sentimiento de culpa se me había ido un poco. Tenía a la chica más hermosa del planeta a mi lado. Aunque está procurando no tocarme. Yo le daba la espalda así que me volteo bruscamente apenas ella consigue ponerse cómoda. Coloco mi mano en su cintura, le levanto un poco la franelilla tocando suavemente, procurando no alertarla. Quedamos cara a cara. Ella miraba hacia abajo, yo esperaba que sea hacia mis pechos, pero al fijarme bien era el movimiento de mis manos en su cadera lo que ella seguía con su mirada. Retire mis manos y le di un beso en la punta de la nariz.

- Lisa: Buenas noches chica guapa.

- Fiona: Feliz amanecer, mi Sansa.

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(Lisa) Despierto con dolor de cabeza leve, abro los ojos lentamente, miro a mi alrededor, recuerdo que estoy en la casa de Fiona, en su cama, la busco con las manos y no la encuentro. La busco con la mirada y solo veo otro vaso de leche y un desayuno con huevos. Me siento en es sofá de su cuarto tomando mi desayuno, miro la hora, es casi mediodía. Me pregunto donde estará Fiona. Recuerdo todo lo que paso anoche y me siento torpe e infantil. Espero con asias a que regrese Fiona mientras trataba de recordar si anoche hicimos algo sexual. -Por supuesto que no hicimos nada- Digo para mis adentros.

(Fiona) Me levanto al par de horas de ver descansar a mi Sansa, ya habia salido el sol y tenia rato mirándola, la veía como nunca lo habia hecho, la tenia tan cerca a mi disponibilidad, pude detallar todo de ella, su rostro, su nariz puntiaguda y sus pómulos perfectos, sus cejas perfectamente delineadas y sus largas pestañas, es hermosa, es una lastima que siempre me pierda de estos detalles cuando la tengo despierta. Le preparo un desayuno a base de huevos para ayudarla a aliviar la resaca, madre me lo habia enseñado, nunca supe que es una resaca, ya que nunca he bebido ni una copa de nada. Salgo al jardín a tomar un poco de aire y esperar a que despierte Lisa mientras abro mis libros y preparo las materias del dia siguiente. Busco mi agenda de actividades, mañana estoy citada con la profesora Victoria Lencastre a las 11 am. Mañana es la audición de mi Sansa en su academia, espero que esté de animos hoy para practicar un poco de fonética de francés.

(Fiona) Ya a las 11.47 am voy a buscar a Lisa quien por lo visto se ha tomado toda la mañana, llego y la veo hermosa terminando su desayuno que ya debe estar frio. La miro con timidez, le pregunto si quiere algo mas de desayuno.

- Lisa: No, quiero que te sientes a mi lado.

- Fiona: Sabes que debes practicar un poco de francés para tu audición, ¿Verdad? –Le decía mientras me sentaba en el mismo sofá al otro extremo-

- Lisa: Podemos hablar de eso luego, mademoiselle. –Hice un leve puchero para que sepa que no quiero hablar de eso-

- Fiona: ¿Tienes algun dolor?

- Lisa: Uhmm ah si, ven, toca aquí. – Busco su mano y la coloco bajo mi pecho, sin llegar a mis senos.- ¿Sientes eso?

- Fiona: ¿Por qué me haces tocarte donde esta el corazón? ¿Te duele?

- Lisa: Deberias tocarlo cada vez que te veo, para que sepas como me lo pones. –Sonrio-

- Fiona: -Sonrio un poco con ella, me sonrojo- ¡Pero qué tonta! –Me levanto y coloco una canción en francés- Escucha, puedes audicionar con esta, ya había buscado la obra de teatro de la que me hablaste, se llama Mozart L’Opera Rock, al parecer es todo un suceso en Francia. La vi dos veces esta mañana mientras buscaba la canción perfecta para ti, encaja perfectamente con tu volumen y tono al cantar.

- Lisa: ¿Tenemos que hacerlo ahorita Finini?

- Fiona: ¿Por qué me dices asi? –Sonrio-

- Lisa: Me gusta como te llaman, asi que quise ponerle mi marca personal, ¿te gusta?

- Fiona: Me parece bien.

- Lisa: Hey, me gusta como suena esa canción, la verdad no conozco nada sobre la obra, pero esta canción aunque no la entienda me parece… Genial. Canta un poco para que me ayudes, si?

- Fiona: No Lisa, no, vamos a practicar pronunciación. El nombre de la canción es sencillo “Dors mon ange” vamos que tenemos solo la tarde.








jueves, 13 de noviembre de 2014

Canción solitaria VI



Lisa

Bien, ya es hora de levantarse, hoy si tengo que aclarar todo con ella, ponerme en orden, saber si de verdad quiero esperar o luchar por Fiona, necesito verla para saber, sentir que es lo que quiero. No es posible que en 10 días haya puesto mi mundo de cabeza.

Llamo a Sara, su teléfono está apagado, no ha llegado aun, me pregunto como la estará pasando, es extraño que en días de clases ella esté ausente todavía. Bueno, al final de la tarde llamo a Gerard a ver si tengo más suerte localizándolos.

Mis ánimos no estaban del todo bien, incluso mamá me pregunta porque tengo esa cara, hablo con ella un rato, poniéndonos al día, hablamos de Sara y de su extraña ausencia, mamá dice que ella ya está grande para asumir sus responsabilidades. Inmediatamente volví a pensar en Fiona, y en que sería de ella cuando llegue su momento de vivir su vida sola. También me pregunté si yo sería parte de su vida para ese entonces. Sonreí. La sola idea de vivir con ella solas me estremeció, si con solo un beso logré espantarla, no me imagino cuando quiera intimidar con ella.

Llegué a la universidad, buscando si el carro de su mamá o alguna bicicleta estaban ya estacionados en su lugar habitual. Vacio. Volví a sentir tristeza, me mordí el labio inferior como síntoma de ansiedad. Es lo que suelo hacer cuando no tengo a la mano helado de limón. Miro de lejos la universidad. Los bloques que la constituyen. Su color. Su forma. Recuerdo la primera vez que vi a Fiona observándola tan detalladamente, y volvi a preguntarme que estaba pensando ella en ese entonces. Era muy temprano todavía, no me atrevía a llamarla a su teléfono, necesitaba una conversación en persona.

Camino al aula me encuentro con el director quien me pregunta sobre el Club y como he estado haciendo con los papeles, le dije que todo marcha a la perfección, que solo necesitaba una fecha para tenerlo todo listo. Hablaba con él cuando se acerca una chica, no sabría decir su edad, la verdad era muy bajita, de un metro 50 como máximo, con rostro juvenil poco agraciado, me llama la atención sus ojos, uno de color azul fuerte casi llegando a violeta, y otro de un color avellana intenso, cada uno era hermoso a su manera, piel tostada, melena rubia, su cabellera si era hermosa. Me detuve en silencio para verla mientras hablaba con el director, a quien ella le decía tío. Según entendí, estaba pidiendo una dirección para dirigirse a su primera clase, no le preste atención, viéndola bien, no es tan fea como lo pensé al principio. Ella me miro por un momento mientras hablaban, seguro la incomode con mis miradas acosadoras, detallándola. Me disculpe y me retiré. Ya tenía que estar en mi aula.

Fiona

Me levanto con dolor de cabeza, la música del dia anterior me habia molestado lo suficiente. Aparte de que me quede hasta tarde leyendo Nietzsche, desconozco cuanto dormí realmente. Tomo mis pastillas habituales y un desayuno ligero, no había nadie en casa. Quizás madre esté todavía ocupada. Tenía ganas de caminar un rato a ver si se me quitaba el dolor de cabeza. Dejo el carro en casa y tomo un taxi que me deja a 3 cuadras de la universidad. Aun era muy temprano, por lo que camine a paso lento, y pude observar algunos detalles que fueron ajenos a mí todo el tiempo, nuevamente pensaba en mi Sansa, no la habia visto desde aquella noche donde todo en mi estuvo fuera de control.

Llego a mi Bosquespeso luego de la corta, lenta y agradable caminata, pero aun era muy temprano, me dirijo al aula de una vez, no tenía nada que hacer, tan solo esperar a la clase o a que llegue Lisa para verla, saco mis libros y sigo leyendo un rato a medida que se va llenando de gente. Nunca levanto la vista de mis libros. Logro desconectarme por completo del exterior, era lo que más me gustaba.

Lisa y Fiona

(Lisa) Llego al aula, por suerte el profesor no habia llegado, la primera materia era filosofía, primera vez que vemos esa materia, no sabia que o quien esperar, pero solo sabía que serian dos horas aburridas, a menos que ya vea a Fiona, la chica callada que con solo mirarla podría no aburrirme nunca.

(Lisa) Ahí está. Siento cosquillas en el estomago. Luce hermosa, con su piel pálida y sus ojos grises. Me siento a su lado. Como siempre, ella no se da cuenta, nunca mira a su alrededor cuando está concentrada. Me quedo un rato mirándola, pensando en lo hermoso que ha sido estos días desde que la conozco. Quiero saberlo todo de ella. ¿Por qué es asi? ¿Qué piensa ella? Desearía tener todo el tiempo del mundo a su lado para ir descubriéndola. Desearía detener el tiempo tal como está, con ella a mi lado. Así sea que no sepa de mi presencia.

(Fiona) Leo. Leo. Leo. Hasta que siento una mirada fija en mí, sin voltear ya sé quién es. Espero no equivocarme. Pero no quiero voltear, ahora que la tengo a mi lado ya no sé qué decirle. Luego de un rato volteo a verla, ya era suficiente…

- Lisa: Hola Fiona – Le doy mi mejor sonrisa, quiero besar su cachete, me inclino hacia ella… Se retira- ¿He hecho algo que te molesta? – Nuevamente me rechaza-

(Lisa) Se aparta. Tampoco quiere que la bese en el cachete. Es verdad. Algo malo he hecho. Quiero salir llorando. Pero me contengo. Ella tendrá sus razones y tarde o temprano me las tiene que explicar.

(Fiona) Otro beso de ella y podría desvanecerme. Tenemos que hablar antes de cualquier acción, cualquier pensamiento. Esto se sale de mis manos. Quiero gritar, reir, correr, necesito contenerme. Necesito... Abren la puerta, se hace el silencio. Llega la nueva profesora. Qué curioso, la había visto antes. El día anterior para ser más exacta.

(Lisa) Asi que la sobrina del director es nuestra maestra de filosofía. Qué bien, mas aburrida no podrían ser estas horas.

- Prof.: Tomen asiento. Mi nombre es Victoria Teresa Lencastre, como ven, soy su profesora de filosofía.

(Fiona) Una mujer con problemas de alcohol y tabaco, con eticidad negativa, es mi profesora de filosofía, ¿Quién lo iba a imaginar? –Sonrío para mis adentros, me parece hasta divertido el asunto-

(Lisa) Ha empezado a hablar y ya no la soporto. Miro un rato a Fiona quien la escucha atentamente. Sus ojitos grises se ven oscuros. ¿Estará prestando atención a sus palabras o le estará mirando los ojos dispares? Jajaja mejor no pregunto… Uhmm debí desayunar mejor. Escuchar a esta mujer ya me ha dado hambre. ¿Habrá llegado Sara? Le mandare un mensaje en ingles “Where is the best big sister ever?” Hablando de ingles. Olvidaba que hoy tengo ensayo en la academia. Me voy a volver loca. Miro hacia la tal Victoria, me desagrada. Esta viendo a Fiona mientras esta la escucha sin pestañear. Odio que la mire, pareciera que tienen cierta complicidad. Mejor abro mis libros y trato de prestar atención a lo que dice sin necesidad de verla.

- Prof. Victoria: ¿Qué me dice usted… señorita… Me dice su nombre por favor…?

- Lisa: …

- Prof. Victoria: La pelirroja de camiseta blanca, le estoy hablando.

- Lisa: -Genial, me habla a mi- Lisa Priest, profesora.

- Prof. Victoria: Muy bien. Ya vimos que no me prestaba atención. Hablamos del pensamiento medieval occidental y su dependencia a la teología. Página 23. Capitulo 1. Puede estar más atenta o retirarse si lo desea.

(Lisa) ¿Qué? ¿No lleva 20 minutos hablando y ya me esta pidiendo que me retire? ¿Que se ha creído? Piensa que puede venir altaneramente solo por ser pariente del director. ¡Es que la detesto!

(Fiona) Vaya. Le pide a Lisa que se retire. Esta siendo algo ruda. No debería tratar a mi Sansa de esa manera. Le agarro la mano bajo la mesa. Le digo al oído “Todo va a estar bien”. Nos miramos por unos segundos. Su rostro cambia completamente.

(Lisa) Es un amor. A su manera, claro. Primera vez que me toca o me dice algo sin que yo se lo pida o lo haga primero. ¿Qué la profesora qué? Ya lo olvidé.

(Fiona) Termina la clase y Lisa me pide ir a una cafetería cerca de la universidad, para estar atentas a la próxima clase. Vamos en su carro. Nuevamente se desvia del camino a la cafetería. No pregunto.

(Lisa) Vamos a un lugar mas apartado. Necesito estar a solas con ella. Tenemos que hablar y no voy a permitir que nada nos interrumpa.

- Lisa: Bien. – Caminamos hacia un banquito en el parque, solo se lograban ver 2 parejas a lo lejos y 3 pares de ancianos jugando domino, era perfecto- ¿Me puedes decir ahora que pasa, Fiona?

- Fiona: ¿Qué pasa de que?

- Lisa: ¿Por qué te distanciaste? Necesito que seas clara. ¿Por qué te fuiste aquella noche del apartamento? ¿Qué sientes Fiona?

- Fiona: -Miro un rato hacia la laguna que estaba detrás de ella, unos patos jugueteando con el agua- Hay cosas que simplemente no se, no se responder. Me fui porque sentí que era lo correcto.

- Lisa: ¿Qué es lo correcto?

- Fiona: Nunca había tenido ese tipo de contacto con nadie. Me tomaste por sorpresa. Me Sali de mi control. Lo correcto es estar dentro de control. De mi control.

- Lisa: ¿Por qué te fijas esos controles?

- Fiona: Es lo mejor. Asi debe ser.

- Lisa: -Le agarro las dos manos- ¿No estás molesta conmigo? ¿Me dejaras seguir dándote besitos en el cachete? –Puse mi cara más tierna-

- Fiona: No podría estar molesta contigo. No dejes de hacerlo. –Puse mi cachete a su disponibilidad-

(Lisa) Ese momento fue todo lo que quería. Ciertamente no tenia mucho tiempo conociéndola, pero lo poco que se de ella me encanta, me tiene embobada. Si solo mirarla era un deleite. Tener sus cachetitos –Por ahora- es lo mejor. Le di 3, 4 o 10 besos no lo se. Cada vez eran mas cercanos a su boca, que moria por besarla. Pero si quiero conservarla debo respetarla. Darle el tiempo que necesita.

- Lisa: Abrazame –Me da un abrazo torpe- ¡Que mas fuerte! Te iré acostumbrando señorita. Hueles divino. ¿Qué perfume usas?

- Fiona: Jungle de Kenzo.

- Lisa: Uy pero que atrevida – Dije en tono sarcástico que parece ella no entendió-

- Fiona: Me lo regalo mamá.

(Lisa) Sonrei. Debo conocer a esa señora. Quiere destapar a su hija. Mostrarle el mundo. Debemos unir fuerzas para lograrlo. Jajajaja

(Fiona) Estuvimos abrazadas un rato mirando hacia la laguna. Hablando cualquier banalidad por un rato. Me sentía comoda con ella nuevamente.

- Lisa: Oye que pesada la profesora de filosofía. ¿Sabías que es la sobrina del director? Quizas por eso piensa que tiene mucha autoridad.

- Fiona: No lo sabia. Casualmente la conocí anoche. No sabía que era nuestra maestra.

- Lisa: -Suelto el abrazo y la miro fijamente- ¿Cómo? ¿Dónde estabas anoche? –Con razón la miraba fijamente, se conocían, sentí algo parecido a celos, pero no le presté importancia-

- Fiona: Acompañando a madre en su trabajo.

- Lisa: ¿Qué trabaja tu mama Fiona? Hablame un poco ella.

(Fiona) Hablar de madre. La única mujer que ha estado en mi vida. Junto a Lena. Hasta ahora.

- Fiona: ¿Qué te puedo decir?

- Lisa: Quiero conocerla. –Hundo mi nariz en su cuello, respiro fuerte para erizarle la piel- Llevame a conocer a tu mamá, si? – Le agarro la punta baja de su oreja con mis dientes, aprieto suavemente-

- Fiona: Cuando se dé la ocasión te la presento. –Aparto mi oreja de su boca-

(Lisa) Rio suavemente. Ya me gusta verla como se aparta cuando estoy muy pegada a ella jajajaja.

- Fiona: Ya es casi hora de regresar a la próxima clase. Tengo hambre.

- Lisa: ¿Y si nos saltamos la primera hora y comemos en un buen lugar?

- Fiona: Eso no pasará –Le acaricio las manos levemente, casi ni lo siente, o eso creo yo-

- Lisa: Ven, comamos algo rápido entonces.

(Lisa) El resto del camino fue mas animado, hablamos mas y mas, cada vez que ella era un poco mas suelta y eso me encantaba. El dia transcurrió super bien. No vi a Sara en ningún momento. Tampoco pensé tanto en ella. Tenia a Fiona a mi lado y aunque no hablaramos la estaba viendo.

- Diana: Lisa, hablé con Cindy hable con Julian y me invito a una inauguración. Dijo que ya tu sabias. ¿Pensabas ir sin mi? – Con tono de falsa moelstia-

- Lisa: Claro que nooo jajaja – Nuevamente habia olvidado la fiesta, creo que ni me importa mucho- Te lo pensaba decir el mismo dia, como plan sorpresa jajajaja

- Diana: Mas te vale. Voy con las chicas a comprar ropa. ¿Nos acompañas?

- Lisa: Tengo que ir al AFRANB (Academia francesa de baile). Pense que irias también.

- Diana: No, el dia que no fuiste hablaron de un nuevo musical que están armando y en su mayoría es cantado en francés. Sabes lo mala que soy en esas cosas. El lunes son las audiciones

- Lisa: ¿Sabes cual es la obra?

- Diana: No me interesó mucho. Dicen que es un musical de Mozart. Estilo contemporáneo. Mori del aburrimiento.

(Lisa) ¿Un musical contemporáneo de Mozart? Que loco suena. Se lo contaré a Fiona a ver si le suena algo, ella sabe de esas cosas. Bueno, ella sabe de todo. Dentro de lo que cabe.

- Lisa: Sabes que estoy en una academia de Danza y teatro ¿Verdad?

- Fiona: Me estoy enterando.

- Lisa: Bueno, la cuestión es que me acaban de informar de unas audiciones para el lunes. Es un musical en francés.

- Fiona: Je parle le français.

- Lisa: ¿Hablas francés? ¿Hay algo que no hagas? Jajajaja que emociooooon – la abrazo fuerte, casi la levanto del piso-

- Fiona: Viví con madre y su amiga en Lyon por 14 meses, luego de graduarme del instituto, tenían asuntos que atender con respecto a una empresa de mi difunto abuelo. Alla aprendí el idioma y conoci bellos lugares. Est une belle ville.

- Lisa: Aaaay quiero conocer a tu mamá. –Le agarro la cara y le planto un beso fugaz en los labios.

(Lisa) Ella se queda quieta. Creo que no debi hacerlo. Me mira por unos instantes.

- Fiona: Me voy a casa.

- Lisa: ¿Te incomode?

- Fiona: No, para nada. –Doy mi mejor sonrisa, sabia que eso lo haría sentir mejor-

(Lisa) Nos fuimos juntas, la llevé a su casa. En el camino estuvimos un poco mas calladas. Le pedi que me cantara en francés. Dijo que ella no canta. Le pedi que coloque alguna canción en francés desde su teléfono. Me coloco una pieza que sin entenderla me causó tristeza. Dijo que era de Edith Piaf.

- Lisa: ¿Como se llama la canción?

- Fiona: Ne me quitte pas.

- Lisa: Me encanta como lo pronuncias. Si entendiese un poco el idioma, te pediría que me hables siempre asi jajaja

- Fiona: Comme le dit la dame.

- Lisa: Llegamos a casa. –Quiero bajarme con ella, quitarle la ropa y hacerla mia todo el dia, tanto francés y tanto conocer de ella me tenia mas que excitada, emocionada-

- Fiona: Hasta mañana señorita.

- Lisa: Espera. ¿Y mi beso? –Me da un beso que terminó de hacerme sentir suya por completo-

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(Lisa) Pasaron los días y nosotras nos seguíamos viendo. Hablando, nos conocíamos y nos maravillábamos, por lo menos de mi parte, porque de ella todavía me costaba entender sus emociones.

- Lisa: ¿Qué vas hacer mañana en la noche, señorita guapa? – Le decía la mañana del viernes mientras le agarraba los cachetes y me metia en sus piernas y ella sentada, la tomé de sorpresa-

- Fiona: No tengo planes.

- Lisa: Perfecto. Tus planes son conmigo. Te paso buscando a las 8 pm, ¿te parece? –Le decía mientras acercaba mis labios a los suyos, respetando su espacio, como ella me pedia. Mis piernas seguían entre las de ellas-

- Prof. Victoria: Señorita Priest, actos inmorales no se permiten dentro de las instalaciones. Señorita Duarte no pensé que era cómplice de tales actos. Se separan.

- Fiona: No estamos haciendo nada fuera lo normal. Profesora Victoria. Los limites de espacio han sido respetados. Y no se nos puede acusar de alguna inmoralidad.

- Prof. Victoria: La quiero el lunes en mi despacho señorita Duarte. –Se retira-

- Lisa: Que pesada. ¡La detesto! –Le dije mientras me separaba de ella-

- Fiona: Normal. No va a pasar nada.

- Lisa: ¿El lunes a las 8 entonces?

- Fiona: Estaré lista. Necesito saber adónde vamos.

- Lisa: Es una inauguración de un local, estarán todos, todos hablan de eso. Quiero que vayas conmigo. –Puse la cara que casi siempre hace que Fiona acepte mis peticiones-

- Fiona: ¿Qué debo ponerme? –Cuando pone esa cara, creo que ella siente que puede convencerme, me gusta que lo piense, me gusta esa carita-

- Lisa: Mejor llego mas temprano y te ayudo a que ponerte, si? –Perfecto, la podre ver con escasa ropa. Plegarias escuchadas-

-Fiona: Me parece mejor.

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(Lisa) Perfecto, llega la hora y estoy a las 6 en punto en la puerta de su casa. No podía esperar ni un minuto mas.

- Liliana: Hola, tu debes ser Lisa. Pasa.

- Lisa: Hola señora. ¿Usted es la mama de Fiona? Me ha hablado mucho de usted y de la señora Helena.

- Liliana: Si si, soy la mamá. Toma asiento. En un momento baja Fiona.

(Lisa) Puso cara triste, no entendí porque. ¿Qué dije? La señora me había recibido con tono alegre y una sonrisa. Al menos ya se que es diferente a su hija. Y la verdad también es hermosa. Nunca me ha hablado de su papa o de la existencia de uno. Pero seguramente su belleza tiene que ser de esta señora. Hablamos un rato mientras llegaba Fiona. Es una señora muy interesante y agradable.

- Fiona: Lisa.

(Lisa) Primera vez que la veo tan deportiva. Monos apretados y franela sin mangas. Que-buenas-piernas-tiene-esta-mujer. Necesitaba pausa para pensar cada palabra. Su tono de piel tan pálido. Estaba tan hermosa que quería desmayarme. No sabia si la mama se habia dado cuenta pero mi corazón quería raptar a su hija y no devolvérsela nunca.

- Liliana: ¿Desean algo de tomar? Lisa estas en tu casa. Yo me tengo que ir. Fini mi amor –Le da un beso- Disfruta la noche. –Se va-

- Lisa: ¿Fini? -Dije aun con cara de boba mirándole las piernas. La cintura. No podía mirarle los pechos-

-Fiona: Asi me dice a veces.

-Lisa: Pero que cuchiii – Le dije mientras le hacia cosquillas, necesitaba tocarla ya-

(Lisa) Su casa es hermosa. Comoda. Espaciosa. Subimos unas escaleras Eran 3 pisos y el piso del medio era todo su cuarto. Era enorme. Lleno de alfombras. Con una biblioteca de pared a pared. El cuarto contaba con 4 puertas. No pude evitar preguntar de que era cada una.

- Fiona: La entrada. El baño. El vestier y la terraza. –Le dije mientras señalaba cada una-

- Lisa: Claro. ¿Por qué no lo imagine? Jajajaja Bueno – Dije sentándome en su cama, me quite los zapatos, quería hacerla sentir que me sentía comoda a ver si se relaja, y vaya que si me sentía comoda- ¿Qué tienes para mostrarme?

- Fiona: Ven, vamos al vestier.

(Lisa) Me apresuro a tomar su paso y le agarro la mano. Al abrir la puerta veo un closet enorme con tantas puertas que me perdia. Esta chica es increíble. Todo estaba tan ordenado. Por colores. Secciones. Habia ropa de todo tipo. Prendas que jamás imagine que ella podría ponerse.

- Fiona: Esas cosas me las compra madre, con la esperanza de verme vestida de esa manera.

- Lisa: Tu madre te quiere lo mejor Fiona. Ven vamos a ver algo de eso para ponértelo hoy.

(Lisa) Saque unas faldas, shorts cortos, franelas con colores hermosos. De todo tipo de material, sentía que estaba en una boutique de lo mejor. La verdad estaba enamorándome de ese vestuario tan hermoso jajaja.

- Lisa: Ponte estas y estas –Saco como 15 prendas mas- Y estas.

(Fiona) Agrando los ojos. No es posible. Vamos a durar una eternidad en esto.

(Fiona) Entro a una sección que nos separa por media pared y empiezo a desvestirme.

- Lisa: ¿A donde vas? ¿Por qué te escondes alla? Fiona, ¿acaso no somos mujeres? –Me acerco a donde esta ella. Quiero ver todo lo que te pones. Sin pena.

(Lisa) Ya ella estaba solo con la franela. Senti una excitación enorme al momento de verla de esa manera. Timida. Estaba algo tiesa, ya no podía moverse. Mis palpitaciones me iban a reventar el pecho.

- Lisa: Disculpa. Mejor me quedo donde estaba. Ponte cómoda. Quiero ver todo lo que te di, si?

- Fiona: Esta bien.

(Lisa) Pasaron una o dos horas. No lo sabia. Cada prenda que esta chica se colocaba me causaba otro mini infarto. Me contenía tan terriblemente que tuve que ir varias veces al baño para calmarme. Ya no quería ir a la fiesta. Queria estar con ella toda la noche aunque sea viéndola probar vestuario nuevo. Todo le quedaba perfecto. Pero yo quería que probara mas y mas, solo para hacerla desvestirse y lograr ver algo sin que ella se dé cuenta. En esos instantes no existía nadie en el mundo. Solo ella y yo.

- Fiona: ¿Es que nada es para la ocasión?

- Lisa: Ya casi estas lista. Lo importante es que estes comoda.

(Lisa) Al final terminamos eligiendo un pantalón pegadito al cuerpo. Le quedaba de infarto. Era de color negro. Y una prenda hermosísima también que le desnudaba los brazos, le di una chaqueta que combinaba a la perfeccion, por si llegase a sentir frio. Unos tacones que realzaban su altura, estilizaban más sus piernas. La ayude a maquillarse un poco. Ella no conocía mucho del tema. Habia quedado tan hermosa que quería arrancarle la ropa y hacerla seguir probando.

- Lisa: ¿Nos vamos? –Le dije sin dejar de mirarle TODO-

- Fiona: Nos vamos.






















miércoles, 12 de noviembre de 2014

Canción solitaria V



Fiona y Lisa


(Lisa) Su boca se mantiene rígida, no puede relajarse.

(Fiona) ¿Qué hace? Siento un calor recorrer mi cuerpo, es ese fuego nuevamente. Yo…

- Fiona: -Suelto el beso bruscamente- Debo irme Lisa. Solo dije que me quedaría un rato mas, ¿ya te sientes mejor? –Suelto el abrazo y me alejo un poco-

(Lisa) Mi cara de sorpresa no es normal. Algo hice mal. Respiro profundamente para calmarme un poco. No puedo decir nada. Esto no ha salido como esperaba.

- Fiona: Yo, será mejor que me vaya.

(Fiona) No se porque quiero irme. Salgo rápidamente del apartamento. Ya es muy tarde y llamo un taxi que es amigo de madre. Lo espero sola. El vigilante del edificio me pregunta si necesito ayuda.

- Fiona: ¿En que podría ayudarme, señor?

- Vigilante: Es peligroso que esperes afuera del edificio. Mejor entre señorita.

(Fiona) Entro y me ofrece una silla. Permanezco de pie mirando hacia la ventana. Mi mente no es capaz de pensar y asimilar lo que había pasado arriba. Hasta que la vi nuevamente. Ahí estaba, parada arriba a 4 escalones antes de llegar a Planta baja.

- Lisa: Estas aquí todavía. –Hablo con pausas, no había podido dejar de llorar, Salí a buscarla inmediatamente y al verla ya no sabía que decirle-

(Lisa) Ahí está. Con su cara inexpresiva. Lo arruine todo. Sigo sin poder decir palabra.

- Vigilante: Ya llegó su taxi señorita.

(Fiona) La miro por última vez y me despido. Siento una presión en el pecho. Como un puño martillando. Necesitaba irme a casa. Necesitaba pensar. Hoy han pasado muchas cosas y ya me siento fuera de control.



(Lisa) Ella se va, solo alcance a decirle “Chao” cuando se despidió. No logro entender que pudo haber salido mal. Trate de mantener la calma. Subí al apartamento y me acosté tal como estaba, quería conservar su aroma. Recordé su abrazo frio y en como tuve que ingeniármelas hoy para lograr estar con ella. Pensé por un largo rato si de verdad vale la pena insistir con alguien que no demuestra interés en mi. No, no es lo que necesito en mi vida. Lloré sin comprender porqué. Esa noche no pude dormir. Solo estuve recordando una y otra vez cada palabra y cada cosa que hice, que hicimos. Estoy más confundida que cuando la conocí.



(Fiona) Llego a casa y madre estaba en la sala ya dormida con la tv encendida. La miro un rato, 2 minutos, me acuesto a su lado. Ella despierta y me pregunta donde estaba, me pregunta por la chica, me pregunta que hice hoy, me pregunta me pregunta me pregunta. Me pide que la mire y le respondo solo lo que pide mientras evado su mirada. Me abraza.

- Madre: ¿Cómo te sientes, Fini?

- Fiona: No lo sé. ¿Puedo irme a dormir?


(Fiona) Me levanto y voy a mi cuarto. Pienso en ese beso una y otra vez. Pensaba en la imagen del teléfono de Lisa. Pensaba en su risa y en cómo me sentía cuando la escuchaba reír. Dormí.



Lisa

Me levanto. No sé por cuánto tiempo dormí. No sé si realmente dormí. Miro la hora y eran las 9 am. Mi primer pensamiento fue Fiona. Quise odiarla en ese entonces. ¿Por qué se fue así? Esa pregunta seguía en mi cabeza. Me tomo un baño. Miro a mi alrededor y por primera vez, me siento sola. Y no quería estarlo. Pienso nuevamente en el beso que le di. ¿Por qué ella no me correspondió?

Tomo el carro y me voy a casa, en el camino paso por la heladería de siempre. Compro todo el helado de limón que mi cuerpo pueda aguantar. Veo un postre con coco y chocolate blanco. Recuerdo a Fiona nuevamente. Lo compro. Llego rápido a casa. No tenía ganas de nada. Mis padres estaban en el trabajo y Joel en el instituto. Nuevamente me sentía sola, enciendo la tv y veo sin ver realmente. Miro el postre y pienso en si ese será el que más le gusta a Fiona. Consumo todo el helado y aun no me sentía bien. Necesitaba verla y saber porque actuó de esa manera. Tengo su número y no sé si llamarla o escribirle. Estaba tan confundida. Quizás necesitaba darle su tiempo.

Llamo a Diana y le pido que vaya a verme. Estaba ocupada en otra ciudad. Dijo que en la noche pasaría a verme. Ya no sabía qué hacer, necesitaba compañía, cada minuto sola me recordaba el rechazo de Fiona.

Llamo a Julián y a Esteban y les pido que me acompañen. Esteban no atiende las llamadas y Julián dice estar con una amiga recién llegada a la ciudad, le dije que la traiga también. La verdad no me interesaba con tal de no estar sola.

En menos de una hora estaban frente a mi puerta. Quedo inmóvil, era lo que menos necesitaba mi día, mi vida. Quería explotar y gritar. ¿Cindy? ¿Acaso no hay otras amigas en el mundo recién llegadas a la ciudad? ¿Qué me trata de decir el destino?

- Julian: Lisa hermosa te presento una nueva amiga –Estaba emocionado, seguro no la conocía tan bien todavía- Cindy.

- Lisa: Cindy. –Mi cara de pocos amigos ya decía todo lo que mi boca no quería-

- Julian: ¿Por qué esa cara?

- Lisa: Dile tu Cindy.

- Cindy: Eeehm, somos viejas conocidas Julián. – Su sonrisa me irritaba tanto, quería golpearla-

- Lisa: ¿Viejas conocidas? ¿Si sabes donde vivo porque quisiste venir con él?

- Julian: Whoo ¿Qué pasa aquí? ¡Calma chicas!

- Cindy: Si no soy bienvenida puedo irme, Julián me conto que tu tono de voz era triste y que le pediste compañía, no sabía que eras tú hasta que me encontraba en la puerta de tu casa. No hay problemas, hasta luego Julián.

- Lisa: Espera – Ella no tiene la culpa- ven, no quise ser grosera. Entren chicos.

No me sentía cómoda con su presencia, toda la mañana buscando algo de compañía y apenas me llegan ya quería que se vayan. Ya no sabía que quería. Les ofrecí algo de beber y vimos unas cuantas películas incompletas. Hablamos cualquier tontería.

- Lisa: Por cierto, ¿Y ustedes de donde se conocen? –Dirigiéndome hacia Julián-

- Julián: Había oído de la nueva discoteca y me pareció buena idea encontrar trabajo ahí. La inauguran este fin de semana. Vas, ¿verdad?

Había pasado toda esta semana con Fiona y todos mis pensamientos eran para ella, había olvidado por completo la fiesta.

Al pasar la tarde fui despejándome un poco la tristeza. Julián es un gran chico, siempre dispuesto a hablar a compartir todo, puedes sentirte muy a gusto. Cindy no dejaba de mirarme, estuve más pendiente de Julián que de ella, la verdad ella y yo no teníamos mucho de qué hablar, no estaba dispuesta a caer en un error del pasado. Y mucho menos ahora que todos mis pensamientos eran de otra persona. Me pregunto que estará haciendo.

Fiona

Madre me pide que la acompañe a su empresa que fundó junto a la señora Helena, la que tenía antes de ser la afortunada heredera del difunto Oliver de la Vega, es una agencia de festejos, una estructura enorme y bien elaborada. Cuenta con 6 diseñadores entre otro personal de arreglo, protocolo, chefs y jardineros y 2 galpones surtidos entre muebles, mesas y decoración, madre organiza eventos grandes. Eventos a los cuales nunca voy.

La pasé con ella todo el tiempo, era uno de esos días donde quise desmotrarle que puedo ser lo que ella me pide que sea. Por mas difícil que se me haga. Organizaban un coctel de prestigio y ayudaba a madre en todo lo que me pedia. Aun no llegaban los invitados, madre no dejaba de dar órdenes a través del auricular que cada personal de trabajo tenia conectado a la oreja. Esa fue una de las ideas que les di el primer dia que fui con ella a una organización. Desde entonces la han estado usando.

Al llegar la noche ya los invitados empezaban a llegar, habrían más de 200 personas, asi que dispuse a irme, no me gustaban ese tipo de cosas, Lena me insistía en hacer feliz a madre y que me quede un poco mas. Por lo que busque un vaso con agua y me senté en una de las ultimas mesas, el primer pensamiento apenas quedé a solas. Mi Sansa. La había dejado una noche antes sin darle explicaciones. Me quede pensando en ella perdiendo la noción del tiempo. Eran ya las 8 pm y el volumen de gente era mayor, no miraba a nadie en especial, solo miraba a través de ellos. Pensando en cómo se conectaban unos con otros, como interactuaban, como se relacionaban. Pensaba si a ellos también se les hacía difícil conocerse entre ellos. Me preguntaba como era el primer beso de aquella señora con vestido colorido y cigarrillo en mano, ya habría dado su primer beso hace años, ¿Cómo habría reaccionado? Pensaba en aquel muchacho sentado entre dos señores de mucha mayor edad. ¿Estará aburrido? ¿Tendrá un amor en quien pensar? Y asi me encontraba entretenida pensando en los sentimientos de algunos invitados y relacionándolos con los míos... Sentía que no sabía nada de la vida. Sentía que…

- Chica: Hola, ¿Tienes encendedor?

Me hablan, regreso de mis pensamientos, vuelvo a la realidad, una chica me pide un encendedor. La miro. Tiene un cigarrillo apagado en la boca y una copa de licor en la mano. Estaba sentada a mi lado y se habia quitado los tacones.

- Chica: ¿Hola? ¿No tienes? – Me miraba ya impaciente-

- Fiona: Eh no, no fumo. – Miro nuevamente a los invitados de lejos-

- Chica: Es una lástima, no sé cómo hay gente que no fuma –Apunta hacia uno de los mesoneros- ¿Tiene encendedor? – Le enciende el cigarrillo y le llena la copa. Toma un largo sorbo y se dirige a mi nuevamente- No me has dicho tu nombre.

- Fiona: No me has dicho el tuyo.

- Chica: Jajajaaaa ¡que seria! –Se tambaleaba un poco- Victoria –Suelta la copa y me da la mano- ¿Ahora si me das el tuyo?

- Fiona: Soy Fiona.

- Victoria: ¿Qué haces aquí sentada sola Fiona? ¿Por qué no vas y te diviertes con este montón de basura que tienes alrededor?

- Fiona: Quizás mi concepto de diversión sea diferente al de estar rodeada de “montón de basura” tal como me está sugiriendo.

- Victoria: -Sonríe- Ahora también eres graciosa. ¿Qué te trae a esta mal llamada fiesta?

- Fiona: Cumpliendo con algunos deberes familiares – Me limite a decir-

- Victoria: Deberes, deberes, deberes – Dijo alzando la voz en tono de desagrado- Todos estamos aquí por deberes, por compromiso. ¿No te parece que todo se trata de injusticias? ¿Pero qué queremos como individuo? ¿A quién le interesa?

- Fiona: Cometer una injusticia es peor que sufrirla.

- Victoria: Y citas Aristóteles.

- Fiona: La justicia es la madre de toda virtud. Porque en ella reside lo moralmente correcto.

- Victoria: ¿Y qué es lo bueno y que es lo malo? ¿Por qué? Cuando se pierde la justicia se pierde el honor, la ética. ¿Qué sabe esta gente de ética y honor?

- Fiona: ¿Qué sabe usted de ética y honor?

Permanece callada. Me mira un rato. Evado su mirada buscando a mi madre en silencio. Esta señora se sienta conmigo y no sé que pretende. Solo quiero irme a casa. Quiero estudiar. Mañana hay clases que escuchar y nuevas materias que aprender. Pero sobretodo voy a ver a Lisa nuevamente. Solo quería irme y estudiar para pensar en mi Sansa hasta quedarme dormida.

- Victoria: ¿Qué edad tienes, Fiona?

- Fiona: 19 años. Disculpe me tengo que ir.

- Victoria: ¿Volveré a verte?

No le respondí. Ya estaba decidida a irme de la fiesta así que no encontraba motivo para responderle. Llame a madre por teléfono y le dije que tomaría un taxi hasta casa. Me dio la llave del carro, ella se iría acompañada. Me fui de la fiesta sin mas y camino a casa no podía dejar de pensar en Lisa, en su risa, en su beso, todo el dia mis labios recordaban su beso. Me desvié de casa sin darme cuenta y me vi frente al edificio de Sara, su hermana. ¿Sera que está aquí todavía? ¿Qué le diría?

El vigilante me dejo pasar y subí hasta el apartamento. Mi corazón palpitaba tan fuerte que podía oírlo a pesar del ruido de los alrededores. Toque la puerta 3 veces seguidas. Conté hasta 10 y volvi a tocar la puerta. Permanecí un rato más siguiendo el mismo patrón. Nadie respondió.


Me fui a casa, abrí los libros de filosofía, estudie un rato para preparar las clases de mañana. Puse la alarma para las 5.45 am y dormí. Mañana podré verla.